Este no solo es el regreso en grande del Tecate Pa’l Norte luego del complicado momento que vivimos en pandemia. El festival también es el escenario del regreso de enormes bandas que en algún momento veíamos difícil ver de vuelta como The Whitest Boy Alive.
La agrupación liderada por Erlend Øye se reunió y desde luego, México no podía faltar en el mapa. El segundo día del festival regio, en medio de una tardesilla nublada pero agradable, fue el momento ideal para ver los noruegos hicieran suya la tarima del Tecate Light.
“Hola, México. Hemos esperado mucho a tocar para ustedes”, dijo Erlend cuando subió al escenario. El estallido del público apareció para demostrar que en efecto, la espera nos tenía con las ganas acumuladas por verlos otra vez. Y no es para menos si tomamos en cuenta que la última vez que vinieron fue en 2011, previo a la ruptura de la banda.
Como sea, el instante fue inmejorable y la emoción detonó cuando el grupo hizo sonar “Keep A Secret”. Una ola de manos levantadas adornó el ambiente y la sonrisa del vocalista ya nos dejaba ver que la gozadera estaba a todo lo que da, tanto en el escenario como en la pista con la gente.
La conexión con The Whitest Boy Alive se sentía en un nivel que pocas veces vemos cuando se trata de ver un show en vivo. Y entonces, el volumen bajaba, Erlend pidió a todos que bajarán también para que luego explotaremos en un brinco que terminó con los asistentes bailando.
“Arriba la cerveza…”
La presentación de The Whitest Boy Alive era una fiesta en toda la extensión de la palabra. Erlend era el principal motivador, pero todos nos movíamos sin para al ritmo de Sebastian Maschant y Marcin Öz. Por su parte, Daniel Nentwig y sus teclados le ponían ese toque único que ha hecho a la banda una de las más queridas por el público mexicano.
“Arriba la cerveza”, dijo Øye como sabiendo que el público es chelero de corazón -o al menos, varios de los que tenían sus vasos alzados hacia el cielo-. Así, de repente, sonó “Golden Cage”, uno de los sencillos que brilló dentro del álbum Dreams de 2008. Y si somos honestos, aunque ya tiene sus añitos, la canción (y el álbum como tal) se sienten frescos.
Los Whitest -como el propio Erlend los presentó- echaron a andar alguna improvisación y entre el poderío sonoro de la banda, la gente no paraba de alzar las manos, aplaudir e imitar todos los gestos que el vocalista hacía. Nuevamente, la sonrisa del cantante aparecía como señal de que la presentación tenían tinte especial.
Entonces llegó la clásica “1517” como la rola que hizo a todos bailar más que nunca. Si algo podemos asegurar, es que la sonrisa de Erlend contagió a su compañeros de banda y a través de las pantallas del escenario, todos lo podíamos ver. De hecho, todos sonreíamos como si fuéramos parte del grupo.
La banda también actualizó el momento y nos invitaron una relajada e hipnótica experiencia cuando tocaron “Serious”, la canción que lanzaron en 2020 y con la que ya iban preparando el terreno para su regreso a los escenarios.
Un final emocionante para el recuerdo
No podemos decir que The Whitest Boy Alive eligió lo mejor para el final porque no sería hacerle justicia a todos los temazos que nos arrojaron durante casi una hora… pero con seguridad, se puede comenzar que el cierre fue emocionante.
Erlend dijo “Vamos Daniel, muéstranos de qué estás hecho” y el tecladista no dudó en tomar su instrumento para ponerse más cerca de la orilla del escenario. Precisamente, Nentwig se inspiró y se convirtió en el protagonista que abrió camino hacia “Island”.
Luego vino “Burning”, otra rola que se llevó el coro prácticamente completo del público y que parecía ser el final de un show extraordinario. “Muchas gracias, somos los Whitest” dijo el vocalista para despedirse, aunque al final realmente cerraron con “Bad Conscience”.
Y así, The Whitest Boy Alive hizo su regreso triunfal a México en el Pa’l Norte 2021. ¿Valieron la pena 10 años de espera? Por supuesto que sí.