Lo que necesitas saber:
Steven Wilson regresa con un nuevo material como solista. Aquí nuestra reseña de 'The Harmony Codex'.
Steven Wilson parece no lograr saciar su infinita sed musical, y apenas un año después de haber lanzado el excelente Closure/Continuation con Porcupine Tree, tenemos frente a nosotros su álbum más críptico a la fecha: The Harmony Codex.
Hace menos de un año lo vimos en su conciertazo del Pepsi Center WTC, y ya nos trae nueva música en su proyecto solista. Con 10 nuevas rolas que sobrepasan apenas la hora de duración, Wilson nos vuelve a sorprender en un disco que explora varios géneros y nuevos instrumentos en su paleta sonora.
En 65 minutos, obviamente bajo su producción, el guitarrista juega con nuestras mentes, expandiendo su discografía en un álbum que lo llevó a dejar a un lado su guitarra, y observar mucho más de cerca los sintetizadores análogos.
‘The Harmony Codex’ de Steven Wilson: Una aproximación fresca a la composición
El rock progresivo de autor que Steven Wilson nos ha presentado en más de 30 años de carrera suele ser pensado y metódico, calculando cada compás, los instrumentos involucrados y por lo tanto, el resultado final. Ahora, el ícono del rock progresivo cambió bastante sus propias reglas y le entró a este disco sin un género particular en mente, lo que generó su álbum más diverso a la fecha.
La adquisición de sintetizadores análogos impactó mucho el proceso de Wilson, quien tiene ahora introducciones alargadas totalmente compuestas como progresiones en sintez, lo que da una sensación hipnótica en las intros de “Beautiful Scarecrow” y la oda a la música que es “The Harmony Codex”.
Junto con Adam Holzman, Nina Tayeb y David Kosten, Wilson lidera un proyectazo que es musicalmente una locura y también busca tocar fibras sensibles. Recordemos que el músico nos ha regalado joyas sensibles como “Song of I” y “Thank You”, y mantiene intacta la idea de transmitir sentimientos intensamente.
En el nuevo disco de Steven Wilson, esto se mantiene en “What Life Brings” y la espléndida “Rock Bottom”, con una letra desgarradora y arreglos que transmiten bastante los sentimientos de tristeza y pérdida.
La misma virtuosidad en nuevas exploraciones
En The Harmony Codex, destaca a primera escucha “Impossible Tightrope”, una rola de casi 11 minutos que incluso el propio Steven Wilson describe como rock, electrónica y jazz espiritual. Este último término nos encanta, y describe a la perfección una canción trepidante que incorpora un saxofón enloquecido que sobresale d ellos clásicos elementos que le conocemos a Steven.
Una vez más exigiendo una escucha activa, como lo ha hecho a través de sus siete discos de estudio, pero ahora en una montaña rusa en la que sin anticipación hace cambios drásticos o nos sorprende con elementos que nunca antes había usado, Wilson nos presenta un laberinto musical.
Tenemos gratas sorpresas, como un beat de rap deconstruido en “Time Is Running Out”, que tiene críticas a la vida moderna, a la obsesión con estar conectados y perder el tiempo en llevar una vida digital. Voces distorsionadas construyen el puente en una canción que está bastante apartada de lo que le conocemos a Wilson.
Algo similar ocurre en “Actual Brutal Facts”, que si bien se apega más al formato de rock progresivo obscuro que le conocemos a Wilson, tiene líneas bastante rapeadas en un trabajo de producción a las voces que amerita ser estudiado una y otra vez. Es impresionante recordar que Wilson es un músico y productor autodidacta, que aún hoy en día acude mucho a su instinto auditivo para grabar sus canciones.
Como muestra de lo mucho que cambió Steven Wilson su acercamiento a la música, la presentación que hizo en vivo del disco lo hizo no contar una guitarra colgada, lo que es rarísimo y seguramente veremos en la gira mundial de The Harmony Codex.