Erin Wotherspoon es una aspirante a actriz de 23 años que hizo una lista de restaurantes lujosos y de moda que quería conocer, el problema era que no tenía mucho dinero, así que para ello ideó un plan: salir con hombres.
Así es, esta chicuela de Toronto implementó un sistema para salir con diferentes hombres, ir a los restaurantes de su lista (obviamente, los caballeros debían pagar), y después de la cena abandonarlos. Todo esto, sólo para subir la reseña de su experiencia culinaria en su blog.
¿Y los hombres qué obtienen a cambio? Pues nada, solamente el privilegio de salir con ella: “los hombres deben sentirse honrados por estas invitaciones a salir conmigo.”
Para lograrlo, ella entra a varios sitios de citas online para conseguir victimas nuevos prospectos.
“Todos sabemos que conseguir lo que quieres en la vida puede ser difícil. Así que decidí buscar a distintos hombres para salir con ellos en varias citas, y así lograr conocer los restaurantes que incluí en mi lista”.
Con este modus operandi ya comió en el restaurante de sushi Jabistro (el menú de degustación cuesta 77 dólares) o en Canoe, un restaurante ubicado en la cima de la Bank Tower, donde el plato más barato cuesta 32 dólares. Aquí uno de los #ForeverAlone que por unos momentos fue feliz:
Para su desgracia, conseguir a nuevos hombres dispuestos a ser usados sólo como vales de comida no le ha resultado tan sencillo, pues varios sitios de visitas online y sus usuarios ya la tienen ubicada. Para eso los interesados también pueden pedir una cita en el blog de esta chica.
Por cierto, tampoco debemos creer que esta chica se la pasa de maravilla durante sus citas:
“Explotar a los hombres para obtener comidas es difícil. Tengo que aguantar un montón de malas conversaciones y para ser honesta, aunque tuve una buena comida me pregunto ¿realmente vale la pena perder mi tiempo con tipos nada interesante, fingir interés en cosas que no me importan y tratar de averiguar con quiénes saldré”.
Si en algún momento llegaste a salir con ella, te tenemos malas noticias, esta señorita dice que en todas sus comidas no ha conocido aún a nadie que haya despertado su interés.
¿¡Cómo la ven!?
Lo cierto es que si bien, el proceder de esta chica no es muy ético que digamos, la culpa también la tienen aquellos incautos que aceptan salir con ella. Si alguna vez viene a México le voy a disparar unos tacos de canasta, a ver si le resulta redituable el negocio.