Como reconocimiento a su labor en la defensa de trabajadores, migrantes y miembros de la comunidad indígena ante abusos de empresas transnacionales en el sector minero y energético, la mexicana Alejandra Ancheita fue galardonada con el “Premio Martin Ennals 2014”, considerado como el “Nobel” de los derechos humanos
Fundadora y directora ejecutiva de la organización Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ProDesc), la abogada mexicana durante 15 años ha colocado esfuerzos en la defensa de trabajadores. Según el jurado organizador, este premio se le otorgó a Ancheita, ya que ha mostrado “profundo compromiso y han enfrentado grandes riesgos personales”, característica principal que debe tener todo acreedor al reconocimiento.
Considerada como “una de las pioneras en la búsqueda de la rendición de cuentas de las compañías trasnacionales cuando los derechos de los pueblos no son tomados en cuenta”, el jurado del “Martin Ennals” alertó que la defensora de derechos humanos y laborales ha sido víctima de vigilancia, campañas de desprestigio en diversos medios nacionales, así como intromisión a las oficinas en las que se desempeña.
Por lo anterior, el premio tiene como objetivo “proporcionar protección a través del reconocimiento internacional, [y] cuenta con el fuerte apoyo de la Ciudad de Ginebra”. Este reconocimiento fue presentado este 7 de octubre.
Junto con Ancheita estuvo nominada a este premio la también abogada defensora y activista de los derechos humanos en China, Cao Shunli, quien murió en marzo de este año después ser detenida en septiembre de 2013, acusada de “crear disturbios”. Durante su encierro se le negaron medicamentos. Shunli luchó contra la corrupción y para que los mecanismos internacionales hicieran respetar las libertades en China.
Me siento muy honrada de recibir el galardón, comentó la abogada mexicana en entrevista para La Jornada, pero lamentó que éste se relaciona con el gran nivel de violencia e impunidad que se vive en México: “El que haya habido la decisión de otorgar el premio a una mexicana se puede leer como una llamada de atención de la comunidad internacional al Estado mexicano sobre la situación que se palpa día a día de violaciones de derechos humanos y abuso de la violencia”.
Durante las palabras concedidas al diario capitalino, la activista no dejó de mencionar los casos de Atlatlaya e Iguala, con los cuales se cae la versión gubernamental de que la inseguridad y la violencia están a la baja, ya que dejan al descubierto prácticas como desapariciones forzadas y la forma en que se criminaliza la protesta: “La violencia del Ejército en Tlatlaya (donde soldados ejecutaron a 21 supuestos criminales) y la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa dejan muy clara la falta de respeto a los derechos humanos”, afirmó.
Además de Alejandra Ancheita, otro mexicano que se ha hecho merecedor de este reconocimiento que se acompaña de 20 mil francos suizos fue el obispo Samuel Ruiz García, esto en 1997.