A estas alturas y con tantos funerales de escritores, ya deberíamos saber todos que el mejor homenaje que se le puede hacer a un literato muerto es leerlo. El caso de Gabriel García Márquez es especial porque ha sido y será llorado por legiones de fanáticos que creyeron (o creen) a pie juntillas su versión unívoca y tercermundista de América Latina. Podemos creerla o no, pero si vamos a hablar de ella será mejor que hayamos leído un par de cosas, ¿no creen?
1. El ahogado más hermoso del mundo
Este cuento fue escrito en 1968 y publicado en la colección La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada, en 1970. Relata la reacción de un pueblo caribeño cuando a sus costas llega el cadáver de un ahogado desproporcionado. No sólo levanta las pasiones mansas de las mujeres del lugar, sino que causa la admiración y la envidia de los hombres que ven en sus gigantescas espaldas y en su rostro adusto toda la virilidad y la fuerza del mundo. El pueblo enamorado del cadáver se amolda a él con el único fin de poder llamarse “el pueblo del ahogado más hermoso del mundo”.
2. Un señor muy viejo y con unas alas enormes
Escrito en 1955, también apareció en la colección de la Cándida Eréndira. Este breve relato condensa lo mejor de la prosa de García Márquez y lo más abigarrado de su imaginación. En un corral de gallinas se encuentra un hombre muy viejo con gigantescas alas. Pronto los dueños del corral lo consideran un ángel y lo exhiben para que cumpla milagros, como en un circo. El viejo se hace famoso en toda la región y casi es adorado hasta que en las inmediaciones aparece un prodigio más grande que pronto provoca que sea olvidado.
3. Crónica de una muerte anunciada
Esta novela, de 1981, no es para nada desconocida para los lectores de García Márquez, pero vale la pena recordarla porque para muchos es el mejor libro de toda su producción. En su estilo particular, el escritor da nueva vida a la novela policiaca entreverada con su excelente manejo del periodismo. Se trata de la crónica de un asesinato narrado por sus propios testigos, pero contada de manera peculiar. La novela empieza con un final, sigue con un principio y termina con un desarrollo. En suma, el tiempo así narrado pone en entredicho la clásica noción policiaca de saber la verdad. Desde el principio sabemos quién mato a Santiago Nasar, cómo y por qué. Lo interesante es preguntarnos, entonces ¿por qué seguimos leyendo?
4. El otoño del patriarca
El otoño del patriarca es la aportación de García Márquez a la tradición de la novela de dictadores en América Latina. Su trabada escritura consta de un párrafo por capítulo, y solo una oración en el capítulo final. Con esa estructura se construye un mundo opresivo y pequeño que aplasta la magnitud elefantesca del dictador. Como en casi todos los relatos de este tipo, en esta novela se muestra cierta admiración recelosa al dictador, como si fuera un tipo santo demasiado grande, y por lo tanto demasiado solo, como para ser parte de este mundo de pequeñeces.
5. Relato de un naufrago
Como sabrán, García Márquez se inició en los menesteres de la pluma como periodista. Una de las crónicas que mayor celebridad le brindó en su tiempo fue precisamente Relato de un naúfrago. Publicado por entregas en 1955 y luego recogido como libro en 1970, este relato cuenta las aventuras de Luis Alejandro Velasco, un militar que naufragó diez días en espera de ser rescatado. Cuando regresó a tierra fue aclamado casi como santo nacional, hasta que su retorno denunció que el accidente había sido causado por cargamento de contrabando que la armada colombiana puso en alta mar. Entonces se convirtió en uno de los olvidos favoritos del gobierno de aquel país.