Si uno pensaba que los prejuicios en nuestro país podrían ser una cosa que vamos superando, hace falta leer un periódico y darse cuenta de que los encargados de velar por los derechos humanos, las autoridades, son los mismos que los violan.
El viernes pasado, en la comunidad poblana de Chipilo (San Gregorio Atzompa para ser exactos) se ubica el restaurante La Forchetta, el cual fue clausurado porque la dueña le dio empleo a un varón homosexual, así como a una mujer embarazada, a una madre soltera y a una corredora de motos.
Norma Hannan, la empresaria dueña del negocio, dio a conocer que, además de todo, su local fue cerrado sin una orden legal de por medio, solamente por el capricho de la alcaldesa auxiliar Edith Zago Colombo.
Hannan informó que aproximadamente 20 personas, entre ellos la alcaldesa y el exalcalde subalterno Armando Salvatori, acompañados por policías municipales, se presentaron en su establecimiento de comida italiana, poblana y japonesa, para intimidarla y exigirle que cerrara el lugar por considerarlo inmoral.
La afectada dijo:
«El señor Armando Salvatori dijo que mi negocio no puede seguir abierto porque en él empleo a una embarazada, otra más que es madre soltera, una corredora de motos y un trabajador gay, y porque yo soy divorciada»
(Pensemos que este restaurante es una de las pocas maneras de subsistencia que podrían tener estos grupos vulnerables).
Durante la visita, las autoridades y los pobladores, algunos en estado de ebriedad, amenazaron a la empresaria con que su restaurante sería quemado si no lo cerraba en ese momento. Señaló que la amenaza se hizo en público, lo que provocó que todos los clientes salieran corriendo (lo cual se traduce en pérdidas para la empresaria).
Además, Hannan destacó que la alcalde jamás le mostró una orden judicial, no colocó sellos de clausura y tampoco dio una justificación para el cierre. Hannan no descartó que esto hubiera sido una excusa para cerrarle el negocio solamente porque apoyó a Enrique Camarillo en su candidatura a la alcaldía de San Gregorio Atzompa en las elecciones pasadas.
Expresó:
«La presidenta Edith Zago me dijo que esto me había pasado por apoyar al equipo equivocado, refiriéndose a que en los comicios recientes yo abiertamente apoyé al candidato del PRI, cuando ella es panista, por eso denuncio que la clausura de mi negocio fue por represalia»
Añadió que recibió agresiones verbales por parte de los pobladores, sin que llegaran a los golpes.
Así que, parece que la alcaldesa auxiliar sólo estaba utilizando la moral como excusa para tomar represalias contra las personas que no la apoyaron en su candidatura.
Sé que en este caso hablamos de un inocente restaurante, pero la nota me recordó cuando los habitantes de Springfield quieren destruir el Maison de Derrière por considerarlo inmoral. Lo que hizo falta en Chipilo fue un Homero Simpson que los detuviera, ahora necesitamos que alguien más lo haga.
(Disculpen que no la haya encontrado en español, pero bueno, según sé, por allá se habla véneto, una lengua descendiente del italiano)