El 25 de octubre, las tortas El Capricho cumplirán 40 años. Su gran característica es que son deliciosas, pero además inmensas. Una medición poco ortodoxa nos dio: 21 cm de largo y 18 de ancho. Lo alto de la torta depende de los alimentos con los que venga cargada, que usualmente son muchos.
La Sánchez, por ejemplo, que trae pierna española, milanesa y queso, llega a pesar hasta 750 gramos ya preparada.
A las tortas El Capricho hay que visitarlas alguna vez, por puro ejercicio de “glotonería”, o por sana indulgencia y ganas de engordar; el tamaño de la torta es casi del doble de una estándar o más.
Las tortas llegan retacadas y bien panzonas. Calculo que en una de pierna hay cerca de 400 gramos de carne, acicalada con todos los complementos que se te ocurra. Si te acercas a la plancha donde las preparan, las cantidades de alimento que se acumulan entre dos panes, que ocupan casi toda la extensión de un plato, vienen partidas a lo largo y contenidas en papel aluminio, porque tarde o temprano todo insiste en salirse del pan, que termina por ablandarse y ceder. Pero el ejercicio del ataque no deja de ser parte del rito de comerse una de estas gigantescas tortas. Te recomiendo que no voltees a ver al vecino, nadie se ve bien en estas lides y puede que hasta sea desagradable.
Han desarrollado una serie de “especialidades” con combinaciones como bistec encebollado en salsa; carne al pastor; la cubana cuya versión es monumental, y otras tantas que posiblemente no llegues nunca a terminar. Pero las clásicas son excelentes y con menos ingredientes controlas mejor el pan.
Los precios oscilan entre 66 por una pobrecita de huevo, bien rica, por cierto; la de carnitas, que es estupenda a 88 pesos o las especiales que cuestan 115 pesos. Si andas tronado de plata comparte el gasto con alguien, seguro te llenas.
“Eso es lo que hacíamos cuando estudiantes de la UP, que queda ahí a dos calles”, dice Luis Peredo acordándose de estas monstruosidades.
“El secreto”, dice Ernesto Sánchez, el dueño, “es el sabor, porque la milanesa se prepara con receta secreta y la pierna horneada es muy jugosa, y así”. Cuando WFM se encontraba a tiro de piedra de ahí, Gavito, el Negro Iñárritu, Martha Debayle, Fernanda Familiar, Martín Hernández, el “Burro” Van Rankin, Eduardo Videgaray y otros, compraban tortas tan seguido, que “alguna vez pensamos en hacer la torta WFM”, dice Ernesto, “pero todo quedó en ocurrencia, hubiera sido bueno”.
Acompáñala con agua de horchata y quédate a comerla en el lugar. Nada “fancy”, pero ahí saben mejor. Las calorías que consumes son suficientes para casi toda la jornada.
40 años después, El Capricho sigue entregando buenos niveles de producto.
El Capricho se encuentra en Augusto Rodín 407, esq. Empresa, en Insurgentes Mixcoac.
Por: César Calderón
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