Fresidark: Dícese de aquello con características darks (lo que sea que eso signifique), pero peligrosamente cercano a lo fresa… a lo fresón… a lo muy popero. Así como The Rasmus; aunque, entonces, habría que añadirle a la definición: “Demasiado potente. Chingón”.
Poco después de las 21:00 horas, se apagaron las luces del Pepsi Center y comenzó a sonar “Todavía” de La Factoría. ¿Porrrrrrr? Seguramente es una de las favoritas de Lauri Ylönen… o la escuchó de casualidad y dijo “n’ombre, con ésta se va a prender la banda antes de nuestra espectacular aparición en el escenario”…
Un ambiente alejado de lo fúnebre con The Rasmus en la CDMX
Y así fue: antes de corear versos harto oscuros y dolorosos como “We’ll walk through the darkness” de “First day of my life” o “I feel guilty / My words are empty” de “Guilty”, muchos de los fans de The Rasmus cantaron (y completito) el éxito del grupo panameño… cuya letra, viéndolo bien, podría ser parte del repertorio de los finlandeses.
Pero bueno, lo anterior sirve para señalar que, muchos atuendos góticos entre los asistentes al Pepsi Center (el cual lució abarrotado), pero el ambiente que se percibía estaba lejano de lo fúnebre; empezando por el vocalista de The Rasmus, quien luego de concluir cada una de las canciones, en las que se desgarraba la voz para interpretar los temas de forma por demás “llegadora”, sonreía, mostrándose conmovido por la amorosa respuesta de sus fans.
El show inició con las mencionadas “Firts day of my life” y “Guilty”, seguidas de “In my life”, “No fear”, “Paradise”, “Fireflies” y “Time to burn”. Sólo hasta esta última se hizo una pausa a la intensa presentación para preguntar al público si alguien recordaba cuando tocaron en el mítico y desaparecido Salón 21, por ahí de los primeros años de este siglo. Porque, parece que no, pero The Rasmus – fundada en 1994 – es una banda que ya puede considerarse “clásica”.
Pero los años de la banda ni se notaban. Tanto arriba como abajo del escenario. Arriba, de corrido y sin ninguna interrupción los liderados por Lauri Ylöen se reventaron un potente setlist de 22 canciones, en el que los guitarrazos machacantes y entrecortados fueron la constante, así como los arreglos trepidantes cuasi orquestales que le dan su sonido tan estremecedor a los fundados en Helsinki. Ejemplo perfecto “Immortal” y ese himno de los bulleados llamado “Wonderman”.
Abajo, por una fanaticada sí conformada por un grueso que le tiraba a los 40, pero mezclada con un gran número de menores y jóvenes acompañados por sus padres. Todos coreando y gritando desde el inicio hasta el fin de un show en que, cómo no, The Rasmus ofreció el momento de piel chinita cuando fue ejecutada “Octuber & april”, mientras todo el Pepsi Center se iluminaba con las lamparitas celulares del emocionado y complaciente/complacido público.
“¿Recuerdan un disco llamado Black Roses?”
La emoción se desató cuando el bajista, Eero Heinonen, anunció que venían las canciones de su exitoso disco del 2008. Sólo fue un par – “Justify” y “Livin’ a world without you” – pero lo suficientemente intenso para dejar todo preparado para que sonara la esperada de la noche: “In the Shadows”.
El concierto cerró con la muy gótica y asombrosamente ejecutada “Funeral song”, la evocadora de asuntos bíblicos “Jezebel” (tan épica como puede ser una canción que llevó a la banda a brillar en Eurovisión) y la conmovedora “Sail Away”.
Por ahí también sonó el cover de “Ghostbusters”… ¿¿?? Pues, por qué no: Lo oscuro no está peleado con lo popero y menos cuando la mezcolanza se hace de la forma en que lo hace The Rasmus. Con ellos, decir fresidark adquiere el nivel de “no, pues sí, está chingón”.
Setlist fresidark de The Rasmus 12/05/23
First Day of My Life
Guilty
In My Life
No Fear
Paradise
Fireflies
Time to Burn
Live and Never Die
Wonderman
Still Standing
October & April
Sophia
Rise
Immortal
Ghostbusters (Ray Parker Jr. cover)
Justify
Livin’ in a World Without You
F-F-F-Falling
In the Shadows
Encore:
Funeral Song
Jezebel
Sail Away