Con la ayuda de un vocero/intérprete como el que se usaba en Los Pinos en las épocas de Vicente Fox, a falta de claridad en las declaraciones presidenciales, así en la Casa Blanca se trató de aclarar que Donald Trump no declaró la guerra a Corea del Norte. Es “absurdo” pensar eso, señaló la portavoz del gobierno estadounidense, Sarah Huckabee Sanders. ¿Absurdo? Con un presidente como Trump que el fin de semana tuiteó que si se le sigue haciendo eco a las ideas de Kim Jong-un, ellos (los norcoreanos) “¡No estarán por mucho tiempo!”

“No hemos declarado la guerra a Corea del Norte y afirmar eso es absurdo”, señaló Sanders tras las declaraciones del ministro norcoreano de Relaciones Exteriores, Ri Yong Ho, quien acusó que el presidente estadounidense, Donald Trump, había advertido fuego contra la tierra de Kim Kong-un, primero en la ONU, cuando amenazó que “si Estados Unidos es forzado a defenderse, no tendremos otra opción que destruir totalmente a Corea del Norte”; luego en tuit, con el mensaje publicado durante el fin de semana.

Debido a esas dos indirectas muy directas, Ri Yong Ho declaró que el gobierno de Corea del Norte tomará en consideración la baraja de posibilidades que tiene para defenderse. “A la luz de la declaración de guerra de Trump, todas las opciones estarán en la mesa de operaciones del liderazgo supremo de la RPDC”, comentó el ministro norcoreano a periodistas neoyorquinos. Una de esas opciones es ejercer su “derecho” a derribar cualquier nave que cruce por espacio aéreo norcoreano… es más, aunque no esté dentro del espacio. Nomás con que esté próximo basta. “Nunca es conveniente que un país derribe un avión de otra nación en espacio aéreo internacional”, señaló al respecto la vocera de la Casa Blanca.

Pese a que Corea del Norte le trae ganas a Estados Unidos desde épocas de Obama (y quizás desde antes), el ministro del Exterior del gobierno de Kim Jong-un pidió al mundo entero recuerde que “fue Estados Unidos quien declaró primero la guerra”. Por cierto, todo este relajo –recordemos– se debe al programa nuclear que ha intensificado el gobierno norcoreano. Estados Unidos (que también tiene su propio programa) ha pedido a Norcorea que le baje, pero cuál. Las pruebas de misiles balísticos son una constante, a pesar de las sanciones que Estados Unidos y la ONU han impuesto en contra del gobierno de Kim.

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