En retrospectiva, los miembros de Korn no son muy distintos a los veinteañeros enojados que en 1994 colocarían al nu metal en todas las listas de éxitos. La separación de David Silveria en 2006, algunos proyectos solistas, la entrega de “Head” Welch al cristianismo, y hasta probar el dubstep (en verdad quisiéramos olvidarlo), tan sólo han confirmado lo que Jonathan Davis, líder y vocalista de la banda, declaró hace poco: “La vida no se pone más fácil”.
Eso sólo quiere decir que siempre habrá materia prima para Korn. Esto es cierto, especialmente para él, ya que el año pasado, Deven Davis, su esposa murió de una aparente sobredosis… Derivado de esto, principalmente, podemos identificar que para The Nothing, el disco número 13 de Korn, el sentimiento perpetuo es la confusión que ha causado la pérdida… ¿y no es acaso esta una fuente profunda de inspiración, de necesidad de liberar lo que está dentro?
Al más puro corte de Issues (álbum de 1999, el cuarto de su historial), la gaita abre el tema de “The End Begins”, un prólogo de las otras doce canciones sobre la pérdida de identidad, desolación, la ira contra el pasado y contra uno mismo, en la que a veces no encontramos diferencia alguna. Habiendo probado los extremos, desde no tener elementos sintéticos hasta transformarse en un proyecto de dubstep, podemos ahora afirmar que su mejor forma es el equilibrio de los dos mundos.
De este modo, Korn ha logrado un balance que deviene de crisis “creativas” y personales en los miembros. Así, en momentos de “This Loss”, “Can You Hear Me” y “The Darkness is Revealing”, conviven los elementos más icónicos de los californianos y sus incursiones electrónicas, con coros elevados por sintetizadores o puentes con bases siniestras en estos mismos.
El regreso a los orígenes es mucho más evidente en temas como “Idiosincrasy”, “The Ringmaster” y “H@rd3r”, en los que se muestra la versión cruda de Korn con los riffs creados por Head y Munky, equilibrados al mismo tiempo por elementos sintéticos que no acaparan a los que son ahora inspiración de ediciones especiales de ESP e Ibañez.
A veinticinco años de distancia, el quinteto sigue haciendo música para marginados, pero con la diferencia de que ahora es a escalas mayores. Es decir, cuestionando la existencia, la muerte e interrogando a Dios a través de la personalidad polifacética de Davis como vocalista. Está de más decir que su voz juega un papel de suma importancia en este disco, y no sólo como un instrumento más, sino como una metáfora de lo que quiere representar The Nothing, algo íntimo y personal, pero que al mismo tiempo es de todos, como el dolor.
Precisamente, parte el disco la liberadora “Finally Free”, cuyo nombre no necesita explicación mayor, pero sí una referencia: es la cima de la pérdida y confusión, un grito disonante que busca la explicación de lo ocurrido y plantea una pregunta que probablemente no tenga una respuesta correcta. ¿Acaso hay redención en acabar con una vida que te ha traicionado?
Para esta entrega tan suya, Davis ha declarado que, cuando se le escucha llorar en el disco, no se trata de algo falso, sino que es su forma de lidiar con los problemas. Ir al estudio y componer temas con lo que le sucede en cualquiera de sus niveles. No es la fórmula secreta del éxito dentro de la industria de la música, al menos no la comercial. Cantar y tocar lo que sucede en la realidad de una o muchas personas, como en el caso de The Nothing, Davis y Korn, significa conectarse con su audiencia y permitirles conocerse.
En The Nothing, cada músico por separado logra rehacer los mejores elementos de Korn en grande con los coros sombríos de reverbs inmensos, la fuerza de Ray Luzier en la icónica batería/arco, junto con cuerdas bien ejecutadas y distorsionadas. Todo esto, con algunas de las mejores letras de Jonathan Davis a la fecha (y eso que apenas en 2018, el cantante lanzó disco como solista). Después de 25 años, todos ellos tienen mucho qué dar por una simple razón de la que hablamos al principio: “la vida no se pone más fácil” y tenemos que seguir aquí…
Apenas este año, Korn cerró el Vive Latino en la CDMX ante un lleno en el Foro Sol. De traer la gira a México para promocionar el disco, ¿en dónde podrían o o nos gustaría que presenten The Nothing?
Tracklist
1. The End Begins
2. Cold
3. You’ll Never Find Me
4. The Darkness Is Revealing
5. Idiosyncrasy
6. The Seduction of Indulgence
7. Finally Free
8. Can You Hear Me
9. The Ringmaster
10. Gravity of Discomfort
11. H@rd3r
12. This Loss
13. Surrender to Failure