Texto: Aarón Cortés.
Fotos: José Pazos / Notimex
Steven Tyler sigue rockeando como cuando era un ambicioso veinteañero en busca de la fama.
Uno pensaría que es fácil hablar de la partida de una de las bandas más grandes en la historia del Rock and Roll, porque su legado es tan grande que que simplifica la cuestión. Pero lo cierto es que estando en el lugar de los hechos, un gran ambiente agridulce de nostalgia y emoción te contagia de ese sentimiento de hambre por un buen show.
Luego, la duda sobre si esto será suficiente para recordarlos como es debido se vuelve efímera.
Desde que Aerosmith apareció en el escenario, la potencia de sus percusiones hizo vibrar el lugar. Por un momento, con las vibraciones los gritos de los asistentes y hasta la voz de Steven Tyler se quedaron cortos. Y eso que el vocalista se contoneaba utilizando su característica pañoleta y saludaba en ese español que ha dominado luego de tantas visitas a países hispanos.
Aquellos jóvenes que crecieron escuchando la música de Aerosmith durante la universidad o la preparatoria asistían ahora en compañía de sus hijos, para recordar una buena época y compartir lo que realmente es bueno con las nuevas generaciones.
Un espectáculo muy a la old school con guitarras chillantes y solos desgarradores, que terminaban por arrodillar a su interprete ante una Arena Ciudad de México llena a reventar. Destacando por qué Joe Perry es tan bueno en lo que hace con esa actitud badass en todo momento, sin perder la oportunidad de echarse un palomazo para también presumir su voz.
Qué mejor forma de demostrarnos que la edad no es un límite, que repartiendo besos y cantándole de cerca a sus fanáticas, conquistándolas con ese sex-appeal que sólo un rockstar puede conseguir. Aunque una afortunada chica llamada Mariana se dio el lujo de rechazar a Tyler cuando éste la invitó a subir al escenario antes de “Crazy”, aún con la cámara enfocada en ella, ganando el odio y celos de las mujeres que sí deseaban un poquito de su amor.
Hits, covers, y canciones que llevaban un rato desaparecidas, fueron las protagonistas de la última presentación de Aerosmith en México que realmente se sentía como el primero, ya que nunca dejaron caer los ánimos, compensando los minutos que tardaron en aparecer, y subiendo cada vez más el volumen de los amplificadores apilados unos sobre otros.
El final de este viaje al pasado fue anunciado por gran piano blanco sobre la pista para que Tyler interpretara con una gran sonrisa “Dream On”, y luego de esto saliera disparado a backstage por un cambio de ropa para poder bailar sin problemas sus últimos dos temas.
La banda se presentó una vez más bañados en gritos, aplausos y confeti, recibiendo el cariño del público mexicano que siempre ha sido uno de sus favoritos, antes de partir.
Sin importar lo que los haters digan, nunca habrá otra banda igual a Aerosmith, y estamos agradecidos de que las cosas se queden así por un buen rato. No todos pueden aguantar un gran show sin tantas exigencias y complicaciones como pretextos para hacer música delante de una multitud como ellos demostraron anoche. El rock no está muerto, solamente necesita un descanso.
Setlist
01. Draw the Line
02. Love in an Elevator
04. Cryin’
05. Eat the Rich
06. Crazy
07. Last Child
08. Livin’ on the Edge
09. Rats in the Cellar
10. Walkin’ the Dog
11. Pink
12. Rag Doll
13. Stop Messin’ Around
14. I Don’t Want to Miss a Thing
15. Come Together
16. Walk This Way
Encore:
17. Dream On (Con ‘You See Me Crying’ de intro)
18. Movin’ Out
19. Sweet Emotion
