Durante mucho tiempo, las tribus de las legiones oscuras del Rock recorrieron el planeta en busca de una tierra próspera en la cual sembrar la semilla del metal.
El camino no fue nada fácil a pesar de que ya tenían una historia, la necesidad de consolidar un evento de este género los llevó por el largo y sinuoso camino del señorío de Texcoco, del que fueron expulsados por un villano sacado de la más alucinante novela de terror: el malvado ogro Eruviel que, a falta de visión e idea, trató de desaparecer de un plumazo el sueño de varias generaciones.
Una vez en el exilio y con la esperanza casi perdida encontraron un terreno que parecía fértil para plasmar toda esa energía, en un solo lugar.
Decidieron crear 5 escenarios: Hell, Heaven, True, Foro NT y New Blood, en donde 72 bandas; 48 nacionales y 24 extranjeras, demostraron que el sonido de las guitarras distorsionadas y voces guturales habían encontrado un hogar.
Los diferentes clanes empezaron a llegar ataviados a la usanza de sus Dioses: piel, mezclilla y matas muy largas, algunos más se pintaban cual si fueran a una guerra, todos con la firme idea de verificar si la profecía era cierta.
De las primeras tribus en llegar fueron los Agora que a cada acorde nos dejaban ver que el sendero era correcto, ellos abrieron el camino para otros profetas que iluminaron la ruta: Maligno, Nata, Transmental, Secta Kore, Samael, Korn y muchos más levantaban el ánimo de los fieles que se daban cita para alcanzar el momento climático de este sueño mágico con tintes metalosos.
Había unas atracciones mecánicas que… hacían menor la espera; caballos de acero volando, ruedas giratorias y martillos elevados eran los encargados de entretener a todos aquellos que querían demostrar que llevamos un niño por dentro… además de uno que otro que no sabía de qué se trataba estar en esa kermés rocanrolera.
Continúe mi camino y llegue casi a los pies de otro profeta: Rob Zombie, quien estaba frente a mí gritando; “Rock Mother Fucker”, la gente enloquecía cada vez que este personaje dejaba sentir todo su poder en el escenario.
Los momentos más emotivos estaban por llegar, la misión parecía imposible, cuando hicieron su aparición los Limp Bizkit, personajes que atraían con sus cánticos a las nuevas generaciones que se encontraban derramando energía en cada uno de los espacios del recinto.
Por fin todo estaba listo, seriamos testigos del regreso de los dioses y maestros de muchas eras del rock, la profecía se había cumplido, ellos llegaría en cualquier momento de pronto se apagaron las luces y del cielo se escuchó una voz que decía : “ you wanted the best, you got the best!” y entonces supimos que éramos parte de la historia… KISS había llegado. Miles de luces se vieron en el aire y las notas de las primeras rolas se dejaron sentir. Todo era tan especial cuando de pronto gritos de euforia perturbaron mi sueño y me di cuenta que el show había comenzado ¡Ah chinga me quedé dormido! Seguramente fue la pócima que me encontré al llegar a la curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez.
Para muchos sería una oportunidad para criticar las fallas de audio y logística que un evento de esta magnitud pudiera tener pero es más importante destacar todas y cada una de las virtudes que tuvo este festival que reúne a lo mejor del heavy metal nacional e internacional. Esperemos que este festival siga creciendo porque tarde o temprano será uno de los festivales más importantes de este género a nivel mundial ¡¡¡¡¡¡ LARGA VIDA AL HELL AND HEAVEN METAL FEST !!!!!!!
Y que el rock sea sea sea sea sea…
Reseña por Jinete
Fotos: Alfonso Serrano y Monsterrat Castro
