Con el regreso del EZLN, y a 19 años de su levantamiento en armas, les presentamos una pequeña reflexión para entender mejor de dónde surge el movimiento y cuál fue su valor.
La guerrilla en Latinoamércia es un tema muy espinoso para las ciencias políticas, no es fácil comprender un fenómeno en el que un grupo de personas no están conformes con su sistema político, económico y social y deciden entablar una pelea (casi siempre armada) en contra del estado. La pregunta clave es: por qué enfrentarse a un estado que posee el monopolio de la fuerza, que tiene un ejército y que supera en número a la rebelión. Ahí está la columna vertebral de toda guerrilla, y la pregunta no es fácil de responder.
¿Pero qué es una guerrilla? En términos generales, la Guerra de Guerrilas es una táctica militar que consiste en atacar al enemigo desde posiciones dispares, no como un ejército normal lo haría, sino de forma dispersa, rápida e inesperada. Los guerrilleros, al constituir fuerzas pequeñas pero móviles se convierten en un blanco muy difícil de atacar.
En Latinoamérica, los resultados de la guerra de guerrillas han sido muy dispares porque no se puede decir que la guerrilla en esta región tenga muchos rasgos afines además del de la lucha contra el estado. Por ejemplo, en Nicaragua, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, peleó contra el gobierno y logró (con rupturas y todo) llegar al poder; pero están también por ejemplo, otras asociaciones que para muchos son más terroristas que guerrilleras como las FARC o el Sendero Luminoso en Perú.
Pero volvamos a México. Aquí, la guerrilla tiene profundas raíces, la lucha campesina e indígena tiene un pasado lleno de brillantes ideas y de terribles injusticias. Allí está el mismo Lucio Cabañas, combatiente de la sierra que fue asesinado por el ejército en los años setenta, pero tenemos guerrillas más recientes como el Ejército Popular Revolucionario (1996) y el mismo EZLN que hizo su aparición un primero de enero de 1994.
El EZLN ha protagonizado muchos eventos importantes en nuestro país y a través de décadas mucho se ha escrito y opinado al respecto y, como verán, hay preguntas que tienen una respuesta clara: qué es el EZLN, cómo y dónde actúa, etc., pero otras son mucho más difíciles de responder porque interviene en ellas una visión subjetiva de los hechos políticos: ¿por qué tomar las armas; un movimiento armado es la mejor respuesta para combatir la injusticia social? etc.
Así que vamos por partes para comprender primero lo que es fácil de explicar, datos y lugares, acontecimientos importantes, para luego pensar en temas un tanto más crípticos.
¿Por qué luchar?
El EZLN no apareció así nada más, está ligado a las luchas campesinas e indígenas que comenzaron a formarse por los años sesenta. Se puede decir que uno de los problemas principales en aquellos entonces (principalmente en Chiapas) era el reparto injusto de la tierra. La expansión de la ganadería, propiciado por el gobierno en los años sesenta, logró que Chiapas fuera uno de los estados más importantes en producción ganadera, pero a costa de invasiones y despojo de tierras comunales.
Ante el descontento de los indígenas, el gobierno comenzó un plan para colonizar la Selva Lacandona. Echeverría frimó un decreto en 1970 en el que entregaba a 66 familias lacandonas 614, 321 hectáreas de selva. A muchos les pareció extraño el súbito interés del gobierno en los lacandones, pero después sería revelado que el gobierno más bien trataba de contener el avance de los colonos a la selva y de pasar el control y explotación de los bosques a la empresa Nafinsa, que firmó un contrato con los lacandones en el que se comprometían a entregar 55, 000 metros cúbicos de madera al año. Como éste, se sucintaron muchos problemas en aquellos años (como el nuevo discurso ecologista a través del cual se evitaban asentamientos en regiones con mucho petróleo y uranio en la selva).
El descontento aumentaba y la sociedad comenzó a organizarse. En los años 70 se crearon múltiples organizaciones indígenas y campesinas que planeaban iniciar la lucha por la tierra. Ahí estaban asociaciones tan importantes como la Rural de Interés Colectivo (Unión de Uniones) o la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos, sin las cuales no se hubieran conseguido el avance en los derechos de obreros y campesinos.
Junto con estos grupos de autodefensa nacería el EZLN. Por aquellos entonces un hombre llamado Patrocinio González, gobernador de Oaxaca entonces, pretendió criminalizar la lucha por la tierra (tipificándola como motín, sedición y daños al patrimonio estatal), durante su mandato, casi todos los dirigentes campesinos estaban presos.
Fue entonces cuando llegó Carlos Salinas de Gortari al escenario y propuso su reforma agraria. En 1989 declaró:
El reparto masivo de tierras ha concluido. Quien afirme que todavía existen millones de hectáreas por repartir está mintiendo.
Aquí fue donde las organizaciones campesinas e indígenas vieron coartada la lucha legal y pacífica por las tierras. Frente a la reforma del artículo 27 (la reforma agraria de la que hablé), el fraude electoral de Salinas de Gortari y sus políticas económicas, como el Tratado de Libre Comercio o la nacionalización de la Banca, fue que campesinos e indígenas pasaron a engrosar las filas del EZLN.
