En noviembre del 2018, poco antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador tomara posesión de su cargo, especialistas, ambientalistas, organizaciones, científicos y académicos escribieron una carta dirigida al mandatario pidiendo que los proyectos del Tren Maya y el Corredor Comercial Ferroviario del Istmo de Tehuantepec no se iniciaran hasta tener estudios previos y amplios de los impactos ecológicos, culturales y el patrimonio arqueológico.
Con importantes avances en la construcción del Tren Maya, el pasado 1 de abril científicos y académicos volvieron a dirigir un texto al presidente con el argumento de que el proyecto del Tren Maya está afectando los modos de vida, la biodiversidad, la sustentabilidad, la calidad ambiental, así como los derechos humanos y existenciales de los pueblos y comunidades de toda la región.
350 académicos están en contra del Tren Maya y le escriben esta carta a @lopezobrador_
Aquí sus razones y sus preocupaciones 👇🏼
[vía @ZambranoAxolote]
*El documento tiene 17 páginas en total, con el nombre de todos los firmantes. pic.twitter.com/q6DV0uBwJ2
— Risco (@jrisco) April 19, 2022
El proyecto del Tren Maya
En este texto, los 350 académicos y científicos presentan 20 principales razones por las que el proyecto del Tren Maya está siendo más perjudicial que beneficioso para las comunidades que afectará.
Además, destacan que es preocupante que se haya dado el mando a las fuerzas armadas para el desarrollo del proyecto. “Al militarizar el proceso y la construcción del megaproyecto, se reducen aún más los mecanismos de protección a la naturaleza y se coloca en situación de vulnerabilidad a los habitantes de la región”.
Es por eso que todos los firmantes se pronuncian porque el gobierno detenga el proyecto, se evalúe de manera seria y cuidadosa los impactos que la obra ha ocasionado, además que se define financiamiento para la restauración social y ecológica de la región.
De igual forma, piden que se realice una profunda discusión, que incluya a los pueblos y comunidades indígenas regionales sobre la pertinencia del proyecto y de otros.
“No somos pseudocientíficos, no somos conservadores, no somos adversarios. Somos académicos con trabajo de campo y de gabinete, que tenemos un profundo compromiso con el bien de México y así lo hemos demostrado por décadas, a lo largo de las cuales hemos señalado los problemas causados por programas de gobierno, proyectos corporativos, iniciativas no sustentables de cualquier origen, y también hemos aplaudido los aciertos de gobiernos y empresas, cuando se trata de programas o proyectos que nos parece que verdaderamente contribuyen a la sustentabilidad”, se lee en el comunicado.
Algunos de los argumentos que los especialistas ofrecen, por ejemplo, es que los ideales de progreso, rentabilidad y urbanización que impulsa el proyecto del Tren Maya no coinciden con los modos de vida, costumbres, visiones del mundo y modos de producción del pueblo maya.
Que el relieve de la península de Yucatán no es adecuado para soportar el peso de trenes rápidos y pesados para el transporte de turistas, mercancías e hidrocarburos. Además, que debajo hay un complejo sistema hidrológico que, de acuerdo con algunas estimaciones, contiene el 33% del agua nacional.
Hablan de la red de cenotes, de arrecifes bacterianos y coralinos, poblaciones de murciélagos que controlan plagas, poblaciones de jaguar, aves, insectos, manglares, humedales, etc.