El Vive Latino se ha convertido en uno de los festivales más importantes de México, entre toda la ola de ofertas que han nacido, se mantiene como el de mayor edad y es el papá de todos los que surgieron tras ver el éxito de tener un cartel de calidad, además de las miles de personas que lo adoptaron entre sus ‘must’ del año sin importar quién encabezara el escenario principal.
Tal es la fama que tiene el Vive, que alguna vez salió de nuestro país para experimentar su alcance. Chile fue el país elegido por Grupo CIE para que el 15 de mayo del 2004 se anunciara que la Pista Atlética del Estadio Nacional de Santiago era la sede y la prueba de fuego para internacionalizar el concepto.
Se anunció a Molotov, Control Machete, Cartel de Santa, Plastilina Mosh; el legendario argentino Dante Spinetta y los chilenos de Los Tetas, Goda, Rama, Sindicato de la Danza entre otros. Iban a ser más de 12 horas de música ininterrumpida y esperaban al menos 18 mil espectadores de a 10 mil devaluados pesitos chilenos, unos 180 pesos mexicanos de aquel entonces.
Sin embargo, todo quedó en un intento, CIE Chile dijo en un comunicado que ‘un bajo porcentaje de entradas vendidas (20%) y una débil proyección para los tres días restantes no justifican el esfuerzo técnico y humano que un festival de esta categoría implica’, por lo que el evento fue cancelado y las entradas devueltas.
No desistieron y tres años más tarde regresaron
Pero Jordi Puig no bajó los brazos para llevar a tierras andinas el festival. Tres años después volvieron a anunciar que el Vive tendría un segundo intento, pero ahora sería de un solo día, el 15 de abril (en México fueron dos días) en el Club Hípico ubicado en la ciudad de Santiago de Chile.
El cartel fue distinto al de nuestro país, con 55 bandas de Chile , Argentina, México y los ingleses de Keane, quienes entonces eran la banda de moda en la radio.
Hubo tres escenarios simultáneos con 12 horas de música cada uno, las entradas subieron de precio a 12 mil pesos chilenos (480 pesos mexicanos aproximadamente), pero la respuesta ahora fue diferente. Casi 50 mil personas abarrotaron el lugar donde hubo de todo.
Se dice que hubo conatos de violencia entre el público, y hasta entre un par de bandas y la seguridad del evento. Según la productora, ‘se trató de un malentendido, pues el show no comenzó a la hora pactada y ambas partes nunca dialogaron respecto a la hora de término frente al nuevo escenario’. Es decir, solo fue por la calentura del momento pero no pasó a mayores.
Ataque 77 y Rata Blanca cerraron el Escenario Verde, Babasónicos y Keane el principal (Amarillo) y en el Blanco, Panda y Flavio Mandinga. Lamentablemente fue la única ocasión en que el Vive abandonó tierras tricolor, aunque no hay una versión oficial del por qué no continuaron con el proyecto, es un gran recuerdo y un enorme intento por internacionalizar uno de los eventos musicales más importante en México.