El levantamiento, los años de lucha.
El EZLN ha afirmado constantemente que existe desde 1983 cuando varios grupos (armados y no armados) se unieron por la lucha campesina, sin embargo, no eran conocidos por los ciudadanos sino hasta un primero de enero de 1994.
Las agrupaciones que conformaban el EZLN votaron sí a levantarse el primero de enero del 94. En la madrugada, de sorpresa, tomaron 7 cabeceras municipales de Chiapas: Ocosingo, San Cristobal de las Casas, Altamirano, Las Margaritas, Oxchuc, Huistán y Chanal.
La lucha comenzó desde el amanecer; la toma de las cabeceras duró horas, algunas fueron retenidas por días incluso, pero en otras el ataque fue bien repelido. Desde San Crsitobal de las casas, los neozapatistas hacen su “Declaración de la Selva Lacandona” en donde declaran la guerra al gobierno mexicano y al presidente Carlos Salinas de Gortari. Pero el levantamiento no pedía tomar el control del gobierno: por primera vez un movimiento armado se pronuciaba ya no sólo por la urgencia de tierras o en contra de la injusticia; el EZLN reclamaba “trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”. La escena política en México ya no sería la misma.
El gobierno desde luego atacó por todos los flancos, militar y mediáticamente: Carlos Salinas le dice a la población que el levantamiento no es indígena y ofrece perdón a los que depongan las armas.
Con el paso de los días, se dio un cese al fuego y ambas partes reconocieron a Manuel Camacho Solís (político mexicano allegado a Carlos Salinas), como mediador del conflicto. La lucha armada, sin embargo, continuaba a la par de los acuerdos escritos, mientras la SEDENA atacaba los campamentos del EZLN, la presidencia se comprometía a realizar cambios conforme a la ley.
Muchas fueron las figuras que en los primeros meses trataron de mediar entre las partes, por ejemplo el Obispo Samuel Ruiz pero casi todos los esfuerzos terminaban en fracaso porque, para que el gobierno cediera y reconociera las demandas zapatistas, tendría que reconocer su fracaso en materia económica y social.
Así que un año después del levantamiento, en 1995, el presidente Ernesto Zedillo, afirmó que había descubierto las identidades de los dirigentes zapatistas y la de su portavoz, el sub Comandante Marcos, quien se afirmó, era realmente Rafael Sebastián Guillén Vicente, filósofo y ex-profesor de 38 años. Se giró una orden de aprehensión para todos los líderes acusados de terrorismo y dos días después el ejército avanzó sobre varias poblaciones de Chiapas.
Ante la indignación de la izquierda y el apoyo ofrecido a los zapatistas por parte de la sociedad civil, Zedillo tuvo que sentarse otra vez a negociar, ocurrió ahí que el gobierno firmó el “Protocolo de Bases para el Diálogo y Negociación del Acuerdo de Concordia y Pacificación con Justicia y Dignidad”, las famosas mesas de San Miguel.
A partir de entonces el sub Comandante Marcos sale de su puesto en la selva y participa en diversos encuentros indigenistas. Cada año, el EZLN publicaba una nueva Declaración de la Selva Lacandona (se pueden consultar en la web), y actualizaban sus posturas y por lo tanto su lucha.
El 16 de Febrero de 1996 es una fecha importante para el movimeinto zapatista pues fue la primera vez que firmó un acuerdo con el gobierno federal: Los acuerdos de San Andrés contemplaban cuatro mesas de diálogo: I Derechos y Cultura Indígenas; II Democracia y Justicia; III Bienestar y Desarrollo; y IV Derechos de la Mujer Indígena. No está de más dejar de manifiesto la importancia que estos puntos representaban en materia de debate político; por primera vez un grupo disidente (una guerrilla armada además) lograba que el gobierno se postulara frente a exigencias tan concretas y vitales y que habían sido sistemáticamente eclipsadas por ejemplo, los derechos de la mujer indígena.
Sin embargo, estos acuerdos no llegaron muy lejos, toda vez que las fuerzas policiacas arrestaron y condenaron por terrorismo, en ese año a dos miembros del EZLN, la organización volvió a cerrar filas y dijo que no podría volver al diálogo hasta que fueran liberados los miembros.
El 22 de Diciembre de 1997 es uno de los día más negros en la historia de nuestro país, la injusticia e impunidad nunca se habían erigido de forma más insultante que con la matanza en Acteal. Ese día, un grupo paramilitar ingresó en la comunidad de Acteal, en Los Altos de Chiapas y asesinó brutalmente a 45 indígenas tzotziles que oraban en una iglesia. Siete horas duró la masacre, 16 eran niños y adolescentes, 20 eran mujeres, de la cuales 7 estaban embarazadas y nueve eran hombres. El gobierno dijo que había sido un enfrentamiento étnico y trató de inculpar a un grupo indígena, sin embargo la Suprema Corte de Justicia de la Nación llegó a la conclusión de que la Procuraduría había fabricado pruebas contra éstos.
