Cinco años han pasado desde que Chemical Brothers lanzó Born In The Echoes, un disco que aunque contó con múltiples colaboraciones como Beck y St. Vincent, nos mostró una dupla un tanto carente de imaginación y falta de rolas altamente bailables, tal como lo habían hecho con sus placas predecesoras. Sin embargo, hoy llegan con No Geography, un disco que marca su regreso triunfal.

En los 90, después de que pasara lo que se conoció como “El segundo verano del amor” —en el cual el éxtasis se había convertido en parte esencial de los raves ambientados con música electrónica—, nació el big beat, un sonido más vibrante que la música dance y el híbrido entre el rave ‘n’ roll. En el caso de los Chemical Brothers, fueron criados con la psicodelia de My Bloody Valentine y Public Enemy, pero también tuvieron la experiencia del surgimiento del acid house y vivieron toda la fiebre del dance de Madchester. A partir de esto obtuvieron un sonido que en palabras de Simon Reynolds en su libro Energy Flash “era temerario como el rock and roll pero con el uso de efectos de tecnología” y que además “generaba excitación e intensidad”.

¿Qué puede ser más rock and roll, más rave, que eso?, se pregunta Simon en el libro, y hoy podemos decir que con No Geography, la dupla logró retomar todo este concepto y crear una placa llena de crescendos, subidones, escaladas, explosiones, redobles de tambor y múltiples sampleos que te llevan a una fiesta, a un éxtasis musical.

Para la creación de No Geography, Tom Rowlands y Ed Simmons hicieron un estudio dentro de su estudio en el cual estaba todo ese equipo viejo que comenzaron a utilizar desde los 90. A éste le añadieron algunos toques de modernidad, pero la esencia continuó siendo la misma.

Portada de No Geography, de The Chemical Brothers. Foto: Especial

Desde el inicio con “Eve of Destruction”, la dupla nos presenta una gran pieza digna de los raves noventeros realizados en lugares remotos y espaciosos (como fábricas o naves abandonadas) llenos de luces neón y estrobos con nada más que baile y éxtasis alrededor. A través de una capa de bajo muy marcada que después es recubierta con sonidos acid house, llega la intervención de la rapera japonesa, Nene, y de la cantautora Aurora, quien le da un toque de soul a la interpretación tanto de esta canción como de las otras del disco.

El ritmo y velocidad no se pierden en ningún momento. De hecho, podríamos decir que es prácticamente imperceptible la transición entre una canción y otra. Así es como llegamos a “Bango”, el segundo corte de No Geography que igualmente presenta un bajo y percusiones recubiertas por voces femeninas robotizadas. Luego hay una pausa (el baile en éxtasis a veces es cansado).

Para este break The Chemical Brothers introduce un loop de flautas con una grabación de voz masculina, como de walkie talkie. Después de un par de minutos, la rola explota e incluso rememora un poco a los sonidos ambientales de Orbital, pero con el golpeteo de la batería análoga.

Entonces llegamos a “Got To Keep On”, el tercer single que el dúo lanzó desde su regreso a la música. El beat de este corte es un tributo de la dupla de Manchester a la música disco, un género bastante satanizado en su momento pero que hoy es recubierto por un poco de groove y subidones con referencia tanto a los golpeteos del techno como del EBM.

Luego llega “Gravity Drops”, un tema que inicia con una secuencia oscura pero que al momento de hacer la transición de sonido y para la velocidad que nos habían presentado anteriormente, resulta algo discordante y, por ende, resulta inevitable que te dé el bajón incluso cuando traigas el hype en su punto más alto.

Lo mismo sucede con “The Universe Sent Me”, una canción que igualmente cuenta con la colaboración de Aurora, cuya voz puede recordarnos a la de Emily Kokal, de Warpaint. Su constante súplica y el inicio y cierre repetidos con “I cave in” hacen de esta rola algo contemplativo y un desvío en el camino que The Chemical Brothers había trazado desde el inicio del disco.

Pero luego llega “We’ve Got To Try”, un regreso al groove del soul no solo por la voz de Aurora, sino por los sonidos que introduce durante toda la canción. Este tema fue trabajado nuevamente en conjunto con la Fórmula 1 para convertirlo en “el remix más rápido del mundo”. Así que la velocidad del big beat aquí es trazado a partir de breaks loopeados.

Posteriormente nos encontramos con “Free Yourself”, el primer sencillo que lanzó The Chemical Brothers y el mejor corte de todo el disco. Este corte resulta increíblemente liberador, el punto más alto de la fiesta, del rave entre éxtasis y otras drogas al ritmo de sonidos dance. Ni qué decir de “MAH” (Mad As Hell), un acrónimo que resulta ser una creación altamente cargada de todas las características que definen al big beat y que por lo mismo, lo postulan como EL éxito del disco; tanto como en su momento lo fue “Galvanize”, “Out of Control” o “Hey Boy, Hey Girl”.

El plus de esta canción, es que está inspirada en el discurso que se da en el filme de Sidney Lumet de 1976, Network, el cual comienza con el despido de un presentador de un noticiario nocturno que amenaza con suicidarse en alguna de las siguientes emisiones que queden del programa. Una vez que regresa para resarcir el daño, despotrica todo sus pensamientos y deja ver la porquería que es la vida. Algo así como lo que muestra Black Mirror en el capítulo “Fifteen Million Merits” de su primera temporada.

Hace casi cinco décadas atrás el punk sirvió como una forma de expresión y revolución ante el gobierno que aquejaba a las generaciones más jóvenes. Era independiente y contracultural. Como mencionamos en un principio, The Chemical Brothers nació bajo todos estos referentes musicales, culturales, sociales y políticos. Su música sirvió como una esperanza luego de la prohibición del uso del éxtasis en Reino Unido, mismo que servía como medio liberador de los estereotipos y clases sociales a través de propósitos meramente nihilistas de parte de los jóvenes.

En su momento, el big beat fue un revival de la música electrónica y de las drogas. Hoy la dupla de Manchester nos presenta su revival musical, su propio rave que aunque tiene algunas fallas (las canciones que te dan el bajón y no lo contrario) no deja de ser bailable ni mucho menos excitante.

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