No dejarlo hacer ejercicio, negarle meter una cama a su celda, no permitirle echar “cotorreo” con los demás reos, quitarle los refrigerios que se guarda y, además de todo, que los guardias lo empujen… todo eso seguro le daría el bajón hasta al hombre más duro. Ahora imagine lo que le ha provocado a Javidú.
¿Se les hace exagerado? Bueno, a varios también, pero el caso es que el exgobernador de Veracruz comenzará a ser medicado con antidepresivos y ansiolíticos, los cuales le fueron recetados por médicos, debido al efecto de las agresiones de las que ha sido objeto en la base militar de Matamoros… no Tamaulipas, sino que así es como se llama el lugar donde lo tienen guardado en Guatemala.
De acuerdo con los abogados de Javier Duarte, su cliente fue agredido el pasado 2 de mayo de una forma tan manchada que se le provocó daño psicológico. A raíz de esto -reporta Proceso– se le hicieron exámenes de la choya al buen Javidú (en clínica privada, claro) y los resultados fueron contundentes: necesita sus chochos para hacer más leve su encierro.
Aunque en la carta publicada en el portal Eje Central no se detalla qué tipo de maltrato en específico recibió Duarte para necesitar antidepresivos, recordemos que desde su encierro en Guatemala fue considerado por el juez del Tribunal Quinto de Narcoactividad y Delitos Ambientales como “preso vulnerable. De ahí que espere su extradición en una prisión militar y sólo tenga la compañía de otros 27 reos igual de especiales.
Según Proceso, los exámenes a los que fue sometido el ex gober jarocho sí revelan deterioro físico… pero ese ya lo traía de cajón: hipertensión arterial, síndrome de espalda baja dolorosa. Afectaciones físicas del hombre sedentario de hoy en día. Ya en pruebas psicológicas se evidenció que Duarte necesita los mentados medicamentos, según expone la carta redactada por sus abogados.
Al respecto, el juez Cuarto de Primera Instancia Penal, Carlos Guerra, negó que Javidú sea víctima de tanta cosa que señalan sus defensores. ¿Cómo lo sabe? Bueno, él mismo vio al rechoncho exmandatario para cerciorarse de qué tan reales eran las acusaciones de maltrato.
Así, Guerra fue a la prisión en la que encuentra Duarte, estuvo presente en las pruebas que le realizaron los médicos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), y pudo comprobar que está estable y no hay nada que compruebe que fue víctima de maltratos.
Su queja no le sirvió de nada. #JavierDuarte https://t.co/LuqDkMaYll
— Periódico Excélsior (@Excelsior) 23 de mayo de 2017
“Al hacerle los exámenes médicos se determinó que el señor (Duarte) no presenta golpes, heridas y vejámenes en su cuerpo, y el informe psicológico determina que no tiene ningún trastorno mental”, señaló el juez a un periódico local (de Guatemala).
Seguramente está chipil.