Ah, pero no piensen que ya lo atraparon y lo dejaron libre, no. Si no que -así como seguramente sucede en muchos casos- se pudo haber evitado un delito (o al menos cambiar al actor) si hace unos meses el juez hubiera procesado a uno de los tres implicados en el asesinato del hijo del ex líder nacional del PRI, Humberto Moreira.
Hace sólo dos meses, uno de los presuntos homicidas de José Eduardo Moreira cayó ante la justicia por posesión de marihuana con fines de comercio, además de cargar cartuchos para uso exclusivo del Ejército, pero el juez encargado de la suerte de Roberto Sifuentes Cadena, alias “El Shaggy”, determinó su liberación… en su momento nadie lo cuestionó, pero ahora que se sabe qué hizo el querubín con la gracia que le fue concedida, es momento de las explicaciones.
Para que no anden pensando que lo “maicearon”, el juez federal Samuel Meraz explicó que luego de analizar concienzudamente la lana que se podía embolsar el caso, decidió que los delitos imputados en agosto pasado a “El Shaggy” no ameritaban que fuera recluido en el bote, por lo que así como lo agarraron, lo dejaron en libertad.
“Es decir, la cantidad de droga poseída (…) no rebasaba el límite (…) para presumir que el narcotráfico está destinada a la producción, transporte, tráfico, comerció o suministro”, indicó el juez… pues sí, qué son en estos tiempos once dosis de marihuana… pero en la bolsa del pantalón, ya que en el interior de su carro el ejército le encontró otros cien paquetitos.
Pero no sólo eso, al momento de su detención también le cayeron con tres cargadores abastecidos –cada uno- con treinta cartuchos calibre.223 y veinte cartuchos calibre .45, entre muchos otros juguetitos.
Pero bueno, eso al Consejo de la Judicatura Federal se le hace cosa de todos los días, ya que en apoyo al juez Meraz, sostiene que el criterio utilizado en el caso del “Shaggy” es aplicado en casos similares… upps.
