Lo que necesitas saber:
Taylor Swift lanzó hoy su onceavo disco de estudio, con la sorpresa de que se trata de un álbum doble que sobrepasa las 2 horas de duración. Es un buen momento para ser fan de Taylor.
Taylor Swift lanzó hoy su onceavo disco de estudio, titulado The Tortured Poets Department (TTPD), y sorpresivamente reveló que en realidad se trata de un disco doble, titulado The Tortured Poets Department: The Anthology, que en total cuenta con 31 canciones y un poco más de 2 horas de duración.
Como una artista que tiene un imperio en la escena musical global, es un gran momento para ser fan de Taylor, ya que no deja pasar mucho tiempo entre lanzamientos, y además, regala más música de la que esperábamos.
Entre la salida de Midnights y TTPD pasó año y medio, y en ese tiempo, la superestrella global lanzó dos ediciones más de Midnights, la Taylor’s Version de Speak Now y 1989, y enloqueció al mundo con su inmenso The Eras Tour, que ya está disponible en streaming.
Repiten en la composición y producción sus aliados Jack Antonoff (fun., Bleachers, St. Vincent) y Aaron Dessner (The National), con quienes ha hecho equipo anteriormente desde folklore y evermore. En las colaboraciones, Taylor se lució con las participaciones de Post Malone, Florence + The Machine, y Robert Ames (London Contemporary Orchestra).
Una oda al sufrimiento amoroso visto desde una calma abrumadora
Tiempos de tortura que le siguen dando mucho material a Taylor Swift
A todos nos queda claro que Taylor prospera artísticamente desde la óptica del desamor y es ahí en dónde se le presentan todas las epifanías sobre lo que fue una relación, y sobre todo, tiene varios mensajes más generales que son simplemente geniales.
Para no cambiar la fórmula, TTPD abre con la brutal “Fortnight”, un epílogo a una relación efímera que se terminó antes de haber siquiera empezado bien. El pop brillante luce desde el inicio y la colaboración de Post Malone es de lo mejor que hemos escuchado en featurings, ya que es sutil pero añade a la sensación de una historia que tiene dos lados. Esto había pasado antes en las colaboraciones con Matt Berninger (The National) y Bon Iver en folklore.
“Who’s Afraid of Little Old Me?” es un gran momento en el que Swift se sacude un poco el molde de las baladas para hacer una rola más dinámica, con momentos de calma previo a un coro que resuena con los mensajes persistentes en los que ella se da la autonomía de hacer lo que quiera. El coro es buenísimo y seguramente funcionará de forma asombrosa en su siguiente gira de estadios.
Es un gran acierto que no se explora mucho en el disco, que centra en las letras en voz de Taylor. En “But Daddy I Love Him”, Taylor habla sobre Matty Healy de The 1975, y cómo es que ella lo veía como alguien que no era. La intensidad de la relación se refleja en la letra, en la que con todo y referencias a La Sirenita, la cantante se burla de cómo es que estaba bajo el encanto de una persona caótica.
Las letras resultan centrales y lo que más puede salvar un disco que por momentos se siente bastante lento, como sucede cuando se presta atención a “I Can Fix Him (No Really I Can)”, aunque se estanca bastante la dinámica en “loml”.
Breves momentos de frescura e innovación que son superados por lo más clásico de su sonido
TTPD tiene en algunos lapsos rolas que parecen cambiar la dirección del álbum, solo para confirmar que Taylor regresa a lo más típico de su sonido con baladas bien producidas en las que las teorías sobre quién habla parecen ser las protagonistas del álbum. Joe Alwyn, Matty Healy y ahora Travis Kelce son los protagonistas en el disco, desde la perspectiva de Taylor.
Después de cuatro baladas sobre desamor y relaciones fallidas, llega “So Long, London”, como una rola más acelerada en la que Swift se despide de la ciudad de origen de Alwyn. Para “The Smallest Man Who Ever Lived”, se especula que Taylor tomó a Healy como referencia, en una rola contrastante, ya que es muy tranquila pero ataca con todo a un romance pasado.
Aunque comienza bien, la canción no rompe y durante el disco vemos algún destello de aceleración en “I Can Do It With a Broken Heart”, que bien podría ser una rola de Bleachers por el sonido en producción que aporta Jack Antonoff.
Vistazos a un amor naciente con Travis Kelce que tiene a todo el mundo atento
La atención mediática orbita alrededor de lo que Taylor Swift haga o deje de hacer, y su reciente noviazgo con Travis Kelce no es la excepción. Taylor reconoce también estar en un buen momento emocional y especulamos que “Alchemy” es una rola que va sobre Travis Kelce, ya que habla sobre rachas ganadoras, trofeos y hasta touchdowns. Sin mucho espacio a la interpretación, Taylor derrama amor hacia el jugador de los Kansas City Chiefs.
La canción que da nombre al disco es una grata sorpresa, un pop bastante clásico y ochentero, con pianos con reverb y una máquina de ritmos que nos hace regresar algunas décadas en cuanto a sonido. Aquí se ve bastante la mano de Jack Antonoff, un fanático declarado de la época que ha colaborado inclsuiva con Bruce Springsteen.
Además, la rola está repleta de referencias, habla sobre Dylan Thomas y Patti Smith, en referencia a dos de los grandes poetas modernos, y Taylor se da chance de referirse a su misma narrativa, contando una historia íntima en la que también hace un llamado a Charlie Puth, un gran artista que según ella no tiene el suficiente reconocimiento. Veremos cómo incrementan los números de Puth este fin de semana, derivado del efecto Swiftie.
Hacia el final de la versión extendida, Taylor exprime la colaboración de Robert Ames, conductor y arreglista de la London Contemporary Orchestra. Es un espacio novedoso, pero que tampoco suma a la dinámica aletargada de un disco con destellos de ideas que pudieron aportar a la variedad en contra de la generación de fórmulas probadas.
“How Did It End?” y “The Prophecy” son buenas rolas que pudieron funcionar en un álbum aparte, y explorar inclusive territorios con una magnitud mayor, pensando en una épica americana, sonidos en los que Taylor se adentró en folklore.
Taylor Swift continúa en su Eras Tour durante todo este año, y pueden comprar las versiones físicas de TTPD y demás mercancía del disco por acá.