El mariscal Josip Broz, “Tito”, líder del estado Yugoslavo, murió el 4 de mayo de 1980 en lo que aquél entonces era Luibliana, en la República Yugoslava, ahora denominada Eslovenia. Luego de ese día, como un polvorón la República Federativa Socialista de Yugoslavia comenzó a desmoronarse.
Desde su gestación, la mixtura de múltiples naciones -Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia, Macedonia y Montenegro- crearon un importante conflicto étnico y nacionalista que tras la muerte de “Tito” terminó por hacerse muy presente.
No fue, sin embargo, hasta noviembre de 1991 cuando los serbo-bosnios, habitantes de Bosnia y Herzegovina, efectuaron un referéndum, en el cual demandaban que Serbia y Montenegro se convirtieran en estados únicos. Para enero del año siguiente los serbo-bosnios se proclamaron una “República separada de personas serbias de Bosnia y Herzegovina”, sin embargo el gobierno del país declaró que dicho referéndum era anticonstitucional. Sin embargo un 98% de los votantes habían votado por la independencia. El gobierno de la república concedió dicha independencia en 5 de abril, día en el que los primeras víctimas de esta lucha llegaron.
Esta separación sólo agudizó los roces entre las etnias, y poco tiempo después la guerra en Bosnia había comenzado. En los meses siguientes al día de independencia, el ejército Popular Yugoslavo, se movilizó en las colinas que rodeaban Sarajevo, la urbe más poblada de Bosnia y Herzegovina; instalando artillería y cuerpos de combate que les permitirían ejercer el asedio más prolongado de la historia moderna. Empezando oficialmente con el sitio el 2 de mayo del 92.
Durante la segunda mitad del 92 y los meses primeros del 93, el sitio se convirtió en un fenómeno sangriento; las Fuerzas serbias bombardearon las defensas gubernamentales, crearon las “Avenidas de los Francotiradores” llenando los techos con hombres armados que tiraban a los que pasaban.
El mercado negro infiltró armas a Sarajevo, lo que le permitió a la gente protegerse; se cavó un túnel en el 93 que permitía el ingreso de suministros para la ciudad y la salida y entrada de gente; el aeropuerto fue abierto al transporte aéreo de la ONU, sin embargo la violencia sobrepasó todas las medidas antes mencionadas: durante el sitio de Sarajevo, se registraron en promedio 329 impactos de proyectiles por día, aunque muchas veces esa cifra se sobrepasó, como el 22 de julio del 93 en el que hubieron 3 777 impactos. Este bombardeo dañó la ciudad irremediablemente.
El 1 de junio de 1993, quince personas fallecieron y 80 fueron heridas durante un partido de fútbol. El 12 de julio del mismo año, 12 personas murieron mientras hacían cola para obtener agua. Y por supuesto, debemos recordar la masacre del mercado de Markale, el 5 de febrero de 1994, donde murieron 68 civiles y otros 144 resultaron heridos. El escándalo llegó años después cuando se supo que los Estados Unidos habían armado a las fuerzas que provocaron dicha masacre (No les suena familiar)
Luego de esto la OTAN intervino en Sarajevo bloqueando los almacenes de armas y atacando los depósitos de municiones serbios.
Un alto al fuego se dio en octubre del 95, cuando se firmaron los Acuerdos de Dayton que fueron promovidos por Clinton y que estipulaban una estabilización regional,;una delineación de las fronteras entre Bosnia y Herzegovina y la república Srpsk -creada por los serbios-bosnios luego de su independencia en el 92-; elecciones democráticas; respeto a los derechos humanos, entre otros.
Lamentablemente, este acuerdo llegó tarde, para ese entonces ya habían muerto en la guerra de Bosnia más de 250.000 personas, esto sumado a los 2,5 millones de refugiados.
No fue hasta un 29 de febrero de 1996, cuando el asedio a Sarajevo terminó finalmente.