Sí, así de claro y preocupante como lo leen: los niveles de alcoholismo infantil en América Latina van a la alza. ¿Sabían que el 43% de los niños mexicanos empiezan a tomar alcohol antes de los trece años? De acuerdo con el Estudio de Patrones de Comportamiento de Consumo de Alcohol, que va sobre los patrones de consumo de bebidas alcohólicas de los menores latinoamericanos.
Esos porcentajes fueron obtenidos a través de encuestas a estudiantes de secundarias públicas, privadas y subvencionadas. El estudio del experto costarricense Jorge Mora Alfaro es el primero de su tipo: según su investigación un 23% de los niños mexicanos consumen bebidas alcohólicas con regularidad y la edad promedio para comenzar a tomar son los quince años.
La nueva fase del estudio se ha realizado en cuatro países: Costa Rica, México, Perú y Nicaragua, y se espera que se realice próximamente en Brasil. En 2019 se espera contar con nuevos resultados sobre la situación del alcoholismo infantil. Durante la primera fase —que involucró a 14 países— los datos apuntaron a que el país en que los niños consumen más bebidas embriagantes es Venezuela, con 9.55 litros per cápita de etanol puro al año.
Según los resultados preliminares del segundo estudio, parece que el número de jóvenes que consumen alcohol va en descenso, aunque —al parecer— los consumidores están ingiriendo una mayor cantidad de alcohol. ¿Y quiénes son las personas que consumen más alcohol y de manera más regular? Hombres de entre 18 a 30 años, de acuerdo con información de El Universal.
La bebida embriagante más preferida en Latinoamérica es la cerveza (incluso en países como Argentina y Chile donde se acostumbra acompañar la comida con vino) y, según indica el doctor Mora, también es la bebida con la cual los niños se inician en el mundo del alcohol.
¿Cuáles son los factores que llevan al alcoholismo infantil? Aunque no hay cifras conclusivas y hay pocos datos estadísticos al respecto, el experto menciona que los niños comienzan a tomar bebidas alcohólicas debido a que es fácil conseguirlas en la casa o en la calle, además de la influencia de amigos o familiares que sean asiduos a este vicio.
