Fue un día durísimo en la conferencia mañanera de Palacio Nacional. En un momento bastante extremo, que quedará guardado en la memoria de la prensa nacional, AMLO presentó lo que llamó “una hojita” en la aparecía lo que, presuntamente, era el ingreso anual del periodista Carlos Loret de Mola.
El presidente admitió que ese informe “se lo entregaron” y que no estaba certificado.
La situación podría pasar desapercibida —después de todo fueron 8 minutos en una conferencia de más de dos horas—, pero dejó muchas preguntas sobre la libertad de prensa, el acoso, la información pública y el funcionamiento del aparato gubernamental. Acá hicimos un pequeño resumen.
¿Cómo obtuvo AMLO la información?
La “hojita”, como dijo AMLO, supuestamente le llegó como un informe anónimo.
En el camino, antes de agarrar el micrófono y presentar un documento que no estaba certificado, avisó que le pediría a la Secretaría de Hacienda que corroborara los datos. La información —que habría salido de las cuentas personales de Carlos Loret— presenta una pregunta importante sobre la legalidad de los datos y que el presidente los tenga.
El periodista Salvador Camarena, en su cuenta de Twitter, lo mencionaba así: “Nos obligan a cuestionar si no está utilizando ilegalmente al SAT en sus intentos de desacreditar a la prensa”.
¿Son datos públicos?
La diferencia entre lo público y lo privado son asuntos… importantes en México. Es una discusión larga y tendida en la política que nos deja preguntas por montones. Sobre todo, al menos en este caso: si lo que gana Loret de Mola debería ser conocido por todos, a pesar de no ser funcionario. Pues las leyes dirían que no.
“Usar datos confidenciales para atacar a un periodista es totalmente inaceptable”, señalaba la periodista Tania Montalvo, citando las leyes mexicanas sobre datos personales o hasta el Código Fiscal.
El periodista Daniel Lizárraga —que chance recuerdan por su participación en la Casa Blanca de EPN— llevaba la conclusión de AMLO al país en general y cómo, si lo hizo el presidente, podríamos hacerlo todos. “¿A partir de hoy entonces ya es pública la información de particulares ante el SAT? Digo, ¿ya podemos meter solicitudes de información de otros particulares?”, escribió.
¿Cómo debería responder un gobierno?
Sabemos que Carlos Loret de Mola y AMLO no son cuates. Las investigaciones del periodista han revelado actos de corrupción, colecciones de bienes raíces y conflictos de interés en el gobierno actual. El presidente, a su vez, ha dicho que todas esas acusaciones han sido falsas e incluso, pagadas, para golpearlo.
Entonces, nos preguntamos: ¿cómo debería responder un gobierno ante el periodismo incómodo… incluso, cuando opina que este es falso?
“De un gobierno democrático se espera investigación… No ataques ad hominem contra periodistas sólo porque no gusta lo que publican”, contaba la periodista Claudia Ramos en su cuenta de Twitter. “Si hay información falsa o errónea se le hace frente con información verificada. Los abusos de poder son inadmisibles en democracia”.
También, desde el punto de vista penal, se plantea una discusión interesante.
“Lo peligroso de este discurso aparte de utilizar el aparato punitivo estatal simbólico para criminalizar, es también, el discurso de “esta justificado” porque es “el enemigo”, explicaba en redes sociales Leslie Jiménez, coordinadora de proyectos en la organización Impunidad Cero y es maestra en Derecho Penal Acusatorio.
¿Abre la puerta a más ataques contra la prensa?
Esta mañana, acá mismo en Sopitas.com, les contábamos la historia del sexto periodista asesinado en lo que va del 2022. Uno por semana. La situación de la prensa en México y la seguridad de reporteros, reporteras y periodistas está… para no decirlo de otra manera, de la fregada. ¿La respuesta de AMLO abre la puerta a que empeore?
Jorge Israel Hernández, periodista y especialista en libertad de expresión, opinaba: “Es un mensaje claro y contundente a funcionarios de todos los niveles: así se responde cuando el periodismo nos llama a rendir cuentas”.
Y además, comentaba en su cuenta de Twitter que a Carlos Loret, por su fama o reconocimiento, podría encontrar salidas en su defensa… pero eso no sucede en el resto del país. “Otros colegas con menos visibilidad, herramientas y capacidad de reacción, quedan expuestos ante la intimidación y violencia que ejerzan funcionarios de menor nivel (pero con poder)”, explicaba.
Si reclamamos con EPN y Calderón, ¿por qué no con AMLO?
Este es una duda que ha surgido mucho durante el sexenio, pero en cuestión de ataques a la prensa y de los micrófonos de quienes lo condenan, sucedió algo interesante al comparar lo que sucedió con Loret de Mola y AMLO, con lo que habría pasado con Peña Nieto o con Calderón.
Juan Omar Fierro lo emparejó con lo sucedido en el caso Pegasus —por violar privacidad e intimidar a los periodistas críticos. Rafael Cabrera señaló que, ahora, le podría pasar a cualquiera.
Un ejemplo en redes sociales fue cuando el periodista Javier Garza Ramos le preguntó a Jenaro Villamil, antes periodista y ahora funcionario de comunicación presidencial, qué habría pasado en un sexenio anterior. “Me imagino que bajo este parámetro hubiera sido perfectamente aceptable si el gobierno de Peña Nieto hubiera publicado información personal tuya o de tus compañeros cuando trabajabas en Proceso”, escribió en Twitter.
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A final de cuentas, la cosa está canija.
Lo sucedido con AMLO y Carlos Loret de Mola no son enchiladas y no podríamos minimizar esos cinco minutos al micrófono, el horno no está para bollos. México sigue siendo uno de los países más peligrosos en el mundo para ejercer el periodismo… y lo de esta mañana generó muchas preguntas para el futuro.