Cuando se habla de Brasil, quizás a muchos lo que primero les llega a la mente es futbol, playas, mujeres hermosas y música. De esto último, lo tradicional: samba, bossanova, MPB, quizás algo de funk… pero, por allá también les gusta el rock.
Hace 30 años, en Rio de Janeiro se realizó por primera vez el festival Rock in Rio, el cual tuvo el honor de ser inaugurado nada menos que por Queen. A lo largo de varias ediciones celebradas en Brasil, Madrid, Portugal y Estados Unidos, por Rock in Rio han desfilado nombres como Prince, AC/DC, Rolling Stones, Carlos Santana, Rod Stewart, B-52’s, Ozzy Osborne, entre muchos artistas otros del mismo calibre…
Con ese antecedente, ir al cierre de la edición de este año prometía y mucho. ¡Sí!, días antes se presentó ¡Queen! + Adam Lambert, ¡System of a Down!, ¡Queen of the Stone Age!, ¡Slipknot!, ¡Faith no More!, ¡Metallica!, ¡Deftones!, ¡Rod Stewart!, ¡Elton John!… el final es Sam Smith, Rihanna, Katy Perry y ¿A-Ha?
Aunque el cierre es más pop, a la gente que asiste al festival parece no importarle mucho… es más: lo espera con ansias. Así como en otros festivales, la gente rápidamente agota las entradas para Rock in Rio sin saber cuál será el line-up (desde ahora se venden los boletos para la próxima edición). El festival no es sólo música. Es todo un evento que agita a toda la ciudad.
Bardas, autobuses, avionetas con anuncios, casi todas las estaciones de radio ocupan espacio para hablar de los conciertos que se dan a lo largo de siete días de pura música. Incluso avenidas principales son cerradas para “agilizar” la entrada a la llamada “Cidade do Rock”… algo que incomoda a los conductores, pero que no dejan de agradecer…”¡Ahh, evento lindo. Graças Deus!”, dice el taxista que me lleva al hotel.
A Dios… y a los patrocinadores. A nosotros nos llevó Bacardí, ron que aparte de levantarnos de un demoledor vuelo de más de 12 horas con unas buenas “cubas libres”, también presentó un proyecto bastante interesante para Rock in Rio: el Bacardí Untameable Studio.
Es así: un estudio profesional, donde los asistentes al festival, además de disfrutar de las bandas, pueden sentirse todos unos rockstars y grabar su propio demo… acompañados por músicos profesionales.
La idea es nueva y prendió bastante a la gente de Brasil. Las prolongadas filas para grabar son la prueba.
Algunos simplemente para echarse un palomazo y llevarse el demo como souvenir y otros para iniciar sus pininos en la música.
Como sea, parece que los brasileños, así como con el futbol, llevan música en la sangre: durante el rato que estuve checando no había uno solo que desafinara… no fue mi caso: cuando fue mi turno de echar mis gorgoritos, ni su sofisticado sistema de grabación pudo arreglar el asunto.
En fin. En el día 6 del festival los teloneros fueron Sam Smith y Rihanna, pero desde antes el lugar estaba abarrotado, todos haciéndole coros a Lulu Santos, un icono de la música brasileña y que fue uno de los músicos presentes en la primera edición del festival, la del 85. Razón de más para que su presentación fuera una de las más emotivas.
El tono continuó con el legendario Sergio Mendes, quien sólo tuvo que pararse en el escenario para hacer que las brasileñas comenzaran a menearse a ritmo de samba. ¿No han escuchado a Sergio Mendes? Yo creo que sí, sólo que no lo saben.
Luego tocó el turno a Sheppard, una banda que llegó directamente de Australia y que con su versión de “Bulls On Parade” de Rage Against The Machine dejó todo listo para que llegara… Sam Smith.
Sí, debo reconocer que ver al ídolo de los ForeverAlone no me entusiasmaba mucho… pero qué bueno es en vivo. Sus falsetes, canciones melosas y su cover a “Can’t help falling in love” hizo que hasta el más aguerrido metalero lanzara un suspiro.
Bueno, los que lo vieron hace unos días en el Auditorio Nacional no me dejarán mentir: es todo un show.
El final del sábado llegó con Rihanna, cantante que ya había estado en Rock in Rio 2011, pero que aun así no dejó de sorprenderse con la respuesta eufórica de los brasileños.
“Rockstar 101”, “Only Girl (In The World)”,” S&M”, „Whats My Name?“ y “Umbrella“, fueron algunas canciones con las que la de Barbados fundió a los cariocas. El concierto terminó a las dos de la mañana.
Y lo mismo sucedió el domingo, séptimo y último día de Rock in Rio, en el que la atracción (visual y musical) fue Kate Perry, quien –según los periódicos locales- le ganó en show a Rihanna.
Puede que sí: su espectacular superproducción convirtió el concierto en todo un espectáculo de luz y pirotecnia. Además de utilizar todos los disfraces imaginados por cualquier puberto… y hacer que todas las chicas bailaran como quinceañeras.
Y por momentos como éste…
Todos quisiéramos ser esta Brasileña en estos momentosh #RockInRio2015 #KatyPerry pic.twitter.com/NoNmE95Ou9
— Carlos Montes (@Chharleesss) septiembre 28, 2015
Sin embargo, para mí la sorpresa fue A-Ha… sí, los noruegos intérpretes del one hit wonder “Take on me”… claro que con ésa cerraron, pero antes se echaron todo un set ochentero que puso a bailar a jóvenes y personas que a ojo de buen cubero diría que ya rondaban los sesenta años. Porque eso tiene Rock in Río: es un festival que convoca a gente joven, niños, adultos y personas que ya tienen buenos años de carrera, pero que –al menos lo que dura el festival- roquean forever.
Teve lágrimas sim! Nossas e deles. @aha_com no #RockinRio Clique do @ihateflash pic.twitter.com/g8eb4KjOxQ — Rock in Rio (@rockinrio) septiembre 28, 2015
Los fuegos artificiales y el “Obrigado” en las pantallas del enorme escenario, dieron fin a los intensos siete días de música en Rio de Janeiro… ah, pero no sin antes despedir a los asistentes con el himno de Rock in Rio… impresionante ver cómo los brasileños brincan, se abrazan, besan y corean esta canción. Eriza la piel… lo dicen de todos los eventos, pero es verdad: en los festivales las bandas son importantes, pero el ambiente (lo esencial) lo hacen los asistentes. Y rodeado de miles de brasileños… ya se imaginarán como estuvo.