Reseña y Fotos: THE JESUS AND MARY CHAIN
Jueves, 21 de mayo
Auditorio Blackberry
México, DF
EL CONCIERTO
The Jesus and Mary Chain regresó a la Ciudad de México en la gira por el 30mo aniversario de su tan aclamado álbum debut, Psychocandy. Solo que, a diferencia de hace 7 años que nos cayeron casi por sorpresa, esta vez los recibió un público mexicano más preparado y más consciente de su estatura. De izquierda a derecha en el escenario: Phil King en la guitarra; Mark Crozer en el bajo; Jim Reid en los vocales; Brian Young en la batería; William Reid en la guitarra. En el fondo del escenario colgaban cinco mantas en forma de pirámide invertida sobre las cuales se proyectaban visuales durante el set de Psychocandy; aunque claro, eso no fue lo único que tocaron…
SETLIST
1. April Skies
2. Head On
3. Some Candy Talking
4. Psychocandy
5. Up Too High
6. Reverence
7. Upside Down
INTERMEDIO
8. Just Like Honey
9. The Living End
10. Taste the Floor
11. The Hardest Walk
12. Cut Dead
13. In a Hole
14. Taste of Cindy
15. Never Understand
16. Inside Me
17. Sowing Seeds
18. My Little Underground
19. You Trip Me Up
20. Something’s Wrong
21. It’s So Hard
OPINIÓN
Cuando The Jesus and Mary Chain (JAMC) finalmente tomó el escenario, Jim Reid dijo algunas palabras en el micrófono que no pude oír bien ya que un imbécil en el público empezó a gritarle pavadas (obvio en español porque solo un imbécil asume que Jim Reid habla todos los idiomas del mundo). Y bueno, aunque no escuché lo que dijo, supongo que tuvo que ver con el formato que iba a tomar el concierto. La banda primero nos dio un breve set de algunos éxitos que se desprenden de sus otros discos, como la genial “Head On”. Luego habría una breve pausa y la banda regresaría para tocar el Psychocandy completo, de principio a fin. Curiosamente, fue después del intermedio cuando dejaron pasar a los fotógrafos a la fosa, ya con los visuales que se proyectaban sobre las columnas del fondo. Cada canción contaba con sus propios visuales, por lo menos hasta que se les cayó el proyector (literalmente) aunque ya para entonces habían llegado a “You Trip Me Up”.
Fue el concierto que todos esperábamos de parte de los veteranos del post-punk, y tomando en cuenta que están celebrando los 30 años de su debut, los hermanos Reid no se veían nada mal. Claro, tomando de una botella de agua, bien vestido, y mostrando su agradecimiento al público, Jim ya no es el punk arrogante de su juventud que odiaba a Joy Division (estos días le encanta, según una entrevista con Iván Nieblas) pero de vez en cuando dejaba escapar un “fuck” como cuando olvidaba las letras de uno de sus clásicos. En mi muy humilde opinión, creo que nos dejaron a deber con los decibeles ya que esta banda tiene reputación de tocar “fucking loud“, quizás no a niveles de Swans pero sí esperaba que le subieran algo más al volumen; aunque claro, temo que no es culpa de la banda sino más bien siguen vigentes las restricciones impuestas sobre el Auditorio Blackberry desde Two-Door Cinema Club.
No soy muy fan que digamos sobre esta tendencia de tocar un disco completo para conmemorar algún aniversario, ya que un show se vuelve predecible; en otras palabras, le roba cierta emoción a un concierto ya que el elemento de sorpresa desaparece cuando conoces el orden en que van a tocar cada canción. Una cosa es la obra y otra muy diferente es el entretenimiento en vivo. Sin embargo, la responsabilidad cae sobre la banda de re-imaginar como sería la presentación de un discos que hoy es considerado como un clásico de cinco estrellas, y ahí no nos fallaron. Al darnos un recorrido por sus otros éxitos mas algunos temas oscurones en la primera mitad del show, la banda “cerró el telón” para regresar bajo su otra cara, la del grupo que hace RUIDO al máximo (en teoría) con feedback de guitarra mientras el cantante trata de meter sus lindas melodías de girl group entre toda la cacofonía ensordecedora. Los hermanos bien saben que todo está en la presentación.
Obviamente fue un gran placer ver que el Auditorio estuvo lleno, quizás no a su máxima capacidad, pero lo suficiente para restaurar mi fe en la comunidad local. Más que nada, es prueba del valor que tienen los medios para promover un evento y resaltar la importancia de una banda y/o un disco. Recordemos que en 2008, cuando la recién reunida banda de Escocia se dio una vuelta por nuestros lares, su presentación en el José Cuervo Salón pasó prácticamente desapercibido. Siete años después, el público se mostraba más emocionado por la visita de JAMC, lo cual demuestra que ya podemos presumir de un avance en nuestro conocimiento colectivo de cultura pop. Gracias internet. Ahora sí… creo que ya estamos listos para My Bloody Valentine.
FOTOS: Diego Figueroa (@halofive)
RESEÑA: Shychocandy (@ShyTurista)
LOS VECINOS: A un decibel de volver a marcar a Protección Civil.
