Era difícil encontrar el día de ayer en el Foro Sol alguien que creyera que The Strokes daría un concierto que hubiera valido la entrada, por los antecedentes de la banda en los Corona Capital 2011 y 2019, y con la memoria fresca de lo ocurrido en Monterrey hace apenas un mes.

Casi casi haciendo apuestas sobre el estado anímico de Julian Casablancas, del cual dependen casi todos sus shows, los fans comenzaron a llegar para ver a dos actos que suelen ser más consistentes en sus giras: Mac DeMarco y The War on Drugs.

La buena onda infinita de Mac DeMarco

A las 6:30pm en punto, saltó al escenario el carismático Mac DeMarco, con un repertorio divertidísimo de rolas, chistes, voces y hasta una propuesta para todos quienes quieran estar con él en su estancia en la CDMX: “Estaré aquí unos tres o cuatro días más, si quieren salir, ¡Escríbanme!”. Ah, y como ya se está haciendo costumbre, otra vez alguien del público le aventó un peluche del Dr. Simi y pues jajaja. Aquí pueden ver el video.

Con trece rolitas, varias improvisaciones y cambios en la melodía de las rolas, Mac nos dejó con ganas de verlo en un show aparte, ¿ a poco no?, y es que recordemos que la última vez que lo vimos en la CDMX fue en el Festival NRMAL en el 2018.

La tarde en el Foro Sol veía llegar más y más fanaticada con playeras del logo de los Strokes, mientras el escenario estaba siendo preparado para la entrada de The War on Drugs, telonero inmediato anterior a la banda neoyorquina.

La energía brutal de The War on Drugs

También puntuales, Adam Granduciel y compañía subieron al escenario a las 8 de la noche. El líder de la banda traía una playera de Lucius, colaboradores cercanos de The War on Drugs, y comenzó a presumir su virtuosidad en la guitarra con “An Ocean in Betwen the Waves”.

El sexteto trae en vivo incluso trompeta y saxofón que, a base de efectos, sirve como un elemento increíble para varios temas que crecen comparados con su versión de estudio, como fue el caso de “Burning” y en los que Granduciel no escatima para aventarse solos de guitarra asombrosos. ¡Bravo por acá!

Foto: Stephania Carmona

Y bueno, mientras se llenaba el recinto, varios fans de la banda de Filadelfia bailaban y coreaban las rolas de un acto que no veíamos en nuestro país desde 2018. Ojo, que cambió de guitarra para casi cada rola nueva, un absoluto estudioso de su arte. Para “Red Eyes”, con una bandera de México que aventaron al escenario, envolvió un amplificador; y tras el cierre con “I Don’t Live Here Anymore”, Adam se envolvió en la bandera para dejar el escenario al staff del acto principal.

Cabe mencionar (y el arrocito negro), que muchos asistentes reportaron fallas con una torre de audio del lado izquierdo en gradas, afirmando que desde War on Drugs no se escuchaban las guitarras, situación que afectó por el resto de la noche…

Foto: Stephania Carmona

La deuda The Strokes con la CDMX

Llegó el momento que culminaría la tarde en un mini festival en el Foro Sol: la revancha de los Strokes. Alrededor de las 10:15 de la noche (los únicos impuntuales) el quinteto estadounidense tomó un escenario colorido para comenzar con “Bad Decisions” un cierre espectacular.

Julian Casablancas estaba notablemente en sus cinco sentidos, y para los que creíamos que la abridora había sido brutal, nos dejaron impactados con lo intenso que sonó “Juicebox”, con el piso brincando al ritmo de los fans, quienes sabían la importancia de una rola que nos quedaron a deber en el primer Corona Capital al no tocarla; y en el segundo, al tocar un concierto bastante malo.

Foto: Stephania Carmona

Nick Valensi empezó a dar cátedra con solos aceleradísimos y precisos, y aunque su guitarra presentó problemas mínimos de conexión, sacó adelante la rola más intensa de la noche. En lo que lo arreglaban, Julian bromeó con el público, y le pidió a Fabrizio que se echara en el escenario para recrear un “sacrificio humano”, pero apenas lo hizo, Valensi les dijo que ya estaba listo para seguir.

