El festival Hipnosis tenía varias joyitas en su line-up desde las bandas que tocaban temprano en el festival, pero uno de los actos principales era el regreso de The Mars Volta a la Ciudad de México, después de prácticamente una década y media de ausencia por acá.

Una vez terminado el excelente show de Primus, en donde tocaron rolas propias y por última vez el A Farewell to Kings de Rush, Omar Rodríguez López, Cedric Bixler-Zavala y compañía tomaron el Escenario Relámpago ante un público ansioso por verlos que gritaba “¡Chabelo, Chabelo!”, por la solicitud de Cedric por Instagram, de que Xavier López fuera quien los anunciara en el festival, cosa que no sucedió.

The Mars Volta desbordó energía pura en su regreso a nuestro país
The Mars Volta en el festival Hipnosis 2022. Foto: Raúl Fernández para Sopitas.com.

Lo que sí hubo fue una noche para el recuerdo, con la gente coreando una canción de feliz cumpleaños para el vocalista pues un día antes de esta presentación llegó a los 48 años. Y bueno, qué mejor que venir a nuestro país para celebrar.

La nostalgia de un reencuentro inesperado

La verdad es que muchos de nosotros ya no teníamos esperanzas de que Omar y Cedric regresaran como The Mars Volta, pero la reciente reunión de At the Drive-In de hace algunos años nos devolvió un rayito de luz que ayer se materializó en ver a los dos en un escenario con el proyecto más progresivo de ambos.

Pasada la medianoche, seis músicos subieron al escenario pintado de azul, con diez espejos de fondo que añadían elegancia pero también algo de misterio. “Vicarious Atonement” fue la abridora, con un intro de la guitarra de Omar y la muestra vocal de que Cedric puede hacer todo lo que le conocemos y aún más.

The Mars Volta desbordó energía pura en su regreso a nuestro país
The Mars Volta en el festival Hipnosis 2022. Foto: Raúl Fernández para Sopitas.com.

La improvisación comenzaba a mostrarse y resultaría un elemento persistente durante todo el set, con rolas extendidísimas, lo que resultó en que tocaran 11 rolas en su show. La selección abridora fue inmejorable ya que esta rola dejó a Omar y Cedric mostrarse como protagónicos en su rol, y fue un deleite ver cómo la guitarra seguía a la voz y viceversa. 

La banda tocó un setlist brutal para los fans, pagando quince años de ausencia sobre un escenario en nuestro país. Con una sola rola del nuevo álbum, “Graveyard Love”, la banda nos regaló “Roulette Dares (The Haunt Of)”, “Eriatarka”, “L’Via L’Viaquez”, “Son et lumiere” y “Inertiatic ESP”, como un viaje directito a la nostalgia.

El público no dejaba de corear y hasta gritar las canciones, lo que mostraba cuánto se extrañaba a The Mars Volta en nuestro país. No en vano, las playeras que más vimos durante todo el día en el Parque Bicentenario eran de la banda de El Paso.

De “Roulette Dares (The Haunt Of)” en adelante, la energía de la gente se desbordó, y aunque ya era pasada la medianoche, los brincos y gritos fueron la constante. La banda respondió, ya que parece que el tiempo no pasó y que Cedric lo puede todo con su voz y  Omar no rompe concentración aunque estén tocando rolas estruendosas y aceleradas.

Un show que hace funcionar los contrastes

Desde su origen, The Mars Volta atrajo por lo raro de su combinación musical, cómo hicieron funcionar la distorsión con baladas, la voz de Omar modulada para baladas o para gritar y mostraban cómo se podía pasar de algo sumamente tranquilo a rolas intensísimas y progresivas. Todo esto se mostró en el show del día de ayer de una manera impresionante.

Haciendo convivir la elegancia con la intensidad transgresora, la banda se lució en momentos como “L’Via L’Viaquez”, una combinación de rock progresivo con guaguancó que sacó los mejores pasos de baile del público, con parejas bailando pegadito y luego headbangeando en un ir y venir muy entretenido.

Eriatarka” fue de lo más intenso ayer, con una versión extendida que se apoyó en los teclados, que en vivo le suman mucho más a la banda. Los visuales de estrobos coordinados con riffs y remates en la batería son clásicos de una banda de rock, lo que nada más resultó en gritos y saltos más intensos del público asistente.

La instrumentación en vivo es muy solvente, tienen muchísimos instrumentos y los ejecutan increíble, el dúo se apoya en Eva Gardner en el bajo, Marcel Rodríguez-López en las percusiones y sintetizadores, Linda-Philomène Tsoungui en la batería y Leo Genovese en sintetizadores y hasta le escuchamos saxofón. Las versiones extendidas con solos y puentes son gran parte de por lo que vale la pena verlos en vivo, ya que expanden las grabaciones de estudio.

Hasta rolas más “tranquilas” como la nueva “Graveyard Love” incluían una dosis de explosión. Y es que apenas pasada la época tétrica del año, la banda trae esos tintes sobre el escenario, super adecuado para estas fechas. Después de Omar y Cedric, los sintetizadores se llevan un lugar importantísimo en el diseño sonoro de su acto. Hasta Eva usó para este rol el contrabajo, acentuando un poco más el punch en el bombo.

De lo más característico de The Mars Volta es la convivencia de lo contradictorio, el progre distorsionado en guitarras a los teclados con percusiones de guaguancó y hasta timbales. En esta contradicción es donde la banda se mueve, y Cedric puede pasar de gritar a bailar guapachoso en un compás, algo divertidísimo y que transmite toda su energía a la gente.

En “Empty Vessels Make the Loudest Sound”, Eva apoya en la voz y se lleva la rola. La bajista, segunda voz, re talentosa, se lleva la rola. Ojalá vengan solos, porque este set quedó a deber en varios aspectos.

Escuchar a un genio de la guitarra como Rodríguez López es parte del principal atractivo de la banda. Y es que aunque ya no brinque como antes, Omar está todo el tiempo generando sonidos rarísimos y jugando con efectos, en lo que solo podemos describir como un trance. Las rolas del De-loused in the Comatorium fueron de las que más lucieron en la lira de Omar, como “Cicatriz Esp” y “Son et Lumiere”, con un manejo increíble de cómo va creciendo la rola.

No en vano, Cedric lo presentó como “Mi amigo el mejor, mi maestro el número uno Omar Rodríguez López”, antes de Inertiatic ESP

El volumen era necesario para escuchar a la banda

Durante todo el día de ayer, en particular desde el set de Osees, el audio del festival falló y la gente no se lo calló. Dirigiéndose a la consola, escuchamos gritos como: “¡Pinche ingeniero!”, “¡Súbele, cabrón!” y un “¡Súbanle, súbanle!” que se volvió constante en el set de The Mars Volta.

La música de la banda pide que las percusiones retumben y el bajo de Eva Gardner resuene en nuestros cuerpos, cosa que simplemente no pasó en todo el show. La falta de volumen y de repetidoras para la gente que estaba atrás hacía que sonara más la gente de alrededor coreando que la misma banda por momentos. 

Esperemos que regresen en 2023, con un show solos que nos deje escuchar más rolas, porque lo que vimos ayer solo nos atrajo más a The Mars Volta y revivió algo en nosotros que pensábamos perdido. Sin hacer mención sobre su regreso, la banda interactuó poco para tocar más, pero escuchamos a Cedric cerrar con un: “Muchísimas gracias, que viva México”.

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Entusiasta y nerd musical desde que tengo consciencia. Lector obsesivo y escritor. Ávido de escuchar y presenciar música en vivo. Músico novato a ratos. Egresado de Derecho y (casi) de Letras Inglesas...

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