Esos eternos segundos de transporte vertical, pueden resultar menos incómodos si conoces las 10 reglas implícitas al viajar en un elevador.

¿Dónde más se puede encontrar una muestra aleatoria de 10 a 15 seres humanos apretados en un cubo gigante? En la década de 1960, un científico llamado Edward Hall realizó un estudio de cómo los seres humanos utilizan el espacio personal como una importante forma de comunicación no verbal, denominado campo proxémico.

Los experimentos de Hall encontraron que las personas dividen su espacio personal en cuatro categorías:

  • El espacio íntimo (entre 15 a 46 cm) es el más cercano y limitado a personas con las que se tiene algún vínculo íntimo.
  • El espacio personal (entre 46 cm. a 1.20 m):  reservado a relaciones cercanas, familiares y amigos.
  • El espacio social (entre 1.20 a 3.6 m); es el que usamos para interactuar con las personas en nuestra vida cotidiana: área de trabajo, escuela, consultorio.
  • El espacio público (más de 3.6 m) lugares públicos con desconocidos.

Viajar en elevador rompe este campo proxémico y logra que todos se sientan igual de incómodos, así que te presentamos algunas sugerencias para aminorar esa incomodidad.

1.La regla de los dos pisos: Toma el elevador solo si viajarás dos pisos hacia arriba o hacia abajo. Esta regla te ahorrará miradas lascivas o incómodos tufos. Obviamente la regla no aplica para personas mayores, con discapacidades, padres con carreolas, y aquellos edificios en los que las escaleras están más ocultas que un túnel de Gaza. En cambio, si tienes un par de piernas en perfecto estado y no llevas un hipopótamo a cuestas, la regla aplica.

2.El elevador se detuvo: Evita sentirte héroe de película y no intentes escapar por el techo.Lo que tienes que considerar es que, a menos que estés en una situación de vida o muerte, lo mejor que puedes hacer es pedir ayuda y esperar.

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3.¿Las damas primero? Depende del contexto. En una situación social como el hundimiento de un barco, un ataque terrorista o una situación de emergencia, es costumbre que las damas vayan primero. Sin embargo, en un edificio con oficinas, la historia cambia, las mujeres y los hombres esperan ser tratados como iguales. Lo que significa que en un elevador se debe ser igualmente hostil con todo el mundo, recuerda que el tiempo que te asignó tu insoportable jefe para comer es escaso. A menos que tu naturaleza sea amable y permitas la salida o entrada a alguno de tu especie.

4.Detén la puerta: ¿Detener o no la puerta para alguien que se aproxima? Dependiendo de la situación, lo que nunca debes hacer es cerrarle la puerta a alguien con el botón “cerrar puerta”, ese solo se usa cuando estás solo o se acerca alguien con un cuchillo hacia ti.

  • Si estás solo y se acerca alguien, siempre debes de mantener la puerta abierta.
  • Si hay más personas en el ascensor pero tú eres “el del botón”, tienes la responsabilidad en tus manos. ¿La persona que quiere subir logra ver tu cara? ¿Parece desesperada? ¿Es tu jefe?, en el caso de que alguna de las respuestas sea afirmativa, tienes que mantener la puerta abierta.
  • Si el elevador está muy lleno, deja que las puertas decidan y en el caso de que se cierren pon cara de ¡Chin, se cerró! encogiéndote de hombros.

5.Mirar hacia afuera: Dos personas en un ascensor se van a lados opuestos. De tres a cuatro se van hacia las esquinas. Cinco o más miran hacia adelante, manteniendo las manos y los brazos hacia abajo para evitar el contacto. Si son más de 10 comprobarán cuál es el límite de peso.

6.No des la espalda: Enfréntate a las puertas. Si tu espalda da hacia la puerta, se crea una situación torpe. El comportamiento de mirar hacia adelante comenzó con los primeros ascensores de pasajeros a finales de 1860, que tenían banquitos, por lo que la gente se sentaba frente a la puerta, y al llegar al piso que necesitaba se ponía de pie y salía.

7. Sonríe:  Los ascensores son portadores de torpeza, una manera de disolver un poco la tensión de viajar en un espacio reducido con desconocidos es dar a todos una sonrisa genérica. Es una manera no verbal eficaz de decir: “Hola, soy normal. Perdone mientras invado su espacio íntimo”. La clave para una buena sonrisa en un elevador es tener el mínimo contacto visual, así que después de sonreir, cambia tu atención de inmediato a otra cosa: tu smartphone, los números sobre la puerta del elevador o tus uñas o tal vez, preguntarle al de a lado ¿Cómo va su día? no te robe tantos segundos de vida.

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8. Ninja del botón: Hay una dinámica de poder que sólo existe dentro de los elevadores. Si tres o menos personas suben a un ascensor, no hay necesidad de un ninja del botón. Se espera que cada pasajero le pique a su propio botón antes de irse a su solitaria esquina pero si hay cuatro o más personas, alguien tendrá que asumir la responsabilidad de ser el máster del botón. Tu misión es simple, pero la responsabilidad es sagrada.

Con cada persona que suba al ascensor, tendrás que preguntar: “¿Qué piso?” y presionar el botón del piso correspondiente. Incluso si no fuiste originalmente elegido como el ninja del botón, necesitas estar preparado por si otro abandona su tarea. Como regla general, la persona más cercana al primer “Ninja del botón” ocupará su lugar, cuando éste llegue a su destino.

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9. Cambia tu celular al ‘modo elevador’ Definitivamente no queremos quedar atrapados en un ascensor y escuchar una conversación telefónica privada. Si estás hablando por teléfono antes de subir el elevador, di que llamas luego y sino de plano, bajar la voz. Los mensajes de texto, son aceptable siempre y cuando no seas el “Ninja del botón”.

10.Salir con éxito el ascensor. Cuando llegas a tu piso, salir es toda una hazaña si éste va lleno,  lo correcto es que las dos personas de pie cerca de la puerta del ascensor salgan en cada parada solicitada y mantengan las puertas abiertas con una mano para que los pasajeros puedan salir sin tener que recurrir a la violencia. Te sugerimos que cuando el elevador se acerque a tu destino, anuncies con voz amable: “Bajo en el siguiente piso”.La mayoría de la gente decente te hará espacio para salir.

Bonus: Un poco de historia de los elevadores

Vitruvio, el arquitecto romano del primer siglo tenía un diseño de lo que parece ser un elevador, realizado por Arquímedes que data de alrededor 235 a.C.. Pero fue hasta 1853, cuando Elisha Graves Otis demostró las cualidades del freno de seguridad en una exposición en Nueva York en 1853. De pie sobre una plataforma elevada, este inventor ordenó que la cuerda que lo sostenía fuera cortada con un hacha. Antes de que la multitud alcanzara a respirar, la plataforma se paró repentinamente. Después de repetir la demostración en varias ocasiones, convenció al mundo de que los ascensores eran seguros.

¡Ay bendito elevador! ese gran invento que te hace más leve el mal del puerco, a menos que sea el elevador chino que mata gente o el de la sopicueva, esos dos son del diablo.

Vía: How stuff works, BBC

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