Un día como estos, pero en 1986, nos presentaron a un chico que vivía solo en unas montañas y se dedicaba tanto a sustentarse pescando con la cola, como a practicar las artes marciales. Cuando vimos un escenario como ese, realmente no imaginábamos que esa historia cambiaría nuestras vidas.
El impacto que Dragon Ball ha causado en nuestro país, ha sido tan grande a lo largo de los años, que aún después de muchísimo tiempo, se sigue pasando de generación en generación. Es una historia que acompañó a muchos de nosotros en nuestra infancia y que nos mantuvo con las emociones a tope en todo momento.
Comenzó siendo un manga (cómic japonés) escrito e ilustrado por el gran Akira Toriyama, quien también trajo a nosotros Dr. Slump. Dragon Ball fue publicado en la revista Shonen Jump en 1984 y después adaptado a la pantalla en 1986.
Desde el primer momento en que vimos a Son Gokú comenzar su viaje siendo un niño, nos sentimos identificados con él, porque no era como los demás héroes; este no era musculoso, ni era un adulto, más bien un chiquillo de 12 años que había vivido solo desde el fallecimiento de su abuelo Gohan. A pesar de ser tan joven, el chamaco tenía una fuerza descomunal y conocimiento de artes marciales, por lo que podía valerse por sí mismo.
¡Te aventaba el piedra papel o tijeras y estabas frito!
Tanto su vida, como la nuestra, cambiaron cuando conoce a Bulma, una joven genio que tenía mucho dinero, poco qué hacer y nada que perder para embarcarse a una aventura que tenía como objetivo, el juntar siete esferas que según leyendas que había leído, podían invocar a un enorme y poderoso dragón que podría conceder cualquier deseo que se le pidiera.
En un principio, Gokú no confió en Bulma porque nunca había visto a una chica, pero debido a que el niño tenía un corazón noble y una gran inocencia, aceptó ayudar a su nueva amiga en su búsqueda. Poco sabían ambos que todo eso iba a cambiar el curso de su historia e incluso, el destino de la tierra misma y del universo.
Desde el momento en que Gokú deja las montañas, comenzó a ver un mundo totalmente nuevo desconocido para él. Durante su viaje, conoció tanto adversarios como guerreros que serían valiosos amigos en el futuro.
Todos fuimos testigos de su gran crecimiento como guerrero desde el mero inicio de la historia. Lo vimos pasar por el arduo entrenamiento del Maestro Roshi y conocer a su primer y gran amigo Krilin, con quien viviría grandes batallas y pasaría numerosos y divertidos momentos.
Justo en los recuerdos!!!
Conforme pasaba el tiempo, pudimos ver como la serie de Dragon Ball iba evolucionando; era como si creciera junto a nosotros. Mientras en un principio, la historia giraba más en torno a la comedia, la aventura y algunas peleas épicas que Gokú tenía contra personajes como El Ninja Púrpura y Tao Pai Pai, después fue tomando un sentido más enfocado a las peleas.
Como mencionamos anteriormente, la serie creció con nosotros. Durante todo Dragon Ball, pudimos ver como Gokú también cambiaba. Vimos como el dragón Shen Long emergía de las esferas y cumplía grandes deseos, conocimos a Piccolo, quien sería su primer enemigo a muerte y hasta en un punto, mientras nosotros aún le teníamos miedo a las niñas, vimos a Gokú casarse.
Sí, él se casó antes de que varios de nosotros siquiera tuviéramos novia.
¿Se acuerdan cuando todos ensayábamos el ‘Kame-Hame-Ha’ en la primaria? Bueno, esa fue sólo la primera de montones. Sabemos que en cierto punto de la historia, Gokú tuvo que hacerse mucho más fuerte, porque cada vez que este derrotaba a un enemigo tras una larga y sangrienta batalla, la tierra sufría una amenaza más fuerte. A muchos se nos se nos erizó la piel cuando hizo el Kaio-Ken aumentado tres veces y a la vez, nos preguntamos cuánta energía podríamos reunir, si intentáramos hacer la Genki-Dama para lanzársela a quien nos caía mal.
LOL, ¡todos nos quedamos igual que Yajirobe!
Otra de las cosas que hizo a Dragon Ball una serie genial, fue ver como la historia tenía unos cambios muy locos. En un episodio nos enteramos que Gokú era extraterrestre, luego lo vimos viajar al espacio para poder revivir a sus amigos caídos y pelear contra un tirano y conquistador de planetas. Un punto en el que la historia dio un giro inesperado, fue cuando Gokú se transforma en Super Saiyajin, ya que cambió por completo nuestra percepción del personaje.
Eso y que casi nos hacemos del baño en los pantalones al ver esta escena.
Nuestro guerrero habrá tenido que pelear a muerte contra muchos villanos, pero siempre les dio una segunda oportunidad, a pesar de que estos no merecían nada. Tal vez esta fue la razón por la que a pesar de que era muy fuerte y confiable, Gokú jamás estuvo solo en una pelea. De no haber sido porque era un peleador bondadoso y justo, personajes como Piccolo y Vegeta no hubieran formado parte de la historia del modo en que lo hicieron.
Claro que no todos aprovechaban las oportunidades que les dieron…
Un detalle que no podemos dejar atrás, es que junto con todos los héroes que tuvieron presencia en cada una de las sagas de esta legendaria serie, habían fantásticas voces. Grandes nombres como Mario Castañeda, René García, Laura Torres, Carlos Segundo, Jesus Colín, Jesús Barrero (quien nos dejó hace poco), entre otros, fueron quienes dieron vida a todos los personajes que amamos durante tantos años y siempre los recordaremos con cariño.
Dragon Ball siempre nos dejó como lección que el mundo es un lugar para vivir grandes aventuras y que ningún obstáculo es imposible de vencer, así sea un alien, un androide, ser mágico, un dios o hasta un enanito azul con un castillo y mucho dinero. Esta gran historia es como una antorcha que brilla fuertemente en los corazones de quienes creemos en los héroes verdaderos de corazón puro y por lo tanto, jamás dejaremos que se extinga.
Que vivan siempre las grandes historias y sobre todo: ¡Que viva Dragon Ball!