Además de una nueva oportunidad para empezar de cero (sí ajaaaá), enero nos regaló una noticia realmente especial. Una que llevábamos anhelando desde hace cuatro años: Rammstein anunció su regreso a la Cuidad de México. En ese momento, los niveles de insulina se nos fueron hasta el tope. Y no es para menos, estas máquinas alemanas son la referencia de lo mejor que una banda puede llegar a ser. En todos los aspectos.
Si la emoción de verlos una vez más no está circulando por tu venas las 24 horas del día, esto es para ti. Y si sí, agárrate de algo, siéntate y prepara las medicinas para la ansiedad. La banda de metal industrial alemana compartió un video en timelapse que muestra cuánto trabajo se necesita para construir la estructura masiva en la que se paran a tocar. Una muy similar a la que veremos en México el 27 de septiembre. Créannos cuando les decimos que el escenario de Rammstein nos es poca cosa.
“¿Oye, y por qué están tan caros los boletos?” Aquí les va la respuesta: Ahí nomás para que vean la magnitud de escenario que se arma Rammstein, una semana antes de todos sus conciertos se empieza a construir la mega estructura. Tal y como lo vemos en el video, incluye altas torres, numerosas luces, estructuras voladas de vidrio, paredes de medias pilas y muchos otros adornos físicos. En total, se necesitan más de 400 personas trabajando en la configuración, desmontaje, transporte y gestión de un espectáculo de los alemanes.
“Al entrar a los estadios, solo puedes traer alrededor de 10 camiones a la vez, por lo que debes asegurarte de traer el correcto en el momento adecuado para lo que contiene, que hay suficiente gente alrededor”, dijo el director de iluminación de Rammstein, Roland Griel, a Kerrang! “Creo que ahora han reducido la carga a cuatro horas y media. Luego se suben a los camiones y conducen 500 km hasta el próximo espectáculo. Luego cargan todo el piro y las luces, lo que lleva unas ocho horas. ¡Repiten eso hasta que termine la gira!”.
Muchos podrían pensar que es to es demasiado, pero para los que conocen a Rammstein y a Till Lindemann, un amante del exceso, saben que no lo es. Verlos en vivo es un espectáculo que vale cada peso. Vean aquí el video y emociónense por tenerlos de regreso una vez más: