Jacqui Beck se enteró que no tiene vagina tras una visita al ginecólogo, su padecimiento es conocido como agenesia vaginal o síndrome de MRKH.
Jacqui abrió su vagina corazón al mundo para contar su historia. Después de acudir al médico por falta de la primera menstruación a los 17 años (sí, como la rola), el ginecólogo le comunicó que tenía el síndrome MRKH (el nombre proviene de las iniciales de los doctores que la descubrieron, Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser). Este es un desorden congénito que afecta el sistema reproductivo.
Sabemos que el útero, la vagina, las trompas de falopio y los ovarios, se forman durante los primeros meses de vida, mientras el bebé aún está en el vientre de la madre, sin embargo las niñas que tienen el síndrome de MRKH tienen ovarios y trompas de falopio normales, pero en la mayoría de los casos el útero no está presente o es muy pequeño y donde normalmente se ubica la vagina, hay una pequeña incisión que da la impresión que todo está en orden.
Jacqui se ha centrado estos últimos meses en un trabajo de recuperación de sus órganos que incluye evitar en todo lo posible la cirugía.
Existen dos técnicas para la realización de cirugías :
- McIndoe por vía vaginal con injerto de piel obtenida de glúteos: Hasta hace unas décadas, la reconstrucción de una vagina se hacía con injertos de piel de la misma paciente, se enrollaban en moldes plásticos y se introducían en una incisión que simulaba la cavidad vaginal. Otro tipo de cirugía más antigua consistía en extirpar un trozo de intestino que se cerraba por un lado, y luego, se introducía en un orificio artificial en la zona genital para adaptarlo como una vagina.
- Vecchietti modificado por laparoscopia: Consiste en una pequeña incisión en el abdomen para introducir una diminuta cámara de video. Luego, se hacen pequeñas incisiones adicionales para los instrumentos que le permitirán al cirujano llevar a cabo la operación y se coloca un molde dilatador plástico, que mediante tracción interna llegaba hasta la zona genital y abre un espacio vaginal similar al de cualquier mujer.
Esta adolescente británica está convencida de que si un chico no la acepta, “es que no es el hombre adecuado”.