Algunos policías pasaron 3 años en la cárcel… nada más se hizo.
El EZLN se pronunció inmediatamente en contra de estas manifestaciones del estado para silenciar y reducir la disidencia. Después El EZLN comenzó a caer paulatinamente en el silencio; si bien se plantearon acuerdos con Vicente Fox, durante la administración de Calderón, los zapatistas guardaron un sepulcral silencio.
EZLN y el aprendizaje de la convivencia
Mucho se puede decir de los resultados políticos del EZLN, pero no se puede negar que su forma de actuar para con las comunidades indígenas fueron una enorme enseñanaza a la hora de plantearnos la disidencia de finales del siglo XX. El EZLN contruyó un sujeto político que planeaba la emanciación de los indígenas, les porponía una toma de conciencia de su dignidad y de lo que valía su cultura, le mostró las razones por las cuales vivían en condiciones de pobreza y segregación.
El EZLN, que al principio estaba compuesto de mestizos, tuvo que enfrentarse a un mundo que no conocía, el mundo indígena cuya concepción misma de la vida es fascinantemente diferente a la nuestra y los indígenas también tuvieron que aprender en qué contexto estaban librando su lucha. Este intercambio cultural resulta de vital importancia en un mundo globalizado en donde se nos ha advertido constantemente que las culturas autóctonas no podrán sobrevivir ante el avasallamiento del sistema global y sin embargo, el movimiento zapatista nos enseñó que estos grupo étnicos podían inscribirse en la lucha por la justicia incluso en plena posmodernidad.
Si bien el EZLN no representaba a la izquierda o a la total militancia del país, sí pudo articular los problemas locales con los problemas nacionales (e internacionales), en ese sentido fueron muy innovadores en el contexto mundial pues demostraron que las demandas étnicas eran igual de importantes y que se podía establecer una lucha común de derechos individuales y colectivos. Insertar a los indígenas y campesinos en la dinámica social que les ha sido negada por tanto tiempo es uno de sus principales logros.
Muchas guerrillas planean luchar por el poder estatal para luego impulsar un proyecto (socialista por ejemplo) desde el mismo estado; el EZLN no planeaba acomodarse en el lugar del estado actual, sino denunciar las injusticias y hacer que los pobladores le exijan a sus gobernantes.
El EZLN vino a quitar velos para visibilizar dos cuestiones cardinales en la vida política de nuestro país: primero, visibilizó a los indígenas y a su lucha, su diferencia y su valor y, en segundo lugar, denunció lo falso en el discurso que anunciaba que México entraba ya en el “Primer Mundo”. Los zapatistas le dijeron al mundo que en México no había estabilidad porque sus pueblos estaban siendo sistemáticamente reprimidos y su población civil estaba siendo timada con un evidente faude electoral, sí, el EZLN echaba por los suelos la ficción modernizadora del salinismo.
Vuelven
Ha vuelto el EZLN. El 21 de diciembre pasado, 40 mil personas salieron a marchar en varias zonas de Chiapas (entre ellas Ocosingo, una de las zonas más importantes en el levantamiento del 94), otra vez se veían los pasamontañas de antaño y Acteal fue recordado 15 años después.
El EZLN ha dejado claro que están aquí porque “el PRI sigue aquí”. Su aparición está acompañada de algunos comunicados y cartas en donde deja de manifiesto su vigencia. El comunicado afirma que “todos (la clase política) han fracasado” y que
NO ES EL NUESTRO UN MENSAJE DE RESIGNACIÓN.
NO LO ES DE GUERRA, DE MUERTE Y DESTRUCCIÓN.
NUESTRO MENSAJE ES DE LUCHA Y RESISTENCIA.
Hoy, el movimiento zapatista cumple 19 años de haberse levantado en armas y muchos le recriminan el silencio que guardó durante tanto tiempo. ¿Por qué volver ahora?
El panorama político en nuestro país se torna nebuloso, ya desde el día uno de su mandato, Peña Nieto anunció reformas para la estabilidad del país mientras en la calle se reprimía a la disidencia. El EZLN no es el mismo de hace 20 años eso es cierto, sin embargo, su regreso debe hacer que nos planteemos preguntas tal vez olvidadas. Esas preguntas que al principio dije, tenían una difícil respuesta: ¿cómo luchar por la justicia y la dignidad, qué hacer, cómo exigir el respeto de los derechos? Para muchos, las marchas no sirven de nada, otros creen que tomar las armas no es el camino, también hay quienes piensan que la protesta popular no es una moda y su valor es enorme toda vez que le demuestra a la sociedad que no todos están conformes y que hay problemas de los que deben participar como ciudadanos, para otros, sin embargo, las vías legales se han agotado hace mucho y no queda más que el uso de la fuerza.
Mucho nos enseñó el EZLN cuando apareció por primera vez; ahora que ha anunciado una nueva agenda política debemos recordar todo aquello que logró, pero también todo aquello que no pudo terminar y adoptar una actitud crítica frente al movimiento, dimensionarlo de acuerdo a las nuevas condiciones.