Cada año, entre noviembre y diciembre, Yo La Tengo organiza en su ciudad natal de Hoboken, Nueva Jersey, una residencia de ocho conciertos que los fans han llamado “los shows de Janucá”. Para aquellos que no estén familiarizados con las festividades judías, Janucá es una fiesta que celebra por ocho días la purificación del Templo Sagrado de Jerusalén en el siglo II A.de C. Y como buenos devotos que son, los integrantes de Yo La Tengo hacen estos conciertos con todos los beneficios para varias organizaciones locales de caridad. “Esta año fue especial por las donaciones que se hicieron a las víctimas del huracán Sandy,” dice Ira Kaplan, “Así que tuvimos un poco extra de emoción de parte de todos los involucrados.”
Yo La Tengo no sólo es una de las bandas más queridas y respetadas entre sus fans. También son admirados por sus pares en la música. En los conciertos de Janucá, varios invitados especiales tocaron con la banda como Titus Andronicus, Andrew Bird, Teenage Fanclub, Devendra Banhart, El-P y Real Estate, emtre muchos otros. “Estamos muy satisfechos con los resultados pero más que nada estamos felices de que se haya acabado.” Dice Kaplan.
Yo La Tengo fue formado en 1984 en la ciudad de Hoboken, un pequeño suburbio hecho sandwhich entre las metrópolis de Manhattan y Newark. Este año cumplen 29 años, pero vamos a redondear su edad a 30 porque suena más impresionante que 29. El grupo conformado por Ira Kaplan en guitarra, su esposa Georgia Hubley en la batería y James McNew en el bajo, se prepara para lanzar el disco #13 de su trayectoria. El disco lleva por título Fade y aquí en México sale a la venta el 16 de enero a través de Arts & Crafts México.
En la portada del disco se pueden ver a los tres integrantes de Yo La Tengo debajo de un árbol gigantesco.
SOPITAS.COM: ¿Dónde se tomó esa foto?
IRA KAPLAN: En un parque de Portland, Oregon.
SOPITAS.COM: Ooooh.
Yo La Tengo estrena productor con su nuevo álbum (¡John McEntire de Tortoise!), pero aparte de eso, el trío de Nueva Jersey no se desvía para nada del estilo de música que lo ha caracterizado por décadas, lo cual es una garantía de los méritos del álbum. En 30 años, Yo La Tengo no ha sacado al mercado ni un sólo álbum que sea considerado como “malo”. En su discografía, hay buenos y hay excelentes, pero nunca mediocres.
Como ha sido su costumbre desde Summer Sun en el 2003, Yo La Tengo se tomó tres años para producir el nuevo disco. En entrevista telefónica con Sopitas.com, Ira Kaplan nos explica que los miembros de la banda necesitan estar juntos para escribir las canciones, pero cada quien también tiene sus propios compromisos, lo cual suele demorar el lapso de tiempo entre un disco y otro. Kaplan explica:
“La banda no funciona si nos ponemos a escribir canciones por separado. También es problemático escribir cuando salimos de gira. Por eso nos toma tanto tiempo salir con un nuevo disco, aunque técnicamente es más fácil y simple grabar a comparación del mismo proceso en nuestros inicios.”
En la banda hay tres músicos y hay tres autores. En Yo La Tengo todos contribuyen al proceso creativo, lo cual no se distingue en el contenido lírico si nos sentamos a comparar rolas. Kaplan atribuye esta característica al fuerte vínculo que existe entre ellos:
“Aunque canciones como ‘Season of the Shark’ o ‘Stockholm Syndrome’ sean escritas por dos personas diferentes, la gente las identifica como canciones de Yo La Tengo y no de un autor en particular. Esa es la verdadera fuerza del grupo. Nos apoyamos mucho entre nosotros y eso nos permite salir adelante.”
Eso también distingue su música de cualquier otra de las bandas que fueron sus contemporáneas en los 80. En su música están las guitarras distorsionadas del noise de Sonic Youth, el power pop de Big Star y por supuesto, las melodías pasivas de la Velvet Underground. Yo La Tengo logró mezclar todos estos elementos para perfeccionar su propio estilo a través de los años, lo cual la convirtieron en una de las bandas más influyentes de la escena underground.
Por eso en los 90 parecía que todas las bandas indie querían hacer música con letras sentimentales y solos de guitarra como Yo La Tengo. Entre las pocas bandas que pudieron hacer algo parecido fueron Built to Spill y Wilco, pero los demás descubrieron que para ser tan dolorosamente sinceros como Yo La Tengo primero tenían que encontrar esa honestidad entre ellos mismos.