En octubre de 2020, en plena pandemia, México consolidó a su primera empresa unicornio. Después de cuatro años de operación, la plataforma de compraventa de autos usados, Kavak, entró al tan selecto grupo de startups valuadas por encima de los 1,000 millones de dólares. En buena medida se debió a los efectos económicos que trajo consigo el covid-19, pero también por una apuesta sólida de innovación en un mercado que se encontraba atomizado y poco profesionalizado.

De aquel entonces a la fecha, el paisaje de unicornios mexicanos ha cambiado considerablemente. Hoy en día son ocho las empresas con esta categoría en México; asimismo, se estima que más de 30 actualmente tienen el potencial de transformarse en el animal mítico en los próximos meses y años. La mayoría de estas compañías son de sectores de alta innovación tecnológica enfocada al consumo; por ejemplo, fintech o servicios digitales que flexibilizan procesos (el comercio electrónico, sobre todo).

Esto es parte de una tendencia mundial. Las avances tecnológicos ya no son propiedad exclusiva de Silicon Valley. Poco a poco han emergido nuevos hubs y clústers de innovación en todas las latitudes del planeta que compiten por ofrecer soluciones novedosas a problemas o vacíos del mercado a nivel regional. Con ello, aparecen nuevas oportunidades para que países en desarrollo exploren sectores de innovación que hasta hace años era impensable. 

La India, nada más a lo largo de 2022, ha concretado a 13 nuevos unicornios en su ecosistema de tecnología y servicios financieros. En 2021, 44 startups alcanzaron el status, mientras que en una década se habían consolidado 37. Con una nueva serie de regulaciones, los Emiratos Árabes Unidos—de por sí en medio de crecimientos enormes en todo—buscan convertirse en un hub de NFTs y criptomonedas en el futuro cercano.

Innovación y desarrollo: Asia lo quiere todo

Bangalore, en India, no es el único foco de innovación en Asia compitiendo por un pedacito del pastel de Silicon Valley. En China se están llevando a cabo diversas estrategias para posicionar al gigante asiático de cara a lo que se conoce como Cuarta Revolución Industrial. Tienen particularmente en la mira conquistar el mercado de la inteligencia artificial para 2030. Para ello, no sólo invierten cantidades enormes de capital de riesgo en empresas en desarrollo, sino que están reconfigurando los marcos normativos del país para que Pekín se encuentre a la vanguardia de esta industria a nivel mundial. En lo que va de 2022, se han consagrado como unicornios tres empresas, juntando 222 del tipo en el país.

¿Ahí viene el Coco por la IA? La gente versus el algoritmo

En Seúl, Corea del Sur, hay más de 30,000 startups en una ciudad que ha buscado consolidarse como un espacio de innovación y desarrollo, en el que la infraestructura permita el libre tránsito de ideas y un apoyo continuo a la generación de empresas disruptivas. En 2021, la lista de unicornios surcoreanos llegó a 18, con más de 350 empresas con el potencial de alcanzar valuaciones superiores a los 1,000 millones de dólares. El año pasado también rompieron su récord de capital de riesgo invertido, por encima de los 4 mil millones de dólares. ¿Sus apuestas principales? La inteligencia artificial, manufactura de chips semiconductores, electrónicos y telecomunicaciones.

Estos son sólo algunos ejemplos de cómo el mapa de la innovación está cambiando actualmente. A lo largo de las últimas décadas, distintos países asiáticos han impulsado esfuerzos considerables para mover los hubs de innovación en el mundo para comerle el mandado a Estados Unidos. Y todo parece indicar que lo están logrando paso a pasito. 

Pero América Latina no se quiere quedar atrás…

Los ocho unicornios mexicanos tal vez se ven chiquitos en comparación con los más de 40 de la India y los más de 200 de China. Sin embargo, la trayectoria que han seguido muestra crecimientos importantes en una región que históricamente ha servido como traspatio de Estados Unidos y en la que la innovación no suele estar entre las prioridades de las grandes empresas en el país.

No obstante lo anterior, el momento actual en México es sugerente. Para finales de 2021, se registraron 512 fintech mexicanas. Según el Fintech Radar 2021 de Finnovista, esto implica un crecimiento de 16% en relación con 2020, situando a México en el segundo lugar de la región (después de Brasil). Y sus crecimientos en capital de riesgo están cercanos a 300% anual. Pian, pianito, el país avanza hacia la consolidación de hubs regionales de innovación y desarrollo; al grado que con frecuencia se dice que Guadalajara podría ser “el próximo Silicon Valley”.

Lo sugerente del contexto actual es que ya no habrá un Silicon Valley. Más bien, están surgiendo distintos clústers de innovación tecnológica que abren posibilidades interesantes: en términos de integración de mercados; también en la generación de industrias que giren alrededor de tecnologías habilitadoras; así como en el crecimiento de una región con la atracción de talento especializado y la creación de empleos.

América Latina también se encuentra en esa carrera por “el próximo Silicon Valley”. Por supuesto, México se incluye en esa lista. Pero si algo enseña la historia industrial (como bien retrata el investigador Walid Tijerina en Industrial Development in Mexico al analizar los casos de Querétaro, Aguascalientes y Nuevo León) es que se necesitan esfuerzos grandes y transversales—que involucren a Gobierno, iniciativa privada y sociedad civil—para lograr articular esos centros de innovación y desarrollo. 

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Soy Raúl, pero la gente me conoce como Ruso. Estudié letras inglesas en la UNAM y tengo una maestría en periodismo y asuntos públicos por el CIDE. Colaboro en Sopitas.com desde hace más de seis años....

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