En el escenario Doritos flotaba una luminosa letra “W”, logo del cuarteto liderado por Rivers Cuomo, Weezer. Para cerrar ese escenario, ante un público que ya no podía esperar más, la banda comenzó sin restricción alguna, ya que abrieron con “Buddy Holly”, un trancazo que auguraba una noche para no olvidarse.

Con el mérito que tiene tocar temas ajenos y hacerlo bien, Weezer nos regaló sobre el escenario interpretaciones de rolas que muchos jamás hubiéramos pensado cantar a todo lo que podemos en un festival. “Take On Me”, “Paranoid” y “Africa”, fueron la selección del Teal Album, para ponernos a bailar y llorar con éxitos de décadas pasadas.

Foto: Alan Cortés

“Bienvenidos a nuestro concierto. ¿Cómo están, cabrones?”, la pregunta de Cuomo encontró una gran respuesta, ya que el escenario Doritos estaba a reventar. La banda tocó temas para fans, que no suelen tocar tan seguido, como “Sweater Song” o “The Good Life”, y encontraron en el coreo del publico el agradecimiento que esperaban.

Tocando una nueva canción por primera vez en México, misma a la que Rivers llamó “El Fin del Partido”, e influida directamente por su reciente lanzamiento de un LP ochentero, el frontman demostró sus habilidades en su guitarra SG blanca, ya que la recorría con gran facilidad en una cátedra de riffs.

Foto: Alan Cortés

Para la mitad del concierto, habíamos tenido lo que esperábamos y más. Sin embargo, nos demostraron que estábamos equivocados, ya que a partir de “Hash Pipe”, soltaron verdaderas joyas que nos dejaron a todos con la cabeza reventada.

“Thank God For Girls” y “Pork and Beans”, se encontraron con las miles de voces que no pararon de corear a Weezer esa noche, y la banda lo reconoció. “Tú y yo hacemos un gran equipo”, le dijeron al público antes de tocar “Island in The Sun”, en la que nadie permaneció quieto y nos pusimos a bailar.

Cuando pensamos que todo había acabado, la esperanza de que regresaran descansaba en que no se había apagado el logo flotante, y teníamos razón, ya que en formato de cuarteto de barbería, regresaron para darnos una versión distinta de “Buddy Holly”.

Foto: Alan Cortés

“¿Quieren otro regalito? ¿Qué tal “Lithium” de Nirvana?” Para este punto, ya se estaban armando los círculos entre el público, y entre distorsiones y gritos, el escenario Doritos presenció una de las presentaciones más completas del primer día.

Entregando todo al Corona Capital, Weezer cerró con “Say It Ain’t So”, para culminar un concierto que nos dejó felices e incrédulos de lo que acababa de pasar, y agradeciendo que a la banda no le importó su horario y tocaron hasta cuando ya habían salido los Strokes al escenario. ¡ASÍ COMO LO LEEN! ¿Se imaginan? Cuomo y compañía serán recordados como la banda a la que no le importaron los horarios del Corona y quisieron tocar más y más para sus fans… lo que sí extrañamos un poquito, fue ver al líder de la banda con su jersey del Tibu (en su última visita a México sí se lo puso), pero vaya… si él no se la puso, sí lo hicieron sus fans. 

Foto: Sopitas.com

Qué divertido es ver a Weezer en vivo, porque aparte de que suenan bien macizo, es de esas bandas que te llenan de alegría solo de verlas sobre el escenario. Cuando se chutaron su cover a Black Sabbath, hasta los más fresas estaban cantando y haciendo los cuernitos rockeros al ritmo de “Paranoid”. De verdad que qué joya. Muuuy bien Weezer, esa entrega ya no se ve todos los días, y menos en una banda que ya no le debe nada a nadie. De lo mejorcito en este primer día del Corona Capital 2019.

Foto: Alan Cortés

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Entusiasta y nerd musical desde que tengo consciencia. Lector obsesivo y escritor. Ávido de escuchar y presenciar música en vivo. Músico novato a ratos. Egresado de Derecho y (casi) de Letras Inglesas...

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