¿Alguna vez se han sentido afortunados y contentos de ver el regreso de una banda a nuestro país? Bueno, pues eso nos pasó con el concierto de Travis en el Velódromo Olímpico de la CDMX. Después de casi tres años de su presentación en el Corona Capital 2019 y tras su paso por el festival Coordenada en Guadalajara, la banda escocesa volvió a la capital chilanga para regalarnos una noche llena de emotividad, amor y buena vibra donde hubo grandes momentos, como una propuesta de matrimonio... pero no nos adelantemos.
El motivo por el que Fran Healy, Andy Dunlop, Dougie Payne y Neil Primrose regresaban a nuestro país era muy claro, festejar los 20 años de uno de los discos más importantes y reconocidos de su carrera, The Invisible Band. Sin embargo, además de echarse completito este gran álbum, la agrupación también se aventó un buen recorrido por su enorme discografía, tocando clásicos y hits que nos encantan. Pero la cosa no paró ahí, porque también desempolvaron una que otra rareza y hasta se aventaron un cover, ahora sí que cubrieron absolutamente todo.
Para sorpresa de algunos (para nosotros nadita), la gente abarrotó el Velódromo Olímpico de la CDMX para ver a Travis. Poco a poco, el lugar –que por cierto, nos dejó con un gran sabor de boca porque es bastante grande pero se disfruta a la perfección desde cualquier punto– se fue llenando con toda clase de fans, aunque eso sí, la mayoría éramos chavorruqueros que crecimos con esta banda. Sin embargo, entre la multitud vimos a un montón de niños que iban acompañados de sus papás y que quizá era su primer concierto o no tenían idea de quién tocaba, pero estaban ahí, contentos y disfrutando junto a los demás.
Travis y sus fans de la CDMX se aventaron un clavado al pasado
Casi un minuto antes de las 8 de la noche, con las luces apagadas y después de escuchar “The Name of the Game” de ABBA, Fran Healy y compañía subieron al escenario (el cual estaba adornado con una ilustración influenciada por la portada de su tercer disco) frente a las miles de personas que ya los estaban esperando y después de saludar rápidamente, tomaron sus instrumentos para abrir el show con la primera rola de The Invisible Band y una de sus canciones más populares: ni más ni menos que “Sing”, la cual se escuchó macizo y todo el mundo coreó como si no hubiera un mañana.
“Imaginen que están en su casa y ponen en este disco, pero en lugar de escucharlo en las bocinas, entra Travis a su sala para tocarlo (…) Hacer esto es como volver al pasado, me siento como Marty McFly de ‘Back to the Future’, ¿ya saben? Cuando se le empieza a borrar la mano”, dijo Healy sobre lo. que estábamos a. punto de vivir y darnos la bienvenida a este concierto tan especial . Fran casi solito se echó “Dear Diary”, donde el frontman nos hizo sentir que de verdad, nos estaba cantando al oído.
La banda se aventó completito ‘The Invisible Band’
Con “Side”, los ánimos otra vez se fueron a tope, aunque esto no duró mucho pues Travis volvió a bajar un poco la velocidad para regalarnos una versión muy rifada de “Pipe Dreams”. Sin embargo, y siguiendo el tracklist oficial de The Invisible Band, era momento de escuchar “Flowers in the Window” un verdadero rolón para los enamorados y en el que vimos a muchas parejitas abrazándose y cantando duro. Aunque eso sí, la tuvieron que volver a tocar porque Fran Healy notó que algunas luces del escenario eran demasiado brillantes y estaban dañando al público… punto para él por preocuparse por los demás. Además, el vocalista le dedicó esta canción a unos fans (cuyos nombres se apuntó en el brazo jiar jiar jiar), un tipazo en toda la extensión de la palabra.
La banda escocesa se siguió con “The Cage” y “Safe” de la cual, el vocalista nos contó un poco de la historia y la importancia de hablar sobre la tristeza y soledad. Luego de esto sonó “Follow the Light” que aunque muchos nomás no se animaban –porque por ahí vimos uno que otro flash prendido desde que arrancó la canción–, el público terminó prendiendo las luces de sus celulares para iluminar el Velódromo Olímpico y acompañar a la agrupación con este temazo.
El final de la primera parte del show fue simplemente espectacular
Las cosas se volvieron a calmar cuando Travis interpretó “Last Train” y nos mantuvimos en el mismo mood con “Afterglow” y “Indefinitely”. Pero todo se salió de control cuando llegó el turno de cerrar el set de The Invisible Band, pues terminaron esta parte con “The Humpy Dumpty Love Song” pero antes de que aventársela, Fran Healy habló sobre el video de la rola y cómo en parte, México lo inspiró para componerla tres años antes de dar su primer show de este lado del charco.
