Lo que necesitas saber:
The National lanza su segundo disco en este mismo años. Aquí les dejamos la reseña de 'Laugh Track'.
Apenas en abril de este año, The National lanzó First Two Pages of Frankenstein, n disco que significó vencer un bloqueo creativo de Matt Berninger. Hoy, habiendo vencido claramente ese bloqueo, la banda de Cincinnati nos trae Laugh Track, un nuevo álbum de estudio.
La docena de canciones incluye colaboraciones con Bon Iver, Phoebe Bridgers y Rosanne Cash, y al igual que su antecesor, la banda incorpora muy bien a sus invitados, en lo que quizás sea una nueva tradición para el quinteto. En particular, notamos que Phoebe Bridgers es una voz que funciona excepcionalmente bien con la de Matt, como lo notamos desde el disco pasado.
‘Laugh Track’ de The National: Los recursos musicales de más de veinte años
Aunque The National comenzó por allá del 2001 como un proyecto centrado en guitarras y la voz y tono de Matt Berninger, como parte de un renacimiento del post-punk, hoy tenemos una banda que ha incorporado decenas de sonidos de una forma maravillosa.
De su disco homónimo y el Sad Songs for Dirty Lovers (2003), con himnos tristes esencialmente acústicos, con la aparición esporádica de sintetizadores, la banda hoy tiene un catálogo rico en texturas sonoras. Sleep Well Beast (2017) es quizás su aventura más orientada a lo digital, pero en la que a la vez se mostraron vulnerables y nos cimbraron en rolas como “Nobody Else Will Be There” y “Guilty Party”.
Hoy, Laugh Track toma de todos los LPs anteriores de la banda, en una celebración de lo que nos encanta de The National. Los Dessner, como principales arreglistas de la banda, mezclan guitarras acústicas, con pianos sutiles, beats por aquí y allá, sintetizadores que crean atmósferas y hasta distorsiones ocasionales.
Muestra de su capacidad para resumir más de dos décadas de historia sonora en tan solo algunos minutos son rolotas como “Space Invader”, “Deep End (Paul’s In Pieces)”. Es destacable además que la batería de Bryan Devendorf suena potentísima en todo el disco, como el motor de la banda que contrasta con la grave pero delicada voz de Matt.
Laugh Track de The National no nos hace extrañar ningún elemento de sus anteriores. Beats, sección de metales, cuerdas, pianos profundos y progresiones de sintetizadores conviven bastante bien. Inclusive tenemos canciones clásicas similares a sus trabajos iniciales, como la sensible “Hornets” o la esperanzadora “Tour Manager”.
The National se encuentra en una plenitud equilibrada con ‘Laugh Track’
Tal parece que First Two Pages of Frankenstein desbloqueó un caudal de buena música de The National, pues de manera inmediata, nos comparten un material que complacerá a los que han seguido su carrera desde inicios de siglo.
Laugh Track es una recopilación equilibrada de todo lo que nos ha dado a la fecha el quinteto, y podemos escuchar que sus lados más contrastantes pueden convivir en un mismo espacio para transmitir los temas preponderantes en la banda: ansiedad, desesperación, añoranza, amor, desamor, y la permanente exploración de ser humano.
“Alphabet City” es una canción que equilibra una atmósfera tensa con la reconfortante voz derrotada y reflexiva de Matt Berninger, con lo ecléctico de su aclamado Sleep Well Beast (2019). Sección de cuerdas, percusiones aceleradas y sintetizadores disruptivos nos envuelven en un frenético inicio.
“Deep End (Paul’s In Pieces)” es un clásico tema de The National, que parece bastante inspirado en la época del Trouble Will Find Me (2013), con la batería de Devendorf como el motor de una canción que se va más al lado alegre que la banda logra dar con matices nostálgicos.
Un nuevo clásico para los fans y no tan fans, digerible y con una melodía que resuena en tu cabeza aún terminada la canción, que además, tiene un cameo de la hija de Matt.
Justin Vernon se suma para “Weird Goodbyes”, una rola marcadamente electrónica, en la que Matt canta sobre un beat acerca de derrotas cotidianas y la incertidumbre que le causa no conseguir lo que desea. Con unas cuerdas sutiles y una base de piano, el apoyo de Bon Iver viene muy bien, es una presencia grata que no pretende apoderarse del tema.
Sin cargarse mucho a lo digital, o abusar de la probada fórmula de las rolas acústicas, The National no nos cansa en momento alguno con Laugh Track. Sino que apuesta por mantenernos atentos a lo que sigue, que puede contener lo que la mente de los Dessner imagine, con una paleta sonora extensa.
Un lado amable de una banda que suele ser desgarradora
Como suele pasar con varias bandas sentimentales y realistas (por no decir tristonas) nos encanta cuando sus versos son fuertes y no coquetean nada más con la idea de ponerse intensamente reflexivos.
En el caso de Laugh Track de The National, incluso hay rolas a las que tenemos que entrarles con cautela como “Sorrow”, “Guilty Party” o “This is the Last Time”. Sabiendo esto, esperamos que en cualquier momento la voz de Matt nos cante algo catárticamente doloroso, algo que no llega a suceder completamente en esta entrega.
Sí, parece ser algo extraño pero The National es una banda fuera de los temas que se centren en los momentos más alegres de la vida. Es con ellos y proyectos como Radiohead o los contrastes en las letras de James Blake, en donde buscamos un poco de comodidad en escuchar sentimientos no tan agradables.
Para Laugh Track, la voz de Berninger vuelve a hacer lo suyo cuando medio declama, y susurra letras que transmiten arrepentimiento y ansiedad. The National nos ha dejado marcados con letras durísimas sobre lo que pudo haber sido en una relación, los problemas de pareja, ansiedades sobre nuestras acciones, y un larguísimo etcétera.
Quizás en “Turn Off the House” nos transmiten más intensamente sensaciones de un despojo liberador que rara vez les vemos, y es “Smoke Detector” en donde encontramos un mantra más fuerte: “You don’t know how much I love you”.