Si están por acá, seguro escucharon la polémica. La pareja de gobierno de Nuevo León, o sea, Samuel García y Mariana Rodríguez, terminaron en la discusión nacional por “adoptar durante un fin de semana” a un bebé del DIF para el deleite de sus redes sociales, miles de likes y una buena dosis de publicidad electoral.
Fuera del Instagram, la realidad para las familias que quieren entrarle a este proceso es completamente distinta.
Adoptar en México es un proceso complicado. Está lleno de eternos y enredados requisitos. Te piden toda clase de documentos, fotografías, estudios y además, tienes que cumplir con cuidadosos seguimientos.
Hace algunos años estimaban que más de 30 mil niños, niñas y adolescentes buscaban ser adoptados. Si contamos los 130 mil menores que quedaron en orfandad después de la pandemia en nuestro país, ese número podría ser muchísimo mayor mientras leemos esta nota.
¿Lo más cañón? A pesar de eso, muy pocas familias lo consiguen.
Muy pocos logran adoptar en México
Se van a ir de espaldas con los datos oficiales. Se los prometo.
De acuerdo con el DIF en 2020 se adoptaron apenas a 11 menores de edad en todo México. Durante el primer semestre de 2021 solo consiguieron adoptar a 2. Eso quiere decir que, en los últimos 18 meses que hay registro apenas 13 niños, niñas o adolescentes pudieron ser adoptados en nuestro país. Trece.
Existen algunas asociaciones privadas que ayudan con el proceso de adopción por separado del DIF y por ahí, estiman, consiguen entre 20 o 30 adopciones oficiales al año… pero se imaginarán que la situación sigue complicada.
¿Cómo adoptar en México?
Como se imaginarán, los trámites para adoptar son una cosa complicada. Se entiende, obvio.
Vamos a hacer un resumen para que se den una idea de todo lo que le piden a una familia que busca la adopción en México… siempre y cuando no se trata de Mariana y Samuel. Por cierto: aunque así se platicara en las redes sociales, no existe la adopción temporal en nuestro país.
Además, para hacerlo más complicado, las personas que quieren adoptar en nuestro país dependen de que, personas externas —como comités o jueces—, aprueben su caso. Ahí va el resumen de los requisitos:
Necesitan tomar el Curso de Inducción que da la Procuraduría Federal —con 100% de asistencia, por cierto.
De ahí se viene una serie de valoraciones psicológicas, entrevistas y visitas domiciliarias. Son estudios emocionales y socioeconómicos. Los resultados se llevan a un Comité que determina si son idóneos para recibir a un menor en adopción.
Luego viene una lista de espera.
El Comité Técnico de Adopción revisará los perfiles de la familia y de los niños o niñas para hacer un informe y poder determinar si son compatibles. Es un informe tremendo que tiene situaciones jurídicas, económicas, psicológicas, sociales y por supuesto, médicas.
Si se acepta, empieza un periodo que le llaman de convivencia. En el que van a “evaluar” el grado de compatibilidad de la futura familia.
Las primeras reuniones son en el Centro del DIF, después pueden ser fuera, pero siempre tienen revisión.
“Si la convivencia resulta satisfactoria”, cuenta el programa oficial de adopción en México, empieza el momento de hacerlo legal. Un juez tiene que valorar todos los pasos anteriores para dictar una sentencia. Si dice que sí, el Registro Civil emite la nueva acta de nacimiento del menor adoptado.
Como si eso no fuera suficiente, también le piden complicados documentos a la familia.
Tienen que presentar dos cartas de recomendación de personas que conozcan sus intenciones de adoptar.
Igual piden un certificado médico del sector salud y toda una serie de exámenes toxicológicos para el consumo de drogas, cannabinoides o medicamentos controlados.
En cuestión económica, si una pareja desea adoptar, les piden constancias laborales especificando sueldo, horario y antigüedad. Comprobante de ingresos y comprobante de domicilio. También la carta de Antecedentes No Penales.
Para acabarla de hacer complicado: piden al menos 10 fotografías de sus casas, mostrando todos los espacios de la vivienda o la fachada. También fotografías de sus convivencias familiares.
Como verán, adoptar en México es cosa complicada para las familias que lo buscan y para los miles de niños y niñas que lo esperan. La polémica reciente de Mariana Rodríguez y Samuel García dará muchísimo de qué hablar y no solo por la “ligereza” con la que se tomaron el difícil procedimiento.