43 familias mexicanas no celebraron la navidad, y no son las únicas, nuestro país ha vivido tiempos terribles y cientos de miles de muertos están regados por todo el territorio nacional. La tierra está manchada de sangre y a las instituciones gubernamentales no parece importarles.

Hoy se cumplen 3 meses de que los normalistas no aparecen ¿3 meses y nada? ¿qué clase de gobierno tenemos?

Un Estado que permite la desaparición y el asesinato sistemático es un Estado cómplice. La corrupción que reina entre la mal llamada clase política ha podrido cualquier cosa buena que pudiera tener cualquiera de las instituciones estatales. No tiene caso tener buenas leyes si no tenemos hombres capaces de hacerlas cumplir. En vez de eso tenemos entes monstruosos, impresentables que se la viven gastando el dinero de los contribuyentes, haciendo negocios con criminales y asesinos, gente terrible que lleva mal el barco de nuestra nación y que está haciéndonos encallar en las costas del poco crecimiento económico, la impunidad, la poca capacidad adquisitiva de los trabajadores, la pobreza, la violencia sistémica,  y la miseria.

Por otro lado, recordemos que Proceso en su edición 1989 publicó que una investigación hecha por ellos (a cargo de Anabel Hernández y Steve Fisher) en la que decían que la Policía Federal había orquestado el ataque y que había complicidad por parte del Ejército. También revelaron que los estudiante nunca habían sido llevados a la estación municipal de policía y que declaraciones habían sido obtenida por medio de torturas. Murillo Karam dijo que, de tener otras pruebas se las hagan llegar pues el no tiene ninguna que apunte a una actuación por parte de los federales (aunque sí se tiene registro de que monitoreaban al camión de los jóvenes desde su partida). 

El día de ayer, los padres de familia de los 43 estudiantes desaparecidos protestaron frente a Los Pinos y en Chilpancingo pusieron un árbol con los rostros de cada uno de sus hijos para que la gente escribiera buenos deseos.

Granaderos impidieron que los padres siguieran avanzando a la casa del presidente y fuera de ella hicieron un mitin en el cual recordaron al señor que no ha cumplido su promesa y que ellos no podrán cenar felizmente con sus familias, ni él debería poder hacerlo, pues es el que debe responder ante las crisis del país (para eso es presidente).

Ayer, en un discurso, uno de los compañeros de los jóvenes desaparecidos, Omar García, dijo:

«Venimos de parte de un pueblo que a partir del 26 de septiembre empezó a abrir los ojos»

«Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias para encontrar a nuestros compañeros, no es una amenaza, no es una advertencia, es una determinación de los padres de familia»

Una determinación que proviene del lugar con más fuerza que pueda existir en este mundo: el amor de una madre a su hijo.

El día de mañana se cumple un mes más y los jóvenes estudiantes siguen sin aparecer:

«Estamos por cumplir 3 meses en una lucha de cara a Enrique Peña Nieto y a sus instituciones corruptas y caducas»

«Nosotros no somos parte de un proyecto político o de un partido político, nosotros somos estudiantes»

Y estos estudiantes piden lo que todos en el país pedimos: que las cosas cambien, que empiecen a funcionar:

«Queremos un México distinto, queremos que las cosas cambien en el país, que estén en mejor»

Hoy no es Navidad para ellos, y es que, según Omar, no hay diferencia para ellos entre un día festivo y uno que no lo es. Para los padres todos los días son iguales, son días de búsqueda.

Además le pide a Peña que se ponga en los zapatos de los padres, unos padres de familia que mandaron a sus hijos con esfuerzos (son campesinos empobrecidos) y que esperaban que con los estudios tuvieran un mejor futuro…ese futuro no llegó y ha dejado a los padres en un presente perpetuo que es desgarrador.

«Estamos determinados a seguir adelante. Este movimiento ha trascendido lo político, tampoco es solo de los padres de familia… Es la crisis del país»

México está en crisis, una que es importante porque es la oportunidad que tenemos de cambiar las cosas y que ya no sean como antes. Las crisis son problemas, pero también oportunidades, pues muestran que debemos cambiar:

«En este país hay diferentes problemas, y diferentes asuntos que resolver y el Estado mexicano se ha v isto revasado. El sistema no nos funciona a los pobres de México»

«La mayoría de la sociedad mexicana tiene simpatía con los padres de familia porque han sufrido pérdidas de familiares también»

«Queremos ser un gran movimiento nacional que intente resolver este problema»

El pueblo mexicano no necesita mecenas, necesita apoyarse y unirse, ahora sí en un recogimiento que impida que las cosas sean como antes, esas supuesta normalidad perversa a la que quieren regresar los políticos. No podemos regresar a lo «ordinario», es tiempo de que los mexicanos seamos «extraordinarios».

Y sí, mientras lo hacemos (será un proceso largo y confuso) debemos seguir apoyando a estas 43 familias que no pueden celebrar Navidad con sus familiares, apoyarlos a ellos y a todas las cientos de miles de familias mexicanas que han perdido seres queridos o que viven sumergidas en la miseria y no pueden celebrar este día.

Omar termina el discurso con la consigna de los padres:

«Vivos de los llevaron y vivos los queremos»

Este es el discurso:

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@Filosofastrillo para @plumasatomicas

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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