Aunque en el video difundido hace unas semanas por el diario Reforma el ex diputado federal del PAN, Mario Alberto Becerra Pocoroba, salía “un poco embarrado”… ahora resulta que se deslinda del caso y asegura que no es “apoderado personal ni abogado personal ni representante personal” de Teresa Adriana Pérez Romo, esposa del periodista Joaquín López Dóriga.

Así lo hizo saber a través del más puro estilo de Jorge Vergara… o sea, a través de un desplegado, en el que asegura que su despacho simplemente fue consultado en noviembre del año pasado por vecinos de Polanco colindantes a un terreno en el que trabajaba la empresa Abilia, propiedad de María Asunción Aramburuzabala: “Posteriormente, los vecinos tomaron la decisión de iniciar acciones legales pertinentes bajo la asesoría profesional de mi despacho; acciones jurídicas que se realizaron ante diversas autoridades administrativas competentes, a fin de evidenciar las irregularidades del proyecto de construcción”.

Respecto al video en el que anda buscando a su amigo “don soborno”, Becerra Pocoroba señala que simplemente estaba solicitando a los representantes de Abilia “el valor de las obras de mitigación y nunca un pago de dinero, en efectivo, como falsamente se imputan en los videos burdamente editados y entregados”…

Pues cómo no querer zafarse lo más posible del asunto: María Asunción Aramburuzabala, empresaria considerada una de las mujeres más influyentes de México en el ámbito económico, acusó públicamente a él, a Teresa Pérez Romo y hasta al periodista Joaquín López Dóriga, de intentar extorsionarla… y no sólo se quedó en las palabras: la dueña de Abilia procedió legalmente y el pasado 14 de agosto demandó a través de su abogado, Javier Coello, señalando que Becerra Pocoroba “de manera directa, cínica y precisa” dijo que las quejas de los vecinos que se oponían a la construcción dirigida por su empresa podrían cesar “con el pago de 5 millones de dólares, más 600 mil dólares para su abogado”.

Recordemos que cuando se dio a conocer el video en el que pide la mochadota, Pocoroba intentó justificar sus dichos asegurando que no era “extorsión”, sino una “negociación”… “Se elaboró un convenio que no se firmó, en el que se preveía una pena convencional, pero no de cinco millones, sino una pena que de alguna manera, si ellos (los representantes de Abilia) no cumplían, se tomarían cotizaciones y podrían ser de hasta cinco millones”.

Bueno, así como Bill Gates, al parecer doña María Asunción Aramburuzabala no se hizo rica firmando convenios…

*Vía Proceso

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