Tratar de conquistar el sueño americano, puede costar demasiado caro. En los primeros cinco meses del 2020, 17 migrantes perdieron la vida y más de mil fueron rescatados por activistas y Grupos Beta del Instituto Nacional de Migración, mientras intentaban cruzar el Río Bravo o bien, se encontraban en riesgo al intentar atravesar la frontera de México para internarse en Estados Unidos.
De acuerdo con el organismo, los cuerpos recuperados correspondientes a 16 hombres y una mujer, han sido de migrantes de diferentes nacionalidades, incluyendo varios mexicanos que se vieron sorprendidos con la fuerza del cauce, fueron víctimas de las contrastantes temperaturas en el norte del país o atacados por animales salvajes.
Cabe mencionar que esta temporada de calor, las regiones fronterizas del norte del país alcanzan temperaturas entre los 36 y 40 grados centígrados. Particularmente, En la zona montañosa La Rumorosa y en el desierto la Laguna Salada, en Mexicali, el clima alcanza entre 45 y 50 grados centígrados.
Además, entre las personas rescatadas en el mismo lapso de tiempo, se localizaron 13 personas de origen nacional y extranjera que habían sido reportadas como extraviadas y que se hallaban en su travesía por zonas desérticas o montañosas de Baja California, Chihuahua, Sonora, Coahuila y Tamaulipas.
En total, el Personal de Grupos Beta, ha proporcionado mil 555 orientaciones a connacionales y extranjeros, han brindado, ayuda humanitaria a 42 mil 770 personas, proporcionado primeros auxilios a 11 màs que sufrieron alguna lesión, y han dado asesoría legal a seis migrantes más que solicitaron el apoyo, señala la dependencia en un comunicado.
Uno de los grandes desafíos a los que se encuentra el grupo adscrito a la Secretaría de Gobernación, es que la mayoría de los migrantes no llevan consigo algún documento de identificación, por lo que en caso de presentarse alguna eventualidad, no tienen forma de regresarlos con sus familiares.
Es probable que la suma de defunciones en la frontera norte del país a lo largo de este año, supere la del 2019, cuando se localizaron 29 cuerpos de personas migrantes adultos en el cauce del Río Bravo, de las cuales seis eran originarias de México, una de Honduras, una de Cuba y otra de Belice; mientras que las 20 restantes, lamentablemente no contaban con documentos de identificación.