“El país se consume en corrupción, corrupción, corrupción, corrupción, corrupción, corrupción… aprende algo corrupción”… y de ahí nos podríamos echar este cover modificado de MC Dinero en un loop eterno. Tan eterno como el problema de la corrupción de nuestro país.
Otro año termina y por alguna razón (cof, porque no hay notas, cof) a la gente le gusta echarse un listado de lo “más mejor” de los últimos meses. Eso rifa cuando el asunto es música, películas, hazañas deportivas, etcétera… pero en el caso de azares como los que a continuación presentamos, es una embarrada en la jeta de cómo pasa el tiempo y nada ha cambiado.
¿Pos desde la Estafa Maestra, no? Pues esa es de 2017, pero este año sonó bastante… sobre todo porque una de sus supuestas artífices, Rosario Robles, a final de cuentas fue perdonada y podrá irse muy campante con toda la lana que se transó… si es que lo hizo. Lo mismo que Elba Esther Gordillo, quien con el fin del sexenio de EPN también vio cómo su tiempo en prisión terminó y, ahora, hasta va de vuelta por la cabeza del SNTE.
En la recta final del 2017 la Ciudad de México y otros estados de la República seguían sin levantarse por completo de las afectaciones del terremoto del 19 de septiembre… y no hablemos de a dónde se fue el dinero que gente, organizaciones, celebridades, empresas y gobiernos extranjeros, donaron para los damnificados, sino de la bola de corrupciones que se fueron revelando en relación a los permisos de construcción de la CDMX.
Fue la investigación de Mexicanos contra la Corrupción: ‘¿Por qué se cayó mi edificio?’, la que reveló 28 casos de inmuebles que se derrumbaron por el “descuido a propósito” de alguien que se embolsó una buena cantidad de dinero. Desde ignorar por completo el Reglamento de Construcciones de la CDMX, conflicto de intereses con inmobiliarias de los directores de Obra (DRO), pasando por denuncias ignoradas y documentos que misteriosamente desaparecieron de los archivos delegacionales. Un compendio de chuladas por las que casi nadie ha respondido…
Y como los problemas se acarrean desde “atrás tiempo”, no podemos dejar fuera de este listado al buen Javidú, quien lleva rato entambado pero por ahí anda retoñando lo que dejó. Primero – aplausos – las declaraciones de toda la bola de priistas (incluido Meade que, supuestamente, no era del PRI) con las cuales el electorado dijo “ni maíz que vuelvo a votar por esos güeyes”…
No obstante, también están muestras de impunidad y “dejadez” de las autoridades: ahí tenemos la forma en que que el PAN consiguió imponer como “fiscal anticorrupción” al excolaborador de Duarte, Marcos Evén Torres Zamudio… quien nomás anduvo metido en la organización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe realizados en 2014, bajo la administración del célebre Javidú.
Además de lo anterior, tenemos la eterna orden de extradición de Karime Macías que sigue sin ser completada… con todo y que hasta un reportero de Televisa dio más rápido con ella que las propias autoridades. Ya mejor que se quede en Londres, igual en un rato Javidú le hace compañía, con eso de que el exgobernador de Veracruz sigue limpiando su historial delictivo y hasta mete recursos legales para disminuir sus castigos.
Y bueno, aparte la reciente liberación de su exsecretario y el borrón a la alerta migratoria que pesaba contra los suegros de Javidú.
Pero qué tal las elecciones… Ésas sin duda fueron una antología de corruptelas, errores y revelación de transotas tamaño caguama. Iniciando con el proceso para que los candidatos dizque “independientes” consiguieran entrar en la boleta: aunque el INE determinó que tanto Margarita Zavala como Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, habían falseado las firmas requeridas para su registro… pos nomás fue poquito (como lo que se robó Layín) y finalmente dejó que ambos transas entrarán al show.
A final de cuentas, Zavala se retiró antes de ver cómo ni al 1% de votos llegaría, mientras que El Bronco no le tuvo miedo al ridículo e hizo de la política mocha manos su carta de presentación.
Independientemente si ¿Ricardo Anaya era culpable o no? Pero bieeeeeen quemado quedó el gobierno de Enrique Peña Nieto al, desde la PGR, meterle varios calambres al entonces candidato presidencial de la coalición “Por México al Frente”.
Con eso del #PelucaGate, la Procuraduría General de la República se metió de lleno en el proceso electoral tan pronto empezó… y ni siquiera de una manera plena, entambando al susodicho con todos los pelos de la burra en la mano… sino simplemente haciendo público que estaba investigando a personas cercanas a él.
Como si lo anterior no fuera un suficiente quemón de las autoridades, también se aventó el papelón publicar un video de cómo Anaya fue a las oficinas centrales de la Procuraduría.
Y bueno, con todo tan contaminado, ya ni se supo bien (o más bien, nadie acabó por creer) el final de la acusación sobre un supuesto lavado de dinero por parte de Ricardo Anaya. Sin embargo, como bien recuerda Esteban Illades, “hasta involucró instancias internacionales: se intentó abrir una causa penal en España por el mismo asunto, hasta que el sistema judicial del otro lado del charco dijo que no se podía porque las denuncias –anónimas– estaban basadas en recortes de periódicos mexicanos”.
Mismo cochinero en la elección de la jefatura de gobierno de la CDMX: mientras que todos culpaban a Claudia Sheinbaum del Caso Rébsamen, a Barrales no dejaron de embarrarle su lujoso departamento en Miami y a Mikel Arriola el ser miembro “distinguido” del Revolucionario Institucional.
No por nada la percepción de la corrupción en nuestro país subió este año que termina… y, para que no crean que nomás está el problema en nuestra mente (como aseguró alguna vez ese expresidente de cuyo copete ya no queremos acordarnos), este problema ha hecho que México caiga en el Índice de Competitividad Global 4.0 2018.
Sin afán de ser porristas, ojalá que la Cuarta Transformación se rife como los grandes con este asunto, porque de verdad, ya estaría chido que para el listado de “Los casos de corrupción ‘más acá’ del 2019” uno tuviera que estar clamando información, en lugar de ver cómo fregados simplifica tanta.