El ascenso de Donald Trump al poder no fue una cosa que se tomara a la ligera. Desde que se anunció su candidatura para la presidencia de Estados Unidos, mucha gente mostró su desacuerdo y, una vez que el empresario tomó la batuta, las personas, especialmente aquellas que eran famosas, aprovechaban cada oportunidad para decir: “fuck Trump” o “Trump is not my president” (Trump no es mi presidente). 

De un par de años para acá, todos los artistas que han venido a México, sobre todo aquellos que son de Estados Unidos, se han disculpado con los mexicanos por tener a un presidente como él. Por no saber qué hacer, por no estar de acuerdo con las nuevas políticas y formas de gobierno. En su paso por nuestro país, estos “gringos” han usado la famosa bomber jacket con la leyenda “Mexico is the shit”, han adoptado nuestra bandera como estandarte de inconformidad, nos han dicho hasta el cansancio que nos aman y que somos la mejor audiencia que han tenido. Todo es muy bello, nosotros nos sentimos enaltecidos pero, ¿hasta qué punto una persona como Trump tiene que seguir trascendiendo?

En la humanidad hay un problema. Y ese es el recordar. El no saber ponerle un alto a los pensamientos para así seguir adelante, tomar decisiones y solucionar los problemas que tiene en frente. Anoche, durante su presentación como acto telonero de Alt-J, Twin Shadow demostró este punto. 

A mitad de su show, George Lewis Jr. estuvo en un mood completamente distinto al que tuvo en 2014 durante su presentación en el Corona Capital. Anoche no fue reticente con la audiencia sino todo lo contrario. Interactuó con ella, dijo que la comida y la gente era lo mejor que había vivido, que estaba emocionado de regresar a México después de tanto tiempo. Sin embargo, ¿esto fue sincero o una mera forma de congraciarse por nosotros ante las reformas migratorias o bien, ante el maltrato a las personas indocumentadas que fueron separadas de su familia?

Imagen: Captura de pantalla / @DavidBegnaud

Con lo anterior no intento decir que sus intenciones y comportamiento no hayan sido sinceros. De hecho, se agradeció ver sobre el escenario a un músico talentoso, con amor a sus creaciones, a la música. Fue refrescante escuchar a un artista que traía todo el synth pop y el chillwave para deleitar a sus viejos fans y a su vez crear unos nuevos. 

Aquí voy a hacer un paréntesis y hasta cierto punto, una crítica. Y es que estuvo bien que Twin Shadow sacara nuevo disco después de tres años pero, en esta ocasión y como a casi todo artista o banda, la elección del setlist no fue nada acertada. 

El mal del lanzamiento de un nuevo disco es que la gente cuando va a un concierto, espera escuchar esos éxitos, esas canciones por las que comenzaron a conocer a cierto músico o agrupación. Pero cuando oyes algo completamente nuevo hay de dos: o te engancha o te da flojera. En el caso de Twin su show fue impecable pero, a la hora de cantar los cortes de Caer, la gente, que en un principio estaba emocionada de ver a alguien que prometió un concierto en SALA en junio de 2015 y que después canceló a causa de un accidente automovilístico, perdió todo el ímpetu que tenía. 

Para los que lo conocían fue agradable verlo finalmente pero, para los que no ubicaban a Twin Shadow, se mantuvieron dispersos durante esos 40 minutos de show.

George, a diferencia de Alt-J, no echó toda la pulpa para su presentación. Pero sí mostró mucho cariño, mucha entrega y además hizo que los asistentes unieran sus voces para que en conjunto gritaran “Fuck Trump”. En una parte de su performance dijo: “Creo que todos están esperando el momento en el que diga ‘Fuck Trump’. Lo haré pero, ¿por qué mejor no lo decimos todos juntos? ¿Están listos? A la cuenta de tres…”. Como buenos mexicanos, como buena audiencia, los asistentes gritaron y alabaron esta acción de un artista estadounidense. Sin embargo y retomando todo lo anterior, ¿por qué, por qué existe esa necesidad de seguir trayendo a colación a un ser cuya popularidad, más allá de sus proyectos para reanimar esas ciudades muertas de Estados Unidos, se debió a la difusión mediática, de internet y redes sociales? Trump ha sido protagonista de reality shows, de programas de televisión, de noticiarios. Ha sido el amigo de más de una celebridad. Ha aparecido en más de una película y serie de televisión.

Trump es un ser controversial, irreverente, desdeñoso, grosero y grotesco que adquirió popularidad gracias a su éxito como empresario. Todo esto, por más increíble que parezca, hizo que la gente confiara en él para mantener a Estados Unidos como una potencia mundial pero, nosotros y los artistas estadounidenses ofendidos por tener a un presidente como él, el mundo entero… nos estamos encargando de mantenerlo en el poder. En un poder que va más allá de una gobernatura de una nación y que ha trascendido a nuestras mentes, redes sociales y el internet mismo. Si esto es así, entonces depende de nosotros detenerlo, parar con este protagonismo innecesario pero, ¿en qué momento decidiremos hacerlo?

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