“Desde la primera vez que vinimos a México, siempre nos han hecho sentir como en casa. De verdad, sentimos como si estuviéramos tocando en Glasgow. Muchas gracias por su cariño, Travis los ama”, mencionó el vocalista ante el grito eufórico de sus fans chilangos que se emocionaron aún más cuando Fran hizo énfasis en el nombre de nuestro país mientras cantaba la frase “it followed me to LA down to Mexico…” Con esta canción, la banda salió del escenario pero solo un momento.
No podían faltar los clásicos y hasta… ¿una propuesta de matrimonio?
Tras cambiarse rápidamente de vestuario y ante el grito de “Olé olé olé olé, Travis Travis”, Andy Dunlop, Dougie Payne, Neil Primrose y Fran Healy volvieron al escenario. Y no perdieron el tiempo porque se arrancaron con “A Ghost” e iniciando así con un encore repleto de clásicos que nos vuelan la cabeza como “Driftwood” y “My Eyes”, que curiosamente también inauguraron una parte del concierto donde sonaron varios hits de otro gran disco de la agrupación: The Boy With No Name.
Para que se den una idea de cómo estuvo la cosa, en esta parte la banda tocó “Closer”, la cual hizo que todos (absolutamente todos) corearan la letra de principio a fin. Pero fue justo después de esto que vino uno de los momentos más especiales de la noche, pues Fran dijo que tenía un par de invitados que al parecer subirían con la banda (cosa que no pasó). Sin embargo, después supimos de quienes hablaba, ya que entre el público notamos a una parejita que el frontman señalaba mucho y luego de enfocarlos en las pantallas del escenario, nos enteramos que se estaban comprometiendo en ese preciso instante y qué creen… ¡ella dijo que sí!
Como era de esperarse, todos andábamos eufóricos y contentos porque este par de tortolitos unirán sus vidas para siempre gracias a Travis, lo cual también puso felices a los integrantes que festejaron este gran momento tocando “Selfish Jean”. A partir de aquí los ánimos no cayeron, ya que la agrupación volvió muchos años antes de The Invisible Band para echarse “The Line is Fine”, rola que forma parte de su álbum debut y que sorprendió a muchos porque no sonaba en sus shows desde 2009.
Llegaron más hitazos y un cierre frenético
Se acercaba peligrosamente el final del concierto de Travis en la CDMX y eso lo podíamos sentir, pero la banda no podía dejarnos sin aventarse un par de canciones que nos vuelven locos. Con “Turn” volvimos a escuchar al público cantando a todo pulmón, pero la cosa se descontroló cuando se echaron “Why Does It Always Rain on Me?”, con la que la banda se despidió pero antes de partir, hicieron que todos los que estábamos en el Velódromo Olímpico brincáramos mientras cantábamos este señor rolón.
Aunque podríamos darnos por satisfechos con la presentación de los escoceses, la gente quería más y después de gritar el famoso “otra, otra”, Fran Healy y compañía volvieron una vez más al escenario para tocar dos rolas que ni siquiera estaban dentro del setlist. “Creo que es la primera vez que al terminar el show tenemos que tomar un vuelo, así que es mejor apurarnos. Muchas gracias, México, son maravillosos” dijo el vocalista, quien también mencionó que viajaríamos una vez más al pasado, exactamente a los últimos años de gloria del britpop para escuchar “U16 Girls” de su álbum debut.
Después de esto, Fran confirmó que van a grabar un nuevo disco y que por supuesto, volverán muy pronto a México. Sin embargo, –y curiosamente– el concierto terminó con un espectacular cover de “Back in Black” de AC/DC, donde la agrupación sacó su versión más rockera e hizo que nos prendiéramos durísimo moviendo la cabeza al ritmo de este clásico. Sin decir agua va, despidiéndose rápidamente tras 22 rolas y casi dos horas en el escenario, acabó el show de Travis en la CDMX.
Los escoceses una vez más demostraron el inmenso amor que sienten por México
Muchos pensaron que Travis regresaría para tocar una canción más pero esto no pasó. Algunos se quedaron a esperar a que el staff de la banda les regalara los setlist pero mientras eso pasaba ocurrió algo muy curioso. No sabemos quién fue (el genio) al que se le ocurrió poner hits de los 80 y rock mexicano en el Velódromo Olímpico para desalojar el foro, aunque en lugar de que la gente se regresara a su casa, hicieron que muchos se quedaran a terminarse la chela (o comprar más) y bailar al ritmo de estas rolas. De verdad, se sintió como un gran after del que nadie se quería ir.
Pero volviendo a Fran Healy, Dougie Payne, Neil Primrose y Andy Dunlop, en conclusión, podemos decirles que dieron uno de sus mejores presentaciones en nuestro país. El setlist fue perfecto, pues tuvo para todos los gustos (quizá faltar algunas rolas pero eso ya es ponernos exquisitos), la vibra del lugar era increíble y el ambiente inmejorable. Pero si tuviéramos qué quedarnos con algo de este show, sin duda tendría que ser el inmenso amor y cariño que se sintió entre la agrupación y su público durante todo el concierto, porque si algo nos quedó muy claro es que Travis ama México de la misma manera que sus fans los aman a ellos.