Ayer el vicario de Cristo, sucesor de Pedro, siervo de los siervos de Dios, Santo Padre y Sumo Pontífice Benedicto XVI aceptó la renuncia de Onésimo Cepeda Silva, Obispo la Diócesis de Ecatepec,
Onésimo, acusado de simular un préstamo de 130 millones de dólares y de pretender apropiarse de una de las colecciones privadas de arte más valiosas en México, está enfermo del corazón y padece diabetes.
Ya no puedo jugar frontón, todavía puedo jugar golf, pero hasta ahí llego y ya no también como antes…
Onésimo fue amigo y socio de Carlos Slim y Alfredo Harp Helú, tal vez aún lo sea, y gustaba de celebrar su cumpleaños como dios manda: con cenas ostentosas y centenares de invitados; empresarios, Gobernadores, Secretarios de Estado y legisladores, todos eran amigos de Oné.
Es tanta su cercanía a la vida política del país que el ex-Obispo aseguró que dedicarse a la política “me tienta, siempre me ha tentado…”
Y por si tenían la duda o querían armar una vaca para ayudar al prelado a sostenerse ahora que el Vaticano ya no le pagará por sus servicios, Onésimo, quien trabajara en la Bolsa de Valores antes de ordenarse como sacerdote y fuera fundador de Grupo Inbursa, confirmó que vivirá de sus ahorros porque la jubilación que le da la Iglesia católica le resultaría insuficiente.
“Para los que decían que yo me había hecho rico en Ecatepec, mi sueldo en Ecatepec era de 15 mil pesos, mi jubilación es de 15 mil pesos, con eso no creo que pueda llegar muy lejos, ni para pagar mi gasolina… no estaba yo muerto de hambre si era socio de Slim”.