Esta es una de esas historias que nos hacen preguntarnos en qué siglo estamos. Fezco, como antes se llamaba, es un perro de entre 4 y 5 años de edad, con un peso de más o menos 22 kilogramos. Hace unos cuantos días fue abandonado en un refugio del condado de Stanly, en Carolina del Norte, Estados Unidos, solo porque sus dueños creían que tenía conductas gay.
No, no es broma, así sucedió.
¿Neta abandonaron un perro por creer que es gay?
Así es. De acuerdo con el refugio de los Servicios de Protección Animal del Condado de Stanly, los dueños llegaron con Fezco hace algunos días y dijeron que habían cachado al perro montando a otro perro macho. Que consideraban que esas eran conductas de gay, que no querían tenerlo cerca y que mejor lo entregaban al refugio.
La razón absurda y el buen estado de salud del perro hizo que el refugio publicada la historia en sus redes sociales para buscarle un nuevo hogar. La búsqueda no tardó mucho.
Fezco es un perro muy social, le gusta estar acompañado de otros perros, jugar y es amable con las personas, pero lo que llamó la atención de sus nuevos dueños es que lo hayan abandonado por “conductas gay”.
Por medio de sus redes sociales, el refugio que estaba cuidando a Fezco anunció que ya había sido adoptado y que ahora iría a un hogar para seguir siendo feliz por el resto de su vida.
Steve Nichols y su pareja John se enteraron de la historia del perro por redes sociales y decidieron buscar su adopción ya que ellos también habían sido víctimas de discriminación en el pasado. Ahora Fezco se llama Oscar en honor a Oscar Wilde.
Los nuevos dueños afirmaron a un medio local que la anterior familia del perro además de ser intolerante a niveles ridículos, tampoco cuidaban bien de él. Los análisis veterinarios confirmaron que el perro no ha sido castrado y tiene parásitos en el corazón.
Ahora Oscar pasará el resto de su vida con su nueva familia y con otro perrito chihuahua llamado Harry.
Pero…
¿Es probable que este peludito amigo fuera homosexual?
No, aunque si lo fuera ¿qué tiene de malo?
De acuerdo con la Sociedad Estadounidense para la Prevención de la Crueldad contra los Animales, montar o empujar a otros puede ser un comportamiento de juego o de masturbación normal en las mascotas y no necesariamente es un indicativo de su sexualidad.
Aunque, hay estudios que han observado comportamientos homosexuales en más de mil 500 especies de animales. Sin embargo, si tomamos en cuenta que el perro no había sido castrado, probablemente el comportamiento de montar a otro macho tenga una explicación más lógica.