En un ambicioso lanzamiento consiste en 33 rolas nuevas, The Smashing Pumpkins se proponen asombrarnos una vez más con ATUM. Tal parece que la inspiración y la energía para componer y producir se han apoderado de Billy Corgan, James Iha, Jimmy Chamberlin y Jeff Schroeder, ya que apenas tres años después del Cyr, traen lo que puede considerarse un disco triple.

El nuevo disco de The Smashing Pumpkins es producido por el propio Corgan, un estudioso absoluto y obsesivo en cada detalle de sus álbumes. Podemos notar que para este disco, el trabajo en el sonido de las progresiones en sintetizadores y las distorsiones de guitarra son esfuerzos notables de la banda y del oído atinado de su motor principal.

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Billy Corgan tocando con The Smashing Pumpkins/Foto: Getty Images

Una banda inmersa en su propia visión

Para empezar, en palabras de Corgan, este álbum de The Smashing Pumpkins es la secuela de Mellon Collie and The Infinite Sadness (1995) y Machina / The Machines Of God (2000). La narrativa general puede describirse como los ejercicios reflexivos de un personaje que se encuentra varado en el espacio.

Quizás la canción que ejemplifica más claro este viaje espacial es “Intergalactic”, una rola de casi nueve minutos donde The Smashing Pumpkins nos hablan sobre el espíritu, el amor, la vida, la muerte y muchísimos temas de la experiencia humana.

Sí, Billy Corgan se creyó su propia idea y vaya que la llevó hasta donde pudo. Nos encanta que a estas alturas de su carrera, The Smashing Pumpkins no tenga restricción alguna para sacar un disco de 2 horas con 18 minutos y hacer lo que les plazca con su proyecto.

Los tres actos son distinguibles entre sí, y hoy recibimos el que comienza con “Sojourner”, con un piano melódico y sección orquestada sumamente conmovedoras, mientras sentimos como la voz de Corgan flota en lo que continúa su aventura espacial. Esta narración de un residente temporal, literalmente la traducción del término, que habita en el espacio por un rato se siente de alguna forma natural y no falso, y es lo que logra la banda.

Un gran compilado de los sonidos de más de tres décadas

The Smashing Pumpkis es una banda que lleva 32 años de carrera, con 12 discos de estudio contando este, por lo que no es sencillo tener presente la paleta sonora de este proyecto. Aún con esta complejidad, Corgan y compañía se encargan de darnos un paseo por muchos de los sonidos que los han hecho tan exitosos.

Escuchamos baladas sintetizadas, rolas acústicas, y hasta un post grunge bastante bueno en ATUM de The Smashing Pumpkins. En general, hay más presencia de guitarras en este LP que en su antecesor, pero hay bastante equilibrio entre las secciones de sintetizadores y hasta partes orquestadas.

Canciones como “The Good in Goodbye”  o “Empires”, nos emocionan por los riffs y baterías galopantes que nos llevan de inmediato a esos The Smashing Pumpkins de los noventas, con un post grunge conceptual con la temática espacial.

Aún así, los volantazos en el viaje que lidera Billy son bastante marcados con rolas como “Hooray!” o “Hooligan”, sintéticas y hasta bailables, algo inesperado pero que se incorporan como un sonido más que la verdad logran muy bien dentro de The Smashing Pumpkins.

Esta transición hacia los sintetizadores y el baile también le dan dinámica al disco de The Smashing Pumpkins, que no podía simplemente estancarse en la monotonía del rock reflexivo y espacial. Estos son respiros necesarios para seguir con los temas más serios.

Una ópera de rock espacial que no es tan fácil de seguir

Con once discos como antecesores, es un poco difícil sacudirse la idea que teníamos de The Smashing Pumpkins, y en esta ópera rock espacial llamada ATUM, nos presentan varios personajes y situaciones que nos toman inesperadamente por sorpresas.

Escuchar nombres de esos personajes y algunos escenarios a primera escucha nos desorienta, pero tras varias escuchas, logramos aceptar el cuento largo que nos trae Corgan, en una odisea espacial que renueva la energía e imagen de la banda.

Para escuchar y quizá entender mejor este disco de The Smashing Pumpkins, hay que ubicarlo junto a otras maravillas musicales como The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972) de David Bowie, y más recientemente Fear Of A Blank Planet (2007) de Porcupine Tree.

Definitivamente, hacer una ópera rock no es fácil, y para esta entrega, si bien The Smashing Pumpkins logran un hito en su carrera, a veces la historia se siente desconectada, y parece que varias rolas no fueron concebidas necesariamente dentro de la idea del álbum.

Aún así, las texturas sintéticas en rolas como “Hooligan” y “The Canary Trainer” sí logran ponernos en órbita, desde quizás alguna nave espacial olvidada. El personaje principal se encuentra exiliado, y esto da lugar a varias reflexiones densas, por lo que este disco de The Smashing Pumpkins es recomendable para hacer una escucha activa con todo y letras en mano.

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Entusiasta y nerd musical desde que tengo consciencia. Lector obsesivo y escritor. Ávido de escuchar y presenciar música en vivo. Músico novato a ratos. Egresado de Derecho y (casi) de Letras Inglesas...

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