Los shows de Bastille se caracterizan por ser algo que no se ve todos los días, gracias al gran juego de luces que utilizan y pirotecnia que, mezclado con canciones ponchadas y la energía del público lo hacen algo completamente único. Si nunca has ido a uno de sus conciertos podríamos describírtelo realmente como una montaña rusa de emociones, pero ahora sí se tomaron en serio este último adjetivo ya que el vocalista Dan Smith decidió elevar por completo el espectáculo.
Resulta que durante el último concierto que la banda dio en el festival sueco Gronalund, el cantante de Bastille aprovechó todo lo que tenía a la mano para poder ofrecer un show muuuuy diferente a lo que nos tienen acostumbrados. Entre todo el caos que puede involucrar un festival, en el Gronalaund había juegos mecánicos extremos, de esos que les gusta a los más atrevidos.
Mientras estaban tocando “Flaws”, Smith creyó que era buena idea subirse con todo y micrófono a uno de los juegos para regalarnos uno de los momentos más extraños que hayamos visto en la carrera de Bastille. Acompañado por dos fans y un camarógrafo, Smith se subió y por supuesto que sintió toda la adrenalina. Al principio lucía bastante confiado de lo que estaba haciendo, pero cuando iba cayendo ya no pudo seguir cantando la letra de la canción y terminó aventándose un grito de esos marca llorarás, jiar jiar jiar.
Checa el momento random de Bastille filmado directamente desde el juego y uno más grabado por el público:
…deep beneath the ground, dig them AHHHGGHGGHHGGGHGHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHGGFHGGGGGGGGGGGGGGGGGGHGGHHHHGHHHGGGHHHGHHHHHHHHHGGGGHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHGGG pic.twitter.com/wEjEgPoz0s
— BASTILLE (@bastilledan) August 19, 2019
This is insane! 😂 @bastilledan loco.
📹gronalund pic.twitter.com/kp6YpTgedJ
— Bastille México (@Bastille_Mexico) August 19, 2019
Al final, el cantante se bajó del juego mecánico y siguió tocando como si jamás se hubiera subido a una montaña rusa en toda su vida, casual. No cabe duda que los chavos de Bastille traen un espectáculo de altura, que ni siquiera la mismísima Rosalía se podría imaginar.