Todos hemos aparecido en alguna selfie, pero pocos saben de dónde vienen estas fotografías y lo que hay detrás de ellas.

Tuvo que llegar Ellen DeGeneres en la ceremonia de los Oscar, y tuitear una foto en la que aparecía rodeada de estrellas, para que nos diéramos cuenta de que los mentados selfies estaban invadiendo nuestras vidas. Tras cientos de parodias surgidas a partir de la selfie de Ellen, a todos nos ha sido imposible mantenernos fuera de este curioso fenómeno.

Hace unos días les presentamos un estudio elaborado por la revista TIME sobre las ciudades del mundo en las que se toman más selfies, y ahora, para seguir con el cotorreo, veamos de dónde viene esta moda amada y odiada por muchos.

En términos prácticos y para no hacernos bolas, un selfie es un autorretrato que gracias a los adelantos tecnológicos, se difunde de forma simple e inmediata por medio de redes sociales.

La foto de DeGeneres es un ejemplo de esto, al haber alcanzado más de 3 millones de retuits, aunque claro, luego nos enteramos que no fue tan espontánea como pensábamos, pues de acuerdo a The Wall Street Journal, Samsung pagó 20 millones de dólares por una campaña publicitaria durante la ceremonia, en la que claro, estuvo incluida la selfie.

Por cierto, aquí nos surgió una duda ¿a quién le pertenecerían los derechos de autor de la foto, a Bradley Cooper por tomarla o a DeGeneres por tuitearla?

En fin, sigamos con la historia de las selfies, el nombre fue inventado un 13 de septiembre de 2002, cuando un australiano escribió por primera vez el término en una foto en la que aparecía borracho en una fiesta de cumpleaños:

“Pido disculpas (por la foto) porque está fuera de foco, fue una selfie”.

Desde entonces, famosos y personas comunes han sido parte de estas fotografías. Vamos, hasta Barack Obama le entró al cotorreo y participó en un par de selfies en pleno funeral de Nelson Mandela, cosa que a Michelle no le causó mucha gracia.

El Papa Francisco tampoco se ha querido quedar atrás y se tomó una foto con unos chavos en el Vaticano:

Sin embargo, esta moda tiene casi un siglo, al menos eso parece indicar una imagen tomada por un grupo de fotógrafos de la empresa Byron, que se encontraban en la terraza del estudio Marceau, en Nueva York, y sobre la cual les platicamos hace unas semanas.

Es importante señalar que los selfies evolucionan, así han surgido nuevas modalidades como las belfies, cuyo chiste no es retratarse el rostro sino el trasero. El término, por supuesto, proviene de la palabra bum (nalgas, en inglés). Miley Cyrus, Kim Kardashian, Rihanna, Beyoncé y otras loquillas chicas jacarandosas ya han subido imágenes así a sus cuentas de Instagram.

Finalmente, también debemos mencionar el Photobomb, que es filtrarse en las fotos ajenas sin haber sido invitado a formar parte de ella. En los Premios Oscar pudimos ver a Jesús de Nazaret participando en el relajo.

Después de esta remembranza del selfie, concluímos que si bien a veces lo odiamos, tampoco podemos sustraernos de la moda. Bien dicen, si no puedes vencer al enemigo, únetele.

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