Hace 45 años fue creado el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro en la ciudad de México. Actualmente, es usado por casi 5 millones de personas al día y aunque sigue dando de sí, no cabe duda de que se encuentra rebasado por la demanda y desgastado por el uso constante.

Con la intención de mejorarlo, el Gobierno de la ciudad, en conjunto con el Gobierno Federal, se dio a la tarea de expandir el servicio con la creación de la línea 12, también llamada “dorada” o “del bicentenario”. Ni la presentación como la obra del sexenio de Marcelo Ebrard ni llamarlos con tan rimbombantes etiquetas pudieron ocultar lo que más tarde resultaría obvio: la obra fue hecha con prisa y sin los controles de calidad adecuados. Hoy, decenas de miles de capitalinos se encuentran afectados por los desperfectos.

Hace dos días, al dictar su mensaje por el Segundo Informe de Gobierno, Enrique Peña Nieto anunció que, una vez más, el Gobierno capitalino y el Federal volverían a unirse para trabajar en la ampliación de 4 líneas del metro: la Línea 4 del Metro Martín Carrera a Ecatepec; de la Línea “A” de la Paz a Chalco; la Línea 9 de Tacubaya a Observatorio, y finalmente se extenderá la línea 12, de Mixcoac a Observatorio. Las dos últimas están relacionadas con el proyecto del tren México-Toluca, cuya realización arrancó hace poco.

También serán ampliados los sistemas de Guadalajara y de Monterrey, así como el Tren de Alta velocidad México-Querétaro.

La incertidumbre y la desconfianza no se han hecho esperar. La falta de resultados a partir del aumento a la tarifa del metro, impuesta a los capitalinos hace casi 300 días, así como los costos millonarios de los errores de construcción de la línea 12 son un terrible antecedente frente a las nuevas obras proyectadas. Ambos gobiernos compiten por los beneficios políticos de las obras, dejando de lado la calidad del servicio.

Además, la falta de transparencia en los gastos del STC, revelados durante el debate en torno al aumento a la tarifa, hacen sospechar que las fuertes inversiones en el sistema terminan donde no deberían: en los bolsillos de los titulares.

De los mil 958 millones de pesos que el metro utilizó en adquisiciones antes del aumento, sólo 23.44% fue invertido bajo el modelo de licitación. El resto de los contratos fueron otorgados algunos particulares de forma oscura y sin justificación.

Así mismo, en 2012 el metro  compró desarmadores a 442.31 pesos por unidad. El precio comercial al menudeo en tiendas de los mismos durante aquél año fue de 135.72 . Estos son sólo un ejemplo de irregularidades que incluyen sobre facturaciones, y faltas de declaraciones hasta por 116 millones 916 mil pesos.

Tras el aumento de la tarifa el Gobierno del Distrito Federal (GDF) reconoció que no podrá cumplir todos los proyectos a los que se comprometió en el tiempo fijado, así que le dará prioridad a la compra de trenes, en lugar de resolver fallas y darle mantenimiento a las instalaciones.

Hace unos días, te presentamos un entrevista que el Patas de Cabra hizo a algunos usuarios.

Según las personas que entrevistamos, los principales problemas son:

  • La lentitud de los trenes.
  • La corrupción.
  • Las estaciones tienen muchas fugas (¡Parece acuario!)

Afirman que lo que el gobierno debería hacer es:

  • Un sistema de pago más eficiente, que vaya por zonas.
  • Aumentar el número de trenes

Si hacemos cuentas, cada usuario del metro que lo use diario ida y vuelta, está pagando aproximadamente 1,460 pesos más al año. Anteriormente, nos dimos cuenta de que el gran problema es que el metro gasta más en burocracia que en mantenimiento y lo que gasta en mantenimiento lo gasta mal y en lo oscurito (ahí tienen la línea 12 como ejemplo) ¿Es justo darles más dinero cuando lo han usado mal hasta ahora? Recordemos los resultados de la encuesta que realizamos a finales del año pasado:

Cuando aumentó la tarifa, las autoridades se comprometieron a 11 acciones para mejorar los servicios del metro.

 

Recientemente el gobierno de Mancera, aclaró que estos proyectos se lograrán con la ayuda de un fideicomiso con una partida inicial de 2 mil 526 millones de pesos. De lo que se obtengan los próximos cinco años, sólo les alcanzará para la compra de los 45 trenes para la Línea 1, que va de Pantitlán a Observatorio.

Las prioridades que atenderán:

  • Comprar 45 trenes nuevos con aire acondicionado para la Línea 1, y 12 (sí, la que no sirve).
  • Darle mantenimiento a la Línea 2.
  • Reparar 105 trenes, de los cuales algunos llevan 10 años fuera de servicio por falta de refacciones,
  • Modernizar los frenos de 85 trenes en las líneas 4, 5, 6 y B
  • Incorporar a mil 200 policías para terminar con los vagoneros.
  • Renivelar la Línea A y eliminar el doble pago en Pantitlán.

Los otros cuatro puntos que se tenían contemplados originalmente ya fueron desechados (50 escaleras eléctricas en la línea 1, 2 y 3; comprar ventiladores, remodelar la línea 1 con ayuda del metro de París y modernizar los torniquetes).

Ahora el STC Metro tendrá que presentar un informe trimestral de lo que está haciendo hasta el 2018. La realización completa del plan de mejora del metro está proyectada para 2063. Si ahorita tienes 20 años, cuando tengas 80 verás un metro completamente renovado y eficiente ¡Ten paciencia!

 

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