El elemento visual en un concierto en solitario de los Strokes es otra cosa, ya que el juego entre colores neón, estrellas, y una estética como de la televisión pop de la década de los 80, tiene toda la congruencia con los temas de los neoyorquinos, lo que vimos en rolas como “Eternal Summer” y “New York City Cops”, con visuales psicodélicos alucinantes.

Foto: Stephania Carmona

No hay tiempo para lágrimas”, dijo Julian antes de comenzar la durísima “Hard to Explain”, como una forma de decirnos que el pasado quedó atrás, y es que estos Strokes que vimos ayer parecían otra banda, precisa, sin perder el tiempo y con un vocalista renovado.

Cada que podía, Julian gritaba “Strike it up!” para pedir más volumen y entrega de todos los presentes, lo que sería una sorpresa absoluta ante el frontman que antes había interrumpido rolas y había olvidado letras de canciones. 

Continuando con “Brooklyn Bridge to Chorus” y “What Ever Happened?”, un Foro Sol repleto coreaba cada palabra de las rolas y aplaudía los solos frecuentes de Albert Hammond Jr. Te amo México, eres la mejor cosa cool”, dijo Casablancas entre risas, y con una gran química entre la banda. 

Foto: Stephania Carmona

Tantas leyendas esta noche. El legendario Mac DeMarco, cuánta suerte. The War on Drugs, son legendarios. Fans de México, viene su favorita. Zapata es de aquí?” , dijeron.

Comenzó “Reptilia” con el bajo de Nikolai Fraiture con una potencia pocas veces escuchada con anterioridad. En luces verdes con imágenes que se movían, el público mexicano gritó a más no poder el icónico precoro de la rola.

En un setlist que combinó perfectamente sus clásicos con los recientes tracks de ‘The New Abnormal’, “Heart in a Cage” y “Someday” nos causaron escalofríos y sonrisas permanentes, nadie creería que los Strokes estaban cumpliendo con creces la promesa de un concierto impecable.

Nikolai pidió al estadio más y más ruido, reconociendo que era su show de estadio como acto singular más grande de su carrera. Yo podría tocar diez canciones más”, dijo Casablancas ante un público que simplemente no creía lo que veía, cuando Julian precisamente en el pasado había causado algunos problemas sobre el escenario. 

Foto: Stephania Carmona

Regresaron para tocar una versión en distinta escala de “Undercover of Darkness” y por tercera vez en vivo “At the Door”, que fue cantada a la perfección y letra por letra por un frontman en su mejor versión. Como las sorpresas no paraban, la banda tocó por primera vez desde 2010 “Between Love and Hate” del Room on Fire, para conmover y conquistar a todos los presentes.

Ya hacia el final, Albert presentó a Julian, quien fue recibido con la más grande ovación de la noche. “Es nuestra última canción dijo Hammond Jr., a lo que le contestó Julian con una señal de desaprobación. “Take It or Leave It” fue la cima de un concierto que mostró el repertorio de los Strokes como salvadores dosmileros del rock, generadores de una nueva ola de bandas y, en esta versión, una banda fundamental en la historia moderna de la música.

Foto: Stephania Carmona

Casablancas se hizo el dormido al final sobre el escenario, claramente mostrando que quería tocar más, esperemos que sea en otra ocasión que volvamos a verlo en su mejor humor.

Y pues sí, sí vale la pena reconocer lo que se vivió en el concierto de MacDeMarco, War on Drugs, y The Strokes, fue algo increíble que estaría fregón que se repitiera un concepto así de minifestival en México.

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Entusiasta y nerd musical desde que tengo consciencia. Lector obsesivo y escritor. Ávido de escuchar y presenciar música en vivo. Músico novato a ratos. Egresado de Derecho y (casi) de Letras Inglesas...

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