Ojalá que la dosis de realidad que recibió la diputada Margarita García sirva para ya poner un alto a las agresiones que constantemente se denuncian por parte de la policía capitalina. Porque si una legisladora es víctima de los polis, qué se puede esperar uno…
“Con gran impotencia palpé el abuso de poder que a diario vivimos muchos mexicanos por la brutalidad de policías corruptos y golpeadores”, acusó por medio de sus redes sociales, la diputada federal del Partido del Trabajo, Margarita García.
De acuerdo con la legisladora, policías de la CDMX la agredieron a ella y a sus familiares (entre ellos un menor de edad y una mujer de la tercera edad), por el simple hecho de preguntar por qué golpeaban a unas personas, a las cuales –según– detuvieron con el pretexto de revisar los papeles de sus vehículos.
“Es desilusionante lo que sucede con las fuerzas policiales, pudimos ser torturados y hasta asesinados, pues es lo que los policías con violencia nos gritaban que nos harían dentro de la patrulla mientras nos golpeaban; además de recitarnos un sin fin de agresiones verbales”, acusó Margarita García.
Los hechos, según detalló el diputado Gerardo Fernández Noroña, sucedieron ayer –28 de diciembre– en las inmediaciones de la estación del Metro Velódromo. Alrededor de las 2:30 de la tarde.
De acuerdo con Fernández Noroña, la de por sí grave conducta de los policías se eleva, ya que ésta no paró… con todo y que Margarita García charoleó y se identificó como diputada federal.
En su comunicado, la legisladora señala que fue gracias a la intervención de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, que se aclaró la situación. Sin embargo, advirtió que dará seguimiento a la denuncia que se presentó ante Asuntos Internos.
Por el momento se desconoce qué pasará con los policías que detuvieron a Margarita García, los cuales pueden ser fácilmente identificados, ya que aparecen claramente en la grabación y en las fotografías que ya circulan en redes sociales.
La diputada aclaró que no es su intención que se politice este asunto o que se castigue (sin fundamentos) a funcionarios públicos; simplemente quiere que los policías dejen de sentirse “intocables” por el hecho de tener un uniforme y un arma.
“No es mi intención ser cómplice o alcahuete en temas tan delicados como es la seguridad pública que se pone en manos de este tipo de personas. Acabar con malos servidores públicos es responsabilidad de todos”, agregó Margarita García.
