En México, el crimen organizado ha tenido un crecimiento en número y brutalidad desde el inicio de la llamada guerra contra el narco de Felipe Calderón. La situación no ha mejorado con la nueva administración. Aquí te ofrecemos un rápido vistazo de algunos datos duros en torno al tema.
El clima de violencia provocado por la guerra contra (y entre) el crimen organizado han causado una cantidad estremecedora de muertes: de los 136 homicidios cometidos entre 2006 y 2012, 116 mil están asociados a la delincuencia organizada, según la instancia civil Líbera, conformada por periodistas y estadistas internacionales. Por su parte, el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, afirma que el actual gobierno federal ha realizado un conteo a partir de múltiples datos que arrojan un resultado de al menos 70 mil muertos tan sólo en el sexenio de Felipe Calderón.
Sin embargo, la violencia no ha cesado con la nueva administración de EPN. Desde 2009 hasta hoy, mil 200 funcionarios han muerto en todo el país, y de ellos, 43 eran presidentes municipales. A su vez, un 40% de todos los alcaldes del país se encuentran actualmente amenazados por el crimen organizado. Muchos de ellos se ven obligados a rendir fuertes tributos económicos que, por supuesto, provienen del presupuesto público. En México, el 70% de los municipios se encuentran quebrados.
La corrupción y colusión de autoridades, elementos de la policía y capos del crimen se debe en gran medida a un desorganizado, mal pagado e inconexo sistema policial. En México existen más de mil 600 cuerpos de policía independientes, la mayoría de ellos municipales, cuyos elementos ganan no más de 5 mil pesos al mes.
El narcotráfico es, sin embargo, tan sólo una de las actividades delictivas realizadas por el crimen organizado. De los más de 80 grupos que caen bajo esta denominación, tan sólo el cártel de Sinaloa tiene como principal fuente de ingreso la compraventa de drogas. Secuestro, tráfico de armas, asalto a industrias y extorsión a productores parecen resultar más rentables.
Vía: La Jornada, Proceso, el País
