México está ante una crisis hídrica. Ya lo hemos visto con la escasez que hubo en Nuevo León o lo que pasa en muchas casas en CDMX, donde el tandeo le cierra el chorrito a la llave de muchos capitalinos y pues sí, la crisis por el agua en nuestro país nos respira en la nuca y está sucediendo.
Ante este panorama, el coordinador Técnico de la Red del Agua de la UNAM Fernando González Villarreal compartió datos bien preocupantes para un lunes —o cualquier día, la neta.
Por ejemplo, el hecho de que 60% de los cuerpos de agua están contaminados —o presentan algún grado de contaminación—, 157 acuíferos están sobreexplotados y más del 50% de nuestro territorio ha perdido su cobertura vegetal original, en medio del cambio climático.
Crisis por el agua en México
El resultado de todo esto que está pasando es igual a la alteración del sistema hidrológico en nuestro país.
Y entre otras cosas está el hecho de que, en estos momentos, ya no se pueden abastecer nuevas demandas por el agua —teniendo, además, a 106 municipios altamente vulnerables a las sequías.
En la conferencia ‘Perspectivas del Agua en México. ¿Crisis Hídrica?‘, Marisa Mazari Hiriart, coordinadora del Semanario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones, alertó que este problemón que tenemos en frente en realidad no es percibido como una crisis.
O al parecer los mexicanos no lo perciben así, pese a que México lleva al menos 50 años en una situación preocupante y que cada que pasa el tiempo, empeora
“Hay un problema de cantidad y de calidad del agua, y de consiguientes efectos en la salud”
Hay quienes pueden pensar que esta crisis puede ser atendida con la captación del agua de lluvias y sí, pero también se deben diseñar estrategias a corto, mediano y largo plazo para resolver la crisis por agua en México.
Va un dato que compartió González Villarreal: el 72% de las lluvias se distribuye en 4 meses —de junio a septiembre.
Sin embargo, la caída de agua no es la misma. Hay una variabilidad hidrológica que no podemos dejar de ver.
¿Otro ejemplo? Si pusieran una alberca en Mexicali (Baja California), el agua acumulada por la lluvia sería de 5 centímetros.
Si hacemos lo mismo cerca de Tabasco, el registro sería de 4 metros de profundidad. Ahora, sumemos las épocas de sequía prolongada.
Más la contaminación de los cuerpos de agua —va de nuevo: 60% presenta algún tipo de contaminación—, el consumo del que 76% se va para la agricultura, 15% para uso público-urbano, 5% para industria, comercio y servicios y el 4% para la generación de energía; y la sobreexplotación.
Está cañón, ¿no? ¿Qué podemos hacer ante esta crisis por el agua en México? Tanto González Villarreal como Hiriart coincidieron en que sociedad y gobiernos deben ponerse las pilas en proyectos de infraestructura y con visión de mediano y largo plazo.
Por lo pronto, estamos ante cifras históricas —y otra vez preocupantes. En marzo de 2023, la Conagua advirtió que el Sistema Cutzamala, encargado de llevar agua a CDMX y Edomex, estaba al 50.6% de su capacidad. Es decir, 23.3% debajo de los esperado, que era del 73